La noche anterior a Navidad la familia Pineda se reunió en la gran mesa del comedor a brindar por la velada. Con la excepción de los tres hijos mayores, ellos no querían estar allí, no se sentían con anímos para brindar por la vida y la felicidad; porque no eran felices.
Los tres hermanos se fueron a dormir quitándole importancia a la festividad, para ellos es un día más como cualquier otro. Cada uno en su habitación, en sus distintas camas y en horarios distintos, pero con un mismo sentimiento: melancolía.
Abril la mayor, la que siempre estaba de malhumor, esa noche no invocaba emoción alguna, tomó sus pastillas recetadas y se durmió temprano.
Agusto el del medio se mantuvo en silencio, aunque por dentro estaba atemorizado, no podía dejar de pensar que estaba solo, para siempre.
Y Julia, la menor con 14 años, cada media hora se encerraba en su cuarto a llorar, una costumbre que adoptó cuando falleció su padre.
POV: ABRIL
Despierto sintiendo frío, abros los ojos y me encuentro con un cielo gris en lugar del techo de mi cuarto, miro a los lados y en mi derecha están mis dos hermanos abrazados. Los noto confundidos y para tranquilizarlos les digo.
—Solo es un sueño y pronto despertaremos en casa.
—Abril, no creo que sea un sueño. El miedo es real —Agusto se veía preocupado al decir eso. Me acerque a ambos y los abrace. Estoy segura de que es un sueño y ellos son parte, por eso estamos acá y él dice eso.
El paisaje es muy lindo, hay nieve por todas partes y pinos por el alrededor, todo inspira paz y tranquilidad. Necesitaba un poco de esto, en casa las cosas están raras, en la universidad me va mal y todo empeoró desde que mamá tiene un novio.
—¿Morimos?
Ni Agusto ni yo respondimos, solo miramos a Julia y nos quedamos en silencio...
POV: JULIA
—¿Morimos? —les pregunto a mis hermanos, pero no responden.
Me enojé y salí corriendo.
—¡ESTA MIERDA NO ES UN SUEÑO! —les grito, mientras sigo corriendo, siento sus pasos persiguiéndome, mis lágrimas empiezan a brotar y de apoco pierdo visión del frente, solo corro porque necesito llorar sola.
Hasta que en un momento choco con un cuerpo, se siente gordo. Freno, doy dos pasos para atrás mientras limpio mi cara.
—Abuela...
Esa fue Abril, es muy aterrador todo; Agusto llega a mi, mientras Abril abraza a la anciana llorando.
—¿Es nuestra abuela?
—Creo que sí, éramos muy chicos cuando murió.
—Entonces papá esta acá —dije emocionada.
La ilusión es grande y no sé por donde empezar a buscarlo, lo necesito conmigo de vuelta. Doy unos pasos al frente, pero algo me frena, es Agusto.
—Esto da miedo Julia.
—¿Miedo? Ya estamos muertos —respondí.
—Yo también tuve miedo cuando llegué es normal, niños, rápidamente se acostumbraran...
—¿Abuela y papá? —Abril pensó lo mismo, creía que ella no lo extrañaba.
—Los llevaré con él, está por acá.
Caminamos varios metros y empezó a nevar, mire como cada copo se derretía en mi mano, emocionada mi corazón estaba por explotar.
—Esto significa que estamos cerca—dijo la abuela y continuamos caminando.
Dos metros más y ahí estaba papá sentado en la nieve.
—¡Papá! —grité corriendo a sus brazos.
—Mis hermosos hijos, sé que solo ha pasado un año, pero han crecido mucho, realmente los extrañé, perdónenme por irme.
—No papá, no digas eso, fuiste fuerte, perdonanos tú —respondió Abril, y yo no paraba de llorar. Mi deseo más grande acaba de hacerse realidad.
—Está bien mis niñas, no hay nada que perdonar. Así es la vida, fue difícil para mí verlos a los tres todos los días en el hospital, ya no me quedaban fuerzas para seguir, era momento de irme y de que ustedes sigan con sus vidas.
—¿Por qué no esperaste que nos despidiéramos, papá?— le pregunté dejando de llorar un poco.
—Porque era lo mejor, fue difícil morir solo en la oscuridad y que todo desapareciera, pero no podía dejar que me vean morir, no de esa forma, no quería que tuvieran ese recuerdo de mí.
POV:AGUSTO
¿Papá tenía recuerdos de su muerte?
Yo no los tengo...
Yo no estoy muerto... Y mis hermanas tampoco, pero no se siente como un sueño, se siente real. Es muy confuso...
Esto da miedo, aproveché que no me prestaban atención y huí, corrí hacia los pinos para esconderme.
—Psst... Psst...
Mire hacia donde provenía el sonido. Del pánico no podía moverme, allí estaba el mejor tío de todos. Falleció cuando yo tenía 10 años, siempre me llevaba de paseos, me hacía regalos y nos cuidó porque mamá estaba deprimida cuando la abuela murió. Nada me dolió tanto como perderlo, desde entonces no me gusta relacionarme con nadie, tengo miedo de perderlos a todos. Se fue de repente, y aquí esta ahora.
—¿Entonces, estamos muertos?— no lo podía creer, mis esperanzas se estaban derrumbando.
—No, y tampoco es un sueño.
—¿Pero, cómo?
—Como todos los que desean morir, si al llegar la noche siguen aquí, entonces si estarán muertos.
—¿Qué?
—Busca a tus hermanas y escapen.
—¿Pero a dónde?
—Al bosque, deben subir al pino más alto que hay, es el que brilla muy fuerte.
—Per...
—¡CORRE! —gritó antes de empujarme por donde vine.
Fui a buscar a mis hermanas en donde las dejé, pero al llegar solo estaba Julia.
—¿Ju, donde está Abril?
—Se fue con la Abuela.
—Vamos a buscarla.
—No, anda vos. No jodas.
Fui en busca de Abril, sin ella no puedo convencer a Julia, pues es la mayor. Camine por todos lados, me sentía perdido. Seguí buscando a pesar de todo.
Editado: 22.12.2022