Hay muchas historias sobre seres sobrenaturales en la tierra, hay leyendas que dicen que salen el 31 de Octubre a recorrer el mundo y a vivir entre los humanos. Mientras que hay otras que relatan su salida el 2 de Noviembre. Lo que nadie sabe es que, en realidad, salimos el 24 de Diciembre a extraer y alimentarnos de la energía de los que viven acá en la tierra. Para los de mi especie lo que los humanos llaman navidad es en realidad un día liberado, un día en el que no hay nadie que nos controle y en el que nos mezclamos entre ellos para vivir como uno más, para interactuar con ellos y para extraer lo que nos sirve. Mi tribu suele llamar este día como navidad liberada.
Salimos hoy porque es el día en que mejor energía emiten los humanos, es una época en la que ellos cambian su energía de todo el año por una un poco más positiva, alegre, luminosa y festiva, incluso todo esto es mejor el propio 24. Creo que la decoración de toda la ciudad y de las casas ayudan a producir eso en ellos.
Somos una especie que se alimenta de energía humana pero que no la genera, por lo que establecer vínculos con los humanos es esencial para sobrevivir. Para nuestra suerte, con la energía que extraemos este día nos da para vivir un año entero, por lo que no tenemos necesidad de hacer otras interacciones con los humanos. Esto también es para suerte de ellos porque si un extractor mantiene un vínculo constante con un humano puede terminar extrayendo toda su energía y culminando con su vida, aún si el extractor no desea hacerlo. Nuestros cuerpos extraen la energía humana con la simple cercanía a ellos, no podemos evitarlo, no podemos detenerlo. Pero debemos ser cuidadosos de a quién nos acercamos, si lo hacemos con alguien que solo posee energía negativa en su interior podemos enfermarnos o debilitarnos, debemos buscar a las personas correctas, a aquellas que nos beneficien, al menos un poco.
Los humanos no sospechan de nosotros porque no tenemos forma, cada uno nos ve diferente, arma una imágen nuestra basada en las cosas que le agradan. Por ejemplo, si a un humano le atraen las personas morenas y bajas de estatura cuando nosotros nos ponemos en su camino nos vé así, con esas características. En cambio si le atraen las personas altas y rubias, nos va a visualizarse de esa manera. Es una habilidad que nos sirve para interactuar fácilmente con ellos, porque son muy básicos, si cumplis con sus estándares de apariencia entonces ya tenes varios puntos ganados, más allá de que tu interior o tus intenciones sean otras, más allá de que no los beneficie ese contacto. La única forma de que nos vean como realmente somos es que les demos algo nuestro, algo de nuestra pertenencia… y eso solo pueden ser dos cosas: nuestras piedras protectoras o nuestro colgante identificatorio.
Las piedras protectoras son diferentes rocas que llevamos con nosotros siempre para una protección interior, existen diversas pero yo llevo conmigo solo una Amatista y un Ónix. También tenemos nuestro collar identificatorio que es aquel que nos hace reconocer a otros como nosotros en las calles humanas y que lleva nuestro nombre propio y el de nuestra tribu.
Como es 24 a la tarde decido que es momento de ir en busca de mi alimento de este año. Entro al bosque que desemboca en el centro de la ciudad, es un atajo que descubrí hace poco y que no le informé a nadie. Cuando estoy por llegar al final escuchó ruidos y me detengo de golpe, comienzo a buscar con la mirada el origen de estos sonidos. Me pongo alerta y llevo mi mano al lugar donde tengo guardadas mis cuchillas, a veces los integrantes de otras tribus ingresan a tribus ajenas para destruirlas o generar daños. Las energías humanas son muy codiciadas y somos demasiados extractores en esta zona.
Pero mi tensión desaparece cuando la veo a ella, una chica de altura promedio, bastante delgada, con un cabello largo marrón oscuro que cae con tonalidad brillante. Está sentada, recostada a un árbol llorando con un libro en sus manos.
Presa fácil. Parece que es mi día de suerte.
-Hola -digo acercándome y haciendo que se asuste levemente.
-Hola -responde no muy confiada.
-¿Estás bien? Estaba recorriendo la zona y escuche que alguien estaba llorando. No es un lugar como para estar sola.
-Estoy bien - dice sonriendo- solo estaba leyendo… lo de siempre, un día normal de lectura.
Su risa hace eco en mí interior, hay algo en ella que no puedo descifrar y eso me atrae aún más.
-Entonces si te hace llorar ¿por qué lees?
Ella me mira y sonríe, su sonrisa transmite mucha energía positiva pero hay algo raro en ella. No es como las demás, en mis años en este rol nunca me había encontrado con una energía similar: es rica, es agradable, es potente pero sobre todo es pura.
-Porque es como viajar a otros mundos, vivir otras vidas, conectar con otras personas. Cuando leo dejo de ser yo y tomo la piel de otra persona, o a veces, soy una espectadora de otras vidas.
Ella dice que pareciera que vive otras vidas cuando lee y yo lo confirmo con su energía. Ahora sé por qué lo que transmite es único, ella no solo lee las palabras que aparecen allí, ella tiene la capacidad de vivenciarlas, de conectar con cada historia y eso la hace nutrirse de energías diferentes, de las energías que contiene cada libro. Ahora entiendo todo, no es que nunca me había cruzado con una persona así, es que nunca me había cruzado con una lectora.
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Editado: 14.12.2021