Al día siguiente del partido, el colegio Whitlacier estaba adornado con globos y pancartas para cuando los estudiantes llegaron. Las paredes de los pasillos tenían fotografías del suceso gracias a Bongo, y en cada esquina los periódicos escolares eran sustraídos de las casillas para leer el artículo redactado por los reporteros tanto profesionales como escolares. Y un artículo especial escrito por M. Niccals decía un montón de curiosidades y entrevistas de los jugadores del colegio. Navis reconoció su apellido y le preguntó a Meredith si fue ella quien lo escribió.
—¿Acaso tengo cara de reportera? —lo miró un tanto ofendida—. No tengo nada en contra del periodismo, pero eso lo escribió nuestro hermano Maurice.
—¿Maurice es reportero?
—Claro que sí. Pero no lo vi en el juego de ayer, pudo pedir la grabación del partida con los de la televisora. No sé cómo le hace para hacer que su editorial tenga muchas ganancias.
La guardameta Georgia, y su hermano Henry Jones Jr. estaban repartiendo uno por uno los periódicos a cuanto estudiante se atravesara en el camino.
—Esperemos que para el siguiente año Henry pueda unirse nuevamente al equipo como hurtador —mencionó Frankground durante el receso—. Él y Georgia llevan el vadoleto en la sangre.
Las admiradoras seguían a los anotadores a todos lados, llegando a tal grado que Mistral tuvo que correrlas de la biblioteca por molestar a Rufio mientras que éste trataba de estudiar a gusto.
Un fin de semana, Merry llegó con varios paquetes y sobres de correo a la mesa y fue llamando a los chicos dependiendo de los nombres que leía, Baby Boom recibió un paquete con varios frascos de pruebas vacíos, Warren un libro de notas que encargó desde hace varios días, Rufio una carta negra, Merry separó las cartas que le correspondían al Sr. Niccals para entregárselas después, y sólo quedaba una cartita amarilla con el tamgha de Borka.
—¡Joven amo Navis! —exclamó alegremente la mujer—. Ha recibido una carta.
Navis la tomó para leerla a gusto en su habitación. Tocó el sobre, sus ojos brillaron como siempre, y lo miró por ambos lados, hasta lo acercó a su nariz para oler su esencia a pasto y madera antigua, y leyó la caligrafía reconocible de la señorita Girasol. «Para Navis Lew Niccals, Sector 1-404 de Zenith, Mansión Niccals», decía. La abrió cuidadosamente y notó que hasta la pared del sobre estaba escrita con su letra, la cortó de tal manera para poder leer lo que venía adentro.
“Querido Navis:
Te preguntarás: ¿Porqué la señorita Girasol me envía una carta tan inusual?, y yo quiero responder a eso. Sabes que en el orfanato el papel es un lujo que no nos podemos dar diariamente, así que aproveché cada rincón del sobre para rellenarlo de mis palabras y felicitaciones por tu nueva familia. A tres meses de tu partida los demás niños siguen extrañándote, Vasco a diario habla sobre ti. El Sr. Niccals escribió al orfanato porque se siente orgulloso que demuestres tu potencial en el colegio, incluso mencionó lo que hiciste con ese boceto de artesanía, así que aprovecha esta oportunidad para elegir lo que quieres ser de grande. No te pido que lo decidas tan prontamente, ya tendrás tiempo para pensar bien las cosas.
Ahora, mi segunda razón de escribirte es porque Tirso me pidió de favor contactarte, ya que por fin el Cuartel Infantil lo ha acomodado en el gran Colegio Militar Galáctico Liptor di Corps, justo como él quería. Tirso quiere que a pesar de la distancia sigan siendo muy buenos amigos, y no me opongo, ustedes crecieron siendo como hermanos. Las siguientes hojas son sus cartas que me pidió enviarte, ya que desconoce tu dirección.
Espero que estés bien de salud y me cuentes después con detalles sobre tu nueva vida. Escribe pronto para tener noticias sobre ti, es más, si puedes escribir de vez en cuando estaría agradecida.
—Girasol Blossom.”
Navis leyó el resto de las hojas. Se veía que Tirso escribió a cada rato porque el pulso de la caligrafía a veces era legible y otras veces se notaba cierta rapidez.
“Querido Navis:
Por ahora estoy en el gran Colegio Militar Galáctico para emprender mi camino a ser un buen Liptor di Corps, no daré muchos detalles de cómo es mi nueva vida en el internado porque los superiores nos tiene prohibido hablar con desconocidos para evitar dar información o que fuera a caer en manos equivocadas.
Basta con decir que incluso esta carta debe ser revisada, y si la lees, es porque es pasable. Tampoco creas que me tratan mal aquí, al contrario, es un buen lugar y debemos estar ocupados la mayor parte del tiempo preparándonos.
La señorita Girasol me contó que vives en Zenith, y me da gusto por ti. Pero al ser despistado no logré memorizar tu dirección. Espero que dentro de unos años, cuando sea rango beta y salga a patrullar, me den como residencia a Zenith.
Y si eso llegara a pasar, me gustaría que cuando tenga un día de franco, salgamos a comer pan y queso como en los viejos tiempos.