A la mañana siguiente, Navis despertó con el estómago vacío. Prefería seguir en cama para descansar más, pero el hambre lo obligó a separarse de las sábanas. Hizo a un lado a Piedrita y comenzó a vestirse. Se colocó una gorrita en la cabeza porque el cabello le estaba volviendo a crecer y se dejó unos cuantos mechones en la frente, y otros por detrás de las orejas para no tener que quitárselos a cada rato. Probablemente Merry le obligaría a cortárselo ese mismo día.
Algunas hojas estaban todavía sobre su escritorio y les dio una pequeña inspección para que estuvieran en orden y completo. Todo estaba bien, y no faltaba nada. Suspiró. Le preocupaba que entraran a su habitación mientras que él dormía profundamente y revisaran sus cosas; mapas de todos los mundos aliados, pero el de Borka tenía más escritos y trazos que el de los demás. Entonces las guardó en donde solía ocultar sus objetos de valor y se colocó los guantes en las manos, dispuesto a salir, no sin antes dejar abierta la ventana para que Piedrita saliera.
Y el gato no quiso salir afuera. Navis se giró porque le pareció de lo más extraño que Piedrita no saliera a jugar cuando siempre lo hacía. Intentó cargarlo, pero lo único que recibió fue un arañazo en la mano y el gato salió corriendo en dirección al pasillo.
Navis se rascó la cabeza porque nunca había visto nada más raro que eso, pero no le dio tanta importancia y se fue. Iba bajando para desayunar al comedor. Arthur venía de la otra dirección y se fueron juntos.
—Hola, Arthur.
—Hola.
Navis detectó cierta molestia en su forma de hablar. Arthur no era así.
—Algo tienes.
—Yo no, pero estoy un poco enfurecido.
—¿Por qué?
Arthur tartamudeó. No estaba del todo convencido, pero era preferible hablar.
—¿Te cuento algo y no se lo dices a nadie? Eso incluye a padre y a Warren, y por supuesto a Merry.
—¿Tan malo es?
—Sí, y la verdad estoy muy preocupado. Es por Baby Boom.
—¿Demasiado malo? —Navis volvió a insistir.
—Como no tienes idea. Sé que ella es muy astuta, pero tengo miedo de que la situación se le vaya de las manos.
—Entonces ven a mi habitación y me explicas bien lo que está pasando.
Dieron media vuelta, olvidándose del desayuno y fueron a la habitación de Navis. Al entrar, Navis le cedió su silla a Arthur mientras que él fue a la mesa para sacar el distorsionador y así platicar sin las preocupaciones de ser descubiertos por Warren o por Merry. Luego se sentó sobre la cama y se sacudió la cabeza. Arthur estaba un poco impaciente, manteniendo las ganas de hablar porque se notaba que le preocupaba demasiado guardar el secreto.
—Listo, puedes hablar, Arthur. ¿Qué tanto esconde Baby Boom?
Arthur se aclaró la garganta, y comenzó a hablar precipitadamente:
—Hace dos días fui a la torre de juegos porque me acordé que había olvidado uno de los pergaminos que padre me trajo la semana pasada y, bueno, no quería dejarla en la torre porque escribí una carta para Zephyr porque el papel pergamino me encantó y quería usarlo para eso. No entré porque Baby Boom estaba adentro de la torre, y sobre todo se había encerrado bajo llave para que nadie entrara a molestarla. Estaba discutiendo con un chico.
—¡Eh! ¿¡Un chico!?
—¡Sí! Estoy seguro de lo que vi.
—¿¡Baby Boom dejó a entrar a un desconocido a la casa a escondidas!?
—¡Sí! ¡Nunca lo había visto hasta ahora! No sé en qué momento habrá entrado, pero recuerdo que ese día Merry se fue porque tenía que llevar un recado a los Fiametta y Warren, no sé donde estaba Warren, pero estoy seguro de que estaba en casa porque de no estarlo, Baby Boom no hubiera puesto el distorsionador.
—¿Y qué pasó?
—No pude escuchar nada de lo que decían, pero sí llegué a mirar por la ranura de la puerta que ellos dos estaban discutiendo. Él extendía mucho las manos en el aire, y se portaba como un verdadero desquiciado. Tuve miedo de que llegara a pegarle, y casi lo logra.
Navis brincó de la cama, enfurecido de lo que estaba oyendo.
—¿¡Cómo que casi!? ¿La golpeó? ¿Ese idiota se atrevió a hacer eso? Arthur, dime la verdad; ¿ese tipo le pegó a Baby Boom?
—No, la sujetó fuertemente de los brazos y forcejearon, pero Baby Boom logró zafarse una mano y le dio tremenda bofetada que casi lo deja en el suelo.
—¡Bien! ¡Me alegro que Baby Boom puso a ese tipo en su sitio!
—¡Realmente ese tipo estaba enloquecido! Su cara se acaloró y miraba a nuestra hermana con ganas de matarla. Lo había humillado. Pero él no se quedó nada contento y ya estaba dispuesto a regresarle la bofetada a Baby Boom y entonces es ahí en donde reacciono y comencé a dar de patadas a la puerta. El tipo se dio cuenta porque estaba de frente y miró cómo alguien trataba de girar desesperadamente la manija por detrás. El muy collón se avergonzó y Baby Boom le hizo señas de que se saliera por la ventana, entonces él va cobardemente y baja la torre con una cuerda. No me había percatado de la cuerda hasta que bajó y me di cuenta que no era la primera vez que venía, porque bajó con una gran facilidad. A lo mejor Baby Boom fabricó la cuerda para eso. Entonces ella va y me abre la puerta y me da un jalón hacia adentro y cierra de un portazo y me dice «¿Qué haces aquí, Arthur? ¿Qué tanto viste?», yo le respondí que había olvidado algo y que no vi mucho, pero que me asustó verlo cerca de ella de esa manera. Entonces me llama mentiroso, que sí vi algo más porque si no, nunca hubiera tratado de abrir. La vi muy mal, sus ojos estaban a punto de llorar pero se contuvo para no hacerlo. Le dije la verdad, que vi lo del golpe y que tenía que contárselo a padre porque ese chico era muy rudo con ella, y en vez de alegrarse me dio a mí también una bofetada que casi me hizo ver el cielo y es ahí en donde se pone a llorar. Yo me asusté porque ella nunca se atrevería a hacerle eso a ninguno de nosotros, pero me asusté más porque no hallaba manera en que parara de llorar. Me contó que salió con ese chico desde hace año y medio a escondidas de todos nosotros y de padre, que los primeros meses fueron normales pero de un momento a otro él se fue volviendo muy grosero y ella ya no veía modo de quitárselo de encima. Ya lo había terminado al empezar las vacaciones pero él era muy insistente y la seguía a todos lados secretamente y ella ya lo había notado. Se oía desesperada. A mí me preocupa porque ella es muy buena con nosotros, a pesar de hacer varias travesuras, pero ese chico le da malas pasadas y la ha afectado demasiado, tanto así que no quiere que nadie más lo sepa. Me dijo que ya buscaría una forma de deshacerse de él, pero tengo miedo de que ese tipo cobre venganza contra ella.