En ese día, todos los cadetes del curso estaban molestos porque esperaban una práctica de campo como era costumbre, sin embargo, la profesora Celestine dio la indicación de que la clase sería teórica y no solo eso, también manifestó que ingresaría un cadete nuevo, algo bastante extraño considerando que era el curso más avanzado en el claustro llevando más de cinco años estudiando allí, aunque hace unos meses ya hubiera ingresado alguien nuevo.
El aula de clase era enorme, con forma de anfiteatro, en la parte baja se ubicaba la instructora y en un semicírculo estaban los asientos con sus respectivas mesas, la puerta de entrada se encontraba al lado de la tarima donde se ubicaba Celestine, de repente dicha puerta se abrió y se vio entrar a la directora Elizabeth junto con un joven de cabello largo y ojos negros.
Vestía el uniforme del Claustro: un traje formal negro de estilo victoriano, compuesto por un gabán largo con botones dorados, solapas elegantes y bordados sutiles, debajo, un chaleco gris sobre camisa blanca, corbata negra, del chaleco colgaba una cadena dorada estilo reloj de bolsillo; el pantalón negro, recto y a juego, completaba el conjunto con un aire gótico distintivo.
Elizabeth fue la primera en tomar la palabra, se acercó hacia los asientos y presentó al joven, su nombre era Azath y era un "Cadete Especial" con habilidades únicas que requerirían un entrenamiento algo más especializado, sin embargo, ella misma probó sus habilidades y determinó que lo más plausible era enviarlo junto con los cadetes más avanzados.
Para Azath, vestirse de esa forma era incómodo, llevaba siglos usando harapos andrajosos, escondiendo su naturaleza, pero ese uniforme... Le daba un aire de elegancia y autoridad que no había sentido en mucho tiempo, casi podía olvidar lo que realmente representaba. Era consciente de las miradas que estaban hacia él, el salón estaba lleno y podía escuchar los murmullos, pero una mirada destacaba de entre todas, una joven de cabello rubio rizado, con ojos verdes vibrantes que no pestañeaba.
Después de la fugaz presentación, Azath sube las escaleras y se ubica en uno de los últimos puestos, algo apartado y sin nadie cerca, los murmullos llenaban el aula, pero Azath apenas los escuchaba, su atención estaba fija en aquella mirada verde; no era como las otras, no había curiosidad superficial ni desconfianza, había... Reconocimiento como si ella pudiera ver más allá del disfraz.
Celestine: Bien, después de la presentación de nuestro nuevo cadete, hoy hablaremos de las herramientas de Nasham — Colocó varios objetos sobre el escritorio, el que llamó más la atención fue un grupo de cristales — Estos artefactos nos permiten cumplir las misiones con gran facilidad, permiten comunicarnos a largas distancias, inmovilizar enemigos y otras cosas que ya iremos aprendiendo — Tomó uno de los cristales — Iniciaremos con uno de los más importantes: "Los Dam'Avanim", estos cristales nos permiten comunicarnos a larga distancia mediante el Nasham y un pacto sanguíneo… Para activarlos, necesitamos derramar una gota de nuestra sangre y dependiendo de nuestra naturaleza elemental principal tomarán un color.
Mostró que todos los cristales vírgenes eran transparentes, pero cuando colocó una gota de su sangre sobre uno de ellos, este se volvió azul brillante, mostrando que su naturaleza era de tipo agua.
Celestine: Este ya se encuentra activado, para poder comunicarme con otro usuario, es necesario que la otra persona derrame también una gota de su sangre, estableciendo un vínculo permanente — Lanzó uno de los cristales transparentes hacia una cadete — Julie, hazlo tú también.
La cadete de cabello castaño atrapó el cristal con manos temblorosas, todos la observaban y con un movimiento rápido, dejó caer una gota de su sangre sobre el cristal, su color cambió a un azul oscuro con vetas plateadas brillantes, denotando que su naturaleza era del relámpago.
Celestine subió las escaleras hacia donde estaba Julie y también dejó caer una gota de su sangre en el cristal de ella, luego, con un pequeño gesto, Julie extendió su mano y Celestine tomó una gota de su sangre para su propio cristal, al momento de hacerlo, ambos cristales pulsaron suavemente con luz sincronizada.
Celestine: Bien... Así se sella un pacto, la sangre nunca se consumirá y latirá suavemente con energía espiritual, la comunicación entre nosotras será para siempre sin importar las distancias — Bajó las escaleras y mostró su cristal — Estos artefactos son esenciales para las misiones coordinadas y se les entrega cuando cursan los últimos años del Claustro, antes de graduarse de Arconte, los pactos que se pueden realizar, son ilimitados.
Marcus: Perdón… Profesora Celestine — Interrumpió con tono aburrido — ¿De verdad necesitamos una clase sobre vidrios mágicos? ¿No deberíamos estar midiendo nosotros mismos la fuerza de nuestro nuevo compañero en lugar de perder tiempo con esto?
Tres de sus compañeros rieron discretamente.
Celestine: ¿Vidrios mágicos? — Su voz era peligrosamente calmada — Estos "vidrios" nos han salvado la vida en más de una ocasión a Elizabeth y a mí — Caminó hacia él lentamente — Como se nota que no tienes experiencia alguna en combate, en el campo de batalla la comunicación es fundamental, por lo que vamos a dedicar tiempo a estos "vidrios"... Y si no te parece importante, la puerta está ahí.
Marcus tragó saliva, visiblemente incómodo.
Azath observaba la escena, pero su mente estaba en otra parte “¿Qué color tomará mi cristal?” La pregunta lo inquietó. Nuevamente sintió aquellos ojos verdes sobre él. “¿Estaría ella haciéndose la misma pregunta? ¿Estaría calculando qué revelaría su sangre?”
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Editado: 30.11.2025