A penas estaba llegando la noche, ese día había sido muy largo para ella, solo esperaba que su turno en la biblioteca de la universidad terminara para marcharse a casa, faltaba poco para las vacaciones de navidad, cosa que no le agradaba mucho pues en esas fechas nunca se sentía muy cómoda rodeada de ese ambiente festivo junto a su familia; los amaba pero no se sentía ella misma con toda esa gente alrededor y sin la compañía de su mejor amiga quien se fue a estudiar arquitectura a otro estado y tal vez no podría estar esta vez con ella. Serían las primeras navidades de Allison sin ella desde que estaban en el kínder. Su familia siempre se iba a un pequeño pueblo para que los niños corrieran sin problemas por todas partes.
Allison llego a su casa cansada, pues algunos chicos le armaron problemas porque no entregaron los libros a tiempo y debían ser sancionados, cosa que a ella no le agradaba hacer, pero todo tenia consecuencias por ser irresponsables al no entregarlos a tiempo. Subió a su cuarto en el segundo piso luego de avisar a su madre que había llegado a casa, ella estaba en la cocina preparando la cena. Quería darse un baño y comer de la deliciosa comida de su madre ya que no almorzó en la universidad por culpa de aquellos chicos.
Cada año su familia celebraban la navidad desde el primero de diciembre, a partir de ese día todos debían ayudar en algo por más insignificante que fuera; ya que su familia amaba la navidad y desde el primer día comenzaban las decoraciones por toda la casa, solo el árbol era decorado estando todos presentes. Hoy luego de cenar a ella le tocaba colocar las luces de fuera de la casa, cosa que hacía con su mejor amiga y ahora haría sola. Estaba algo enredada con las luces led cuando se tropieza con ellas y termina cayendo sentada del segundo escalón del porche.
_¿Necesitas ayuda?_ esa voz, Allison la conocía muy bien, aunque no porque le hablara mucho. Aiden.
_¿Q-qué? N-no, estoy bien _dice tartamudeando. Era el chico más guapo que había visto y su vecino, quien nunca la notaba y ahora lo hacía en una situación bastante humillante para ella. Él se acerca coloca unas bolsas de la compra en el suelo y le tiende la mano para ayudarla a levantar. Ella esta tan roja como la puerta de su casa.
_G-gracias.
_De nada. ¿Segura que no necesitas ayuda con las luces? Parecen ser bastante peligrosas _dice mientras le quita algunas de la cabeza y le regala una media sonrisa.
_Es que siempre colocamos las luces mi amiga y yo, pero este año ella no está y al parecer no se me da bien sola. P-pero estoy bien, ya lo hare más tarde.
Allison no paraba de regañarse mentalmente, pero que le pasaba que no podía hablar sin que le temblara la voz. Sí, siempre era tímida pero ahora sonaba muy tonta y lo último era que el la viera como una y menos vestida así. un momento, ¿que traigo puesto? _baja la vista y se da cuenta de que esta con un pantalón de chándal gigante, pantuflas de conejos rosas y una camiseta blanca. Luego de colocar las luces se iría a dormir. ¡Oh Dios! justo tenía que hablarme hoy.
No te hagas ilusiones, solo es amable porque te vio en el suelo. Tenía un debate mental consigo misma.
_Bueno, creo que iré a guardar las compras.
Ella asiente y se da cachetadas mentales mientras él se dirige a su casa que es la de al lado. Eres una tonta, ahora podrías estar realizando esta actividad con el hombre más maravilloso del mundo. Si, así es ella. Todo se lo cuestiona. Pero no lo que no sabe es que su vecino está casi tirando la compra en el mesón de la cocina para ir a ayudarla con las luces.
Al fin una buena excusa para acercarme a ella, siempre que le hablo me evita.
Bueno no todas tienen que caer ante tus encantos. Le dice su conciencia. Mientras el voltea los ojos a sus pensamientos y se dirige hacia afuera nuevamente.
_Veo que saliste de la maraña de luces.
Allison pega un bote cuando lo oye de nuevo, no cree que su corazón lo soporte. Dos veces en la misma noche.
_Si.
_Bueno, dime en que te ayudo. Soy muy bueno con esto, dime donde las quieres colocar _pregunta mientras toma el extremo de la que ella tiene en sus manos. Se miran fijamente un instante mientras ambos sienten una corriente recorrer sus cuerpos.
Pero que dices, en tu vida has puesto luces navideñas estúpido.
Pues algo tenía que decirle, además que me gusta esta sensación al estar cerca de ella.
_Pues la idea es colocarlas alrededor de las barandillas y los pilotes primero, luego en el árbol del frente, pero de eso me encargo yo sola cuando tenga tiempo.
_No se diga más, manos a la obra_ dice mientras por su cabeza trata de recordar como su madre adornaba su casa de pequeño. ¿Y ahora con que extremo comienzo?
_Tal vez podrías comenzar por la izquierda y yo por la derecha. Así nos llevara menos tiempo.
_Buena idea.
Luego de un momento comenzaron a colocar las luces, el de manera un poco torpe al principio, pero luego le tomo el hilo rápidamente y termino antes que ella. Mientras ella no era capaz de terminar porque cada minuto lanzaba miradas fortuitas a su vecino. Cuando acabaron con el frente, él le pide que le muestre el resultado final a lo cual ella enciende las luces para dejar ver una linda lluvia y espirales de pequeñas lucecitas. Casi no hablaron, pero no fue incomodo, ambos estaban a gusto solo con estar en presencia del otro. Cuando Aiden se iba a su casa se volvió para preguntarle algo, no era tímido ni mucho menos, pero con ella a veces podría ser un poco torpe, pero se armó de valor para su posible negativa.