El fin de semana por la mañana, los “Dragones de hielo” fueron al Colegio Snowfield para conocer a su aliados.
Navis sólo conocía el Colegio Snowfield por fuera (cuando llevaban a Caronte por las mañanas). Las instalaciones de Snowfield eran un poco más grandes de lo normal. Los pasillos eran el doble de anchas y además habían pequeños corredores privados para que los pequeños Mob no fueran pisados por los enormes Gigas. El entrenador los llevó por un pasillo. Las paredes de Snowfield estaban hechas de piedras color caoba, los candelabros colgaban en los techos y el piso era de mármol pulido. Muy distintos a los pasillos de Whitlacier. El entrenador Hoost caminaba al frente.
—No se separen chicos, no quiero que se extravíen ni que se entretengan por allí. El entrenador Portgrand no está esperando con su equipo. Jones, asegúrate de que todos estén cerca.
—Sí, entrenador —volteó a contarlos a todos—. Ya escucharon chicos, nada de… ¿dónde está Georgia?
Georgia no estaba con ellos.
—Estaba por aquí hace rato —dijo Artemis Hollygang.
—Oh por Dios, Henry. ¿Cómo puedes ser capaz de perder a tu propia hermana en un colegio tan grande como este?
—¡Cállate, Dennis! ¡Ayúdame a buscarla!
Georgia Jones se había quedado atrás por mirar una vitrina donde venían todas las fotos de varias generaciones de los equipos de vadoleto, y las copas ganadas, que no eran muchas. Los jugadores de Snowfield eran mixtos. Y con referirse a mixtos significaba que tanto Gigas como Mob jugaban dentro del equipo.
—¡Georgia! ¿Qué haces allí?
—¡Oh, perdona hermano! Estaba viendo esto.
Henry Jones Jr. miró también las fotografías.
—¿Juegan ambos?
—Deben de tener un método para jugar o si no, ¿cómo le harían con la diferencia de tamaños?
—Eso lo averiguaremos dentro de pocos minutos. Hace cinco años nos tocó jugar con el instituto Jackerstorm. Será muy distinto esta vez.
—¡Capitán! ¡El entrenador Hoost está preguntando por usted! —lo llamó Dennis.
—Vamos, Georgia. Es hora de irnos.
Alcanzaron a los demás. El entrenador Hoost los hizo parar delante de una puerta. Los contó a todos y después se acomodó su abrigo.
—El entrenador Portgrand es un hombre sensato. Espero que se puedan llevar bien con su equipo, chicos.
—¡Sí, entrenador! —contestaron.
Abrió la puerta. No era un campo como el de Whitlacier. Todo alrededor estaba encerrado en cuatro paredes y estaba cálido. Varios de ellos tuvieron que quitarse los abrigos que traían encima y los colgaron en un perchero cercano que el colegio Snowfield les proporcionó.
El entrenador Portgrand era un hombre de gran altura, corpulento y robusto, y medía casi el doble que el entrenador Hoost. Su cabello era rubio. Tenía pinta de ser un novo Gigas-Tilius porque sus ojos parecían los de un lince, además de que sus dientes eran demasiado puntiagudos, y sus orejas eran puntiagudas y tenían pelillos oscuros en las puntas, y también en el rostro. El entrenador Portgrand los recibió estrechando la mano del entrenador Hoost.
—Bienvenido, Horace. Veo que tienes a un gran equipo contigo.
—Lo mismo digo, Felynx —el entrenador Hoost contestó—. Chicos, saluden.
—Buenos días, entrenador Portgrand.
—Bienvenidos “Dragones de hielo”, mi equipo no tardará en llegar —miró su reloj—. ¡Oh! ¡Aquí viene Sonya! Ella es la líder de “La escarcha de la muerte”.
Sonya Vallarta era una novo Gigas-Zenith con un rasgos perdido de Nott. Traía su uniforme puesto. Los colores de Snowfield eran el color dorado con blanco. Sonya le llevaba más de una cabeza de estatura a Henry (y eso que Henry era el más alto del equipo). Poco a poco fueron llegando los demás miembros del equipo. Algunos eran Mob y otros eran más grandes que la misma Sonya. Se fueron acomodando en sus lugares y estrecharon las manos con el equipo de Whitlacier. Navis tenía que estirarse lo suficiente para poder alcanzar la mano de sus aliados (algunos le facilitaron el saludo inclinándose un poco al frente), y también saludó a los más pequeños.
—Sonya, pasa al frente.
—Tú igual, Henry.
Sonya y Henry obedecieron.
—Deben escoger el nombre que los representará en el campeonato —les pidió el entrenador Hoost.
—¿Te parece bien si mezclamos los nombres de nuestros equipos?
—¿“Dragones de la muerte”? —inquirió Henry Jones Jr.
—Me parece original —Sonya esbozó una sonrisa—. Un poco temerario, pero agradable. Les presentaré a los chicos, vengan.
Los demás jugadores estaban contentos de tenerlos de aliados. Navis intentaba grabarse sus nombres, y sus posiciones en el juego. Lucas Brunswick era un novo Gigas-Zenith con algo de Adharus, y era uno de los escuderos más altos del equipo. Un pequeño Mob llamado Linus Lottier era el otro anotador, y su tamaño era la palma de una mano. Dos chicas novo Mob, Tamora Littlehood y Dianne Sutter eran unas hurtadoras que medía escasos veintitrés centímetros. Eros Trackless también era pequeño, y era el mejor escudero del equipo. Tenía una fuerza sorprendente y podía cargar hasta a su propio compañero Lucas. Firass Dahhan era el estratega del equipo, y tenía rasgos de un novo Gigas-Phornix, y su hermana gemela, Safra, era la tercera escudera. Y por último, el guardameta era otro novo Gigas llamado Lopis Kapoor.