Se abre la puerta de una casa.
-Muy bien amiguito dice el empleado -por fin en casa.
-No lo entiendo, ¿Qué se supone que hacemos aquí?
-Te dije que dejaras de hablar es aterrador, pero si quieres saberlo este es mii castillo.
Joe comienza a ver toda la casa era un lugar pequeño a comparación de los que había visitado antes. Pero era muy acogedor. La casa olía a pan de frutas, la comida favorita de Joe, en cuanto detecto el olor, era como si este lo atrajera, como si el solo hecho de respirarlo lo elevara y bailara en el aire con tan delicioso aroma.
- ¡Wow!, eres un pequeño encantador Joe- lo mira divertido -deja de bailar con el pastel imaginario y vamos con mama Merry.
- (sale del trance) ¿Quién es Merry? - dice sacudiendo su cabeza para desaparecer el olor que había en el lugar.
-Es mi salvadora- se pone erguido -ella me rescato de un orfanato, uno donde me hacían pedir limosna y robar en las casas.
Joe no cree la semejanza de la vida de ambos. Caminan hacia una cocina y se puede ver a una ancianita un poco robusta de cabello plateado con anteojos y un abrigo rojo.
-ella es Merry, es una linda dama- comenta Joe -tengo hambre.
-Ya los escuché Tomás, pasa con tu amigo a cenar- Merry toma un pequeño banco miniatura y una mesa acorde a el -toma asiento pequeño.
- ¿Como lo supiste mama? – dice Tomás igual de sorprendido que Joe.
- ¿Es usted un hada? - mueve sus bigotes Joe mientras la olfatea.
-No, no soy un hada soy una muy buena adivina- pone la mesa y el banco en la mesa y banco de tamaño humano.
Ambos se miran confundidos, era la primera vez que Tomás sabia de este don de su madre adoptiva y no sabía cómo actuar realmente.
-No me mires así Tomás, es solo una broma- lo cual no sonaba muy coherente por sus acciones -Así que encontraste a este amiguito, que habla y es una pequeña ternura.
-También lo escuchas- Tomás comienza a perder el conocí miento y su mama lo detiene.
-Tranquilo, lo escuche hace un momento es evidente que habla- le sopla aire mientras este vuelve en si -siéntate corazón, estas muy impresionado.
- ¿Entonces habla?
-Te dije que hablaba, sigues siendo grosero- voltea la cara en señal de disgusto -tu mama es una dulzura y tú eres un exagerado.
-No peleen mejor vamos a cenar, hice pan de frutas para ti Amigo y para mi nene hice un puchero- toman asiento y Merry sirve la comida.
- ¡¿Todo esto es para mí?!, nunca había visto tanta comida- admira el enorme pedazo de pan -Ojalá Will estuviera aquí- se pone triste.
- ¡Hay más! - grita Tomás -otro como tú, habla y todo, este un día muy extraño.
-Todos los ratones hablamos es solo que los humanos no le prestan atención alas criaturas pequeñas- baja sus orejas -lo extraño, se a quedado solo en el orfanato, no sé cómo esta.
- ¿Lo dejaste solo?, ¿Por qué?
Joe comenzó a narrarle lo que había ocurrido esa mañana, como Madame Margaret los obligaba a robar, la muerte de sus padres, el gobierno abusivo de las ratas hacia los ratones de campo que los convirtió en esclavos y de Will su pequeño hermano al que había prometido que llegaría.
-Amigo, lo siento de verdad, yo no quería impedirte ver a tu hermano- a punto de llorar Tomás lo acaricia.
-Ojalá pudiéramos hacer algo- Dice mientras llora Merry -tengo una idea, que les parece si vamos por él.
-No te preocupes Tomas, aunque tu no me hubieras traído aquí, yo no hubiera terminado la cuota y habría dormido en la calle, y es imposible salir de allí, hay ratas vigilantes por todos lados y los topos están de su lado, es imposible salir sin que te busquen y te encuentren.
-Odio a las ratas son tan asquerosas- Tomás hace muecas -porque están a su servicio.
-No es que queramos, pero son más fuertes y la mayoría de ratones que tienen algún cargo están de su lado- comienza a comer.
- ¿Y si te ayudamos?, no pueden contra nosotros.
-No es tan fácil son miles de ratas, y el rey rata es muy poderoso entre las demás especies de roedores- se deprime – le había prometido a Will que esta navidad íbamos a ver un árbol de navidad juntos.
-Tengo una idea, dices que los topos están de su lado, ¿no? - pregunta Merry.
-Si señora.
-Y quienes son los enemigos número uno de los topos, exacto las aves, miren déjenme amilos yopos yo puedo ayudarles.
-No tienes porque hacerlo Merry, es peligroso, además yo puedo volver y ver a mi hermano.
-Claro que, si ahora eres un integrante de esta pequeña familia, y tú no puedes volver allí, de que serviría estar allí si en cualquier momento podrían atraparte y… y matarte.
-Es cierto Joe es mejor terminar con esto para que todos los ratoncitos lindos como tu puedan volver al campo, y hagan una vida sin ataduras.
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navidad para todos, ratoncitos contra ratas, esperanza en la humanidad
Editado: 21.12.2018