Capítulo 7.

Tras saludar a Kiba y Akamaru, Shino se molestó con Naruko, ya que a ellos no les había costado mucho reconocerlos. Ahí es cuando la rubia escucha un ruido.

Se trataba de Hinata. La chica Hyuga había estado enamorada de Naruko desde aquella vez que la rubia la salvó de unos niños que se estaban metiendo con ella, pero no fue solo esa vez en la que la Uzumaki la ayudó. También fue el día después de su tercer cumpleaños. El tío de Hinata, y padre de Neji, había entregado su vida para salvar al padre de Hinata y ella no aguantaba estar más tiempo en el funeral, así que salió corriendo. Naruko la encontró llorando y le dijo que no tenía por qué llorar y la acompañó hasta su casa. La Uzumaki quedó impresionada al ver la casa tan grande en la que vivía Hinata y le preguntó porque lloraba si vivía ahí, pues ella vivía en una casa más pequeña y no lloraba. Después de eso se marchó.

Naruko había sido un ejemplo a seguir para Hinata, y era por eso por lo que acabó enamorada de ella. Lo más frustrante era que cuando estaba cerca de la rubia se ponía tan nerviosa que no podía articular palabra. Por eso en cuanto vio que Naruko había descubierto donde estaba escondida se desmayó.

Naruko al ver a Hinata no pudo evitar pensar en lo que le dijo su amiga. Pues días atrás Sakura había dicho que Hinata estaba enamorada de ella, y al ver la reacción que la chica había tenido empezó a plantearse que tal vez Sakura tuviera razón, pero no tenía tiempo para pensar en eso. Debía encontrar al nuevo integrante para su equipo y así ir a por Sasuke. Esta vez no se le iba a escapar y también se había decidido a no volver a acercarse al Uchiha de esa manera. No volvería a besarlo, ya que no quería hacer sufrir a Sakura.

Después de hablar con Kiba y Shino, y estos decirles que no podían ayudarle ya que tenían una misión se marcha para seguir buscando. Ahí es cuando se topa con Shikamaru. Fue corriendo hacia donde estaba y con una sonrisa le cuenta lo que estaba sucediendo y si podía ayudarle, pero este le pide disculpas, pues estaba aún ocupado con los exámenes chunnin, alegando que eso era un fastidio, pero no le quedaba de otra.

- Me gustaría ayudarte, por los viejos tiempos – dice el chico de la coleta -, pero estoy muy ocupado. Además, si dejara todo y me fuera contigo la Quinta se enfadaría – este suelta un suspiro -. No quieres verla enfadada. Es peor que mi señora madre.

Naruko lo mira deprimida y le dice que pensaba que le ayudaría ya que eran amigos y a su vez Shikamaru le dice que no le mire con esos ojos, pues ya le había dicho que no podía dejar de lado sus responsabilidades aunque fueran un fastidio.

- Oye, yo voy a hacer algo por ti – los dos se giran para ver que Chouji acababa de aparecer -. Toma, Shikamaru. Tu madre me pidió que te entregase esto. Es tu almuerzo.

Shikamaru le dice a su amigo que como pretendía hacer algo por Naruko, si él ya tenía una misión asignada con Asuma-sensei e Ino. Pero Chouji era tan buena persona que no podía dejar tirada a Naruko, alegando que hablaría con Asuma para que lo dejase ir con la Uzumaki, a lo que el de la coleta le dijo que eso no estaba en manos de su sensei, sino de la Hokage.

En un tejado cercano se encontraba un chico viendo como hablaban los tres amigos. En eso coge un pincel, destapa la tinta y comienza a dibujar en un rollo.

Naruko estuvo a punto de decir la palabra prohibida, ya que a Chouji no se le podía decir que estaba gordo, y si lo hacías toda la bondad del chico se trasformaba en fuerza. En eso Shikamaru aparta a Naruko y Chouji deja caer la bolsa de papas que estaba comiendo. Hace que su puño aumente de tamaño y es cuando Naruko se da cuenta de lo que estaba sucediendo. Una especie de león los estaba atacando, pero Chouji acaba con él de un solo puñetazo, deshaciéndose éste en tinta. Otro león los ataca por la espalda y este iba a saltar sobre el chico de la coleta, pero Chouji lo coge, aún con su mano de gran tamaño, y con un apretón ese león se deshace en tinta como el primero.

Shikamaru está observando a su alrededor, en busca del atacante y no tarda en dar con él. Estaba frente a ellos, a unos cuantos metros sobre un tejado, y este les dice a sus dos amigos que mirasen hacia allí.

Era un chico de piel muy blanca y cabello negro, y el que su cabello fuera de ese color hacía resaltar mucho su piel.

Naruko lo mira achinando los ojos, y tras unos segundos, declara que no le sonaba de nada. Nunca lo había visto por la aldea, y le extrañaba que tuviera la banda protectora de la hoja.

Shikamaru tampoco sabía quién era ese chico, pero no le había gustado que lo atacasen de esa forma y la única manera de conseguir respuestas era capturándolo.

- ¡Vamos, Naruko! – dice Shikamaru cuando está listo su jutsu -. ¡Yo te cubro!

La chica sale corriendo en la dirección del desconocido, y justo cuando estaba por llegar, seis leones saltan del tejado para abalanzarse sobre ella.

Shizune seguía insistiendo a su maestra que reconsiderase el enviar a Naruko a esa misión, pero Tsunade no daba su brazo a torcer. Ya le había dado sus razones a su alumna, pero esta alegó que esta situación no era igual que cuando fueron a la aldea de la Arena, ya que Kakashi no las acompañaría en esa misión.

Es entonces cuando Sakura piensa que la mujer de cabello corto tiene razón, ya que sus enemigos mostraron mucho interés en Naruko, y ella pensaba que de no haber estado Kakashi-sensei todo hubiera salido de otra manera, ya que el jonnin sabía como manejar a Naruko.

- No te preocupes, Sakura – dice la Hokage al ver que la chica estaba preocupada -. Ya tengo una solución para eso.

Ella se encargaría de darles dos sustitutos que llenen el lugar de Kakashi y Sasuke y tras eso le pidió que fuera a informar a Naruko.

Shikamaru ve a los seis leones y también que Naruko los pretende enfrentar, pero le ordena que deje eso en sus manos y llegue al desconocido. Es cuando el de la coleta hace un sello con sus manos. Su sombra empieza a alargarse y a dividirse para atravesar a los leones, dejando el paso libre a la chica.