Nazaria

II

Siento mi estomago vació, no he comido desde hace una semana. ¿Cómo logré vivir sin comer una semana? Debería estar muerto, caminaba cercas del lago. Mi estomago gruñía de hambre.

-Necesito comer...-Susurré. -La razón que sigo con vida es porque aún debo vivir los momentos felices? -Levanté mi mirada hacía al cielo. -Por qué merezco seguir con vida?!-Pregunté al cielo. Bajé mi mirada y mi estomago gruñó de nuevo. -Bueno...si debo seguir con vida entonces el primero que pase le quitaré su dinero. Miré que pasó un tipo en una motocicleta. -No, será difícil alcanzarlo...bueno el segundo que pase enfrente de mi le arrebataré el dinero. -Miré de nuevo y pasó varios soldados trotando. -No creo que los soldados carguen sus carteras mientras entrenan...-Mi estomago gruñó de nuevo. -Agh! ¡El tercero es el vencido!

Miré a un tipo ahogándose, volteé de nuevo hacía la dirección de la carretera.

-Necesito dinero para comprar comida! No salvaré a un tipo por el momento. -Pensé. Escuché al tipo ahogándose. -Mierda...bien! -Me lancé al agua y salvé al tipo. Empecé a darle respiración. -Mierda...no lo logró. Al menos él está bien en otro lugar. Miré el tipo levantarse del suelo, me asusté.

-Qué? ¿Aun sigo con vida? -Susurró el tipo. -Mierda!

-Le salvé la vida y se quejó? -Pensé. El tipo volteó hacía mi dirección, estrechó su mano. Tomé su mano y me levanté del suelo.

-Agradezco que me hayas salvado, pero, me estaba suicidando. -Dijo el chico. Rasqué mi nuca.

-Yo no sabía que te estabas quitando la vida. -Dije un poco avergonzado.

-Te lo agradecería dando una recompensa, pero...el lago se llevó mi cartera. -Dio media vuelta, bajé mi mirada.

-No debí salvarlo desde un inicio-Pensé.

-Pero, mi compañero podrá darte la recompensa por salvarme la vida, ¡aunque yo no quería ser salvado! -Dijo en un tono de alegría. -Cuál es tu nombre?

-Un...Eddie. -Respondí.

-Bueno Eddie. -Mi estomago lo interrumpió. Me sonrojé un poco. -Veo que no has comido.

Eddie-Si, no he comido desde una semana. -Dije en tono de vergüenza. -Tú quién eres?

-Oye Dante! ¿¡Qué haces allá!? ¡Deberíamos estar haciendo nuestro trabajo! -Le gritó un tipo desde el otro lado del lago.

-Me llamó Dante. Dante Teagle. -Ignoró al tipo, dobló sus mangas y miré que tenía vendas en ambos brazos. El compañero de Dante se acercó con nosotros molesto.

-No me digas que estabas cometiendo un suicidio limpio-Le dijo, Dante acomodaba su cabello. -Mierda Dante! Por suerte el chico te salvó la vida.

Dante- ¡Claro!  ¡Y de agradecimiento tu pagarás la comida! -Abrazó a su compañero.

-Dante! -Le gritó.

Dante- ¡Bueno andando! Porque también tengo hambre...-Dijo. - ¡Vamos Eddie, nuestro amigo pagará la comida!

...

Finalmente sentí mi estómago lleno, jamás había comido una comida tan deliciosa o será porque ya tenía demasiada hambre. Dante había terminado su comida desde hace una hora al igual su compañero. Su compañero estaba leyendo un libro que tenía y Dante estaba escribiendo en su cuaderno.

-No puedo creer que trates de suicidarte de nuevo! ¡Dante, tenemos que ser serios en el trabajo! - Regañaba a Dante. Dante lo ignoraba, terminó de escribir cuando miró el techo y se sorprendió. - Ni se te ocurra hacer una orca aquí. - Dijo sin ver a Dante.

Dante- Descuida, solo pensaba hacer estiramiento de orca miento. - Dijo en un tono orgullo. - Es bueno para el cuerpo. ¡Deberías anotarlo ahí!

-Enserio es bueno para el cuerpo? - Su compañero preguntó.

Dante- ¡Si! - Respondió, su compañero sacó su libreta y anotó lo que Dante dijo. - No es cierto. - ¿Su compañero quebró su pluma, estaba molesto por lo que dijo Dante- Por qué no has comido Eddie?

Eddie- Bueno, la verdad soy pobre. Vivo en la calle, no tengo dinero para comprar comida o ropa. - Respondí

-Tienes familia al menos? - Me preguntó su compañero.

Eddie- Mi familia murieron en un incidente, una bestia gigante se devoró a mi familia. La gente que vivían cercas de mi antigua casa tenía demasiado miedo hasta que en una noche incendiaron mi casa, por suerte logré salir del incendio. Solo hui para alimentar a la bestia. - Dije.

Dante- ¿Una bestia dices? - Preguntó

Eddie- ¿Claro, por qué pregunta? - Pregunté, su compañero acomodó sus anteojos.

-Dante, sabes que estamos prohibidos hablar sobre este tema. -Le dijo a Dante. A Dante no le pareció para nada bien en guardar en silencio sobre algún tema que solamente entre ellos saben.

Dante-La verdad, nosotros somos como agentes. - Dijo.

Eddie- Agentes? ¿Son de la FBI? -Les pregunté un poco nervioso.

Dante- Algo así, solo que no somos del FBI. Somos los Elegidos de Nazaria. -Dijo. Su compañero bufó.

Eddie-Nazaria? Reconozco una leyenda sobre aquella bella mujer. Se dice que ella nació con unos poderes, nadie sabrá si sus poderes son regalados por los mismos dioses o es un poder sobrenatural. Cuando ella cumplió los 20 años, se dice que se enamoró de un hombre que le dio poder y lujos. Por suerte Nazaria encontró al correcto. Hasta que una noche la gente religiosa creyeron que Nazaria era uno de los demonios que hasta eso la declararon la pena de muerte junto con su esposo. - Dije. - Un día antes de su pena de muerte, ambos decidieron guardar los poderes de Nazaria dentro de unas joyas. Nazaria accedió, usó sus joyas que su esposo le regalo para guardar sus poderes. Después de la muerte de Nazaria aún se dice que en uno de sus joyas sigue el alma de Nazaria viva. - Añadí. Dante y su compañero estaban en silencio. Dante suspiró y volteó ver a su compañero. - Oigan, agradezco por haberme invitado la comida, pero no tengo dinero para pagarles.

Dante- ¿Descuida, ya te había dicho que Caden pagará la comida! -Dijo.

Caden- Solo por esta vez. – Pagó.




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