Nazaria

IV

Aria

Bajé del segundo piso, me acerqué hacía la puerta. Lo observé por unos segundos, toqué mi colgante. Siento algo dentro de mí que no sé cómo describirlo, pensé que me iba sentir feliz o emocionada de ver de nuevo a mis compañeros del trabajo. Abrí la puerta y miré los escritorios de cada colega y la puerta del jefe.

-Aria! ¡Bienvenida a casa! ¡Nos alegra demasiado que volvieras! - Exclamó una jovencita. Sonreír levemente aun así odiando la sonrisa.

- ¡Nos alegra que volvieras, por suerte teníamos todo listo para ti! – Dijo el joven. Una mujer se acercó con nosotros y alzó su brazo en el aire. Tenía una carta para nosotros.

- Caden nos ha enviado una carta. Esta noche iremos al muelle para ayudar a Dante en detener la bestia. – Dijo la mujer.

Dante

Eran las 8 en punto, los trabajadores que trabajan en el muelle se han ido a sus casas. Estaba sentado encima de una caja de madera mientras Eddie estaba parado en medio. Mientras esperábamos la bestia estaba escribiendo en mi cuaderno.

Eddie- Crees que la bestia vendrá? – Me preguntó.

Dante- Claro, por eso estamos aquí. – Dije sin mirar a Eddie. Mientras escribía, se escuchó un leve estruendo.

Eddie- Qué fue eso? – Preguntó en un tono de nerviosismo.

Dante- Solo fue un trueno, recuerda que lloverá y por eso debemos apresurarnos. – Dije mientras escribía.

Eddie- Enserio puedes escribir sin ver? – Me preguntó. Asentí.

Dante- Podré escribir cuando hay luz, pero, cuando estoy en la oscuridad solo leo lo que tengo aquí escrito y escribo lo que pienso. – Dije. – Escribir en un cuaderno me hace sentir que estoy en lugar donde hay paz y cuando leo solo me siento que estoy fuera de este mundo.

Eddie- Vaya.

La luz de la luna llena entró por la ventana, Eddie se acercó hacía la luz de la luna. Empezó a brillar una aurora color azul cielo, lo cual me hizo que me preparara para pelear. Cerré mi cuaderno, miré que se ha convertido en una bestia bastante peculiar. Ese bestia se acercó directo hacía a mi lo cual esquivé su ataque. La bestia chocó con las cajas de maderas mientras yo retrocedía.

Dante- Estaba en lo correcto, sabía que Nazaria te había elegido a ti. – Alcé mi brazo izquierdo, con mi dedo índice toqué la nariz de la bestia justo cuando quería atacarme. Salió una aurora color verde alrededor de nosotros. – Y por eso vinimos aquí.

Eddie volvió a su forma humana, quedó inconsciente. Cayó sobre mí, lo observé por unos momentos. Quité a Eddie que estaba encima de mí. No me importó se cayó al suelo.

Dante- Abrazar los hombres no es lo mío. – Dije mientras quité a Eddie que estaba encima de mí. Escuché unos pasos, me paré enfrente Eddie. Miré que Caden y los demás llegaron. – Llegaron tarde, ya me encargué de la bestia.

Caden- Que?! ¡¿Porque me hiciste enviar tu nota hacía al jefe?! ¡Sabes que ellos dejaron sus misiones solo por venir por el motivo que tu enviaste esta nota! – Empezó a regañarme. Los otros se acercaron hacía donde estábamos Eddie y yo.

Aira- Y él es? – Se arrodilló. Tocó la frente de Eddie. – Qué le hiciste?

Dante- Él era la bestia. Lo único que hice fue quitar sus poderes por el momento. Después se los regreso. – Aclaré.

Aria- Su patita esta suave. – Dijo en un tono de dulzura, pero, sin sonreír. Quería sonreír por haber escuchado algo así de ella. Eddie reaccionó, miró hacía todos lados.

Eddie- Qué sucedió? – Preguntó. – Y la bestia?!

Dante- La bestia eras tu. – Dije. Me paré a lado de los demás chicos.

Eddie- Yo era la bestia – Susurró. – Y ellos quiénes son?

Dante- Eddie… Nosotros somos los Elegidos de Nazaria. – Dije.

Eddie

Son los elegidos de Nazaria. Tengo a los más fuertes enfrente de mí. Coloqué mi mano en mi frente cuando sentí algo suave. Se sentía que estuviera tocando a un oso de peluche tan suave. Pero esto se movía. Miré mi mano, tenía la pata de un tigre.

Eddie- Qué es esto!? – Grité.

Dante- Por lo que veo no recuerdas nada. – Dijo, se acercó hacía a mí y me dio dos leves palmadas en mi espalda. – Tuve que sellar tus poderes, no lo sellé por completo.

Eddie- Que?! – Sentí como mi vista se nubló de la nada, dejándome caer al suelo. Miré a una chica acercarse, no logré identificarla bien ya que mis ojos se cerraron por completo.

Al día siguiente, desperté repentinamente. Caí al suelo sintiendo un dolor en mi pecho ya que caí de pecho. Empecé a escuchar algo timbrar, me levanté rápidamente y era un celular.

Eddie- Cómo respondo?! – Entré en pánico. Toda mi vida no he tenido celular ya que soy pobre. Presioné el botón verde. Coloqué el celular en mi oído. No se escuchaba nada, todo estaba en silencio. Hasta que…

“Buenos días Eddie! ¡Espero y te guste tu nuevo hogar! ¡Desde hoy adelante ese será tu nuevo hogar!”

Eddie- Gracias Dante. – Aclaré mi garganta. ¿La voz de Dante se escuchaba bastante alegre, acaso está bebiendo o trata de suicidarse de nuevo?

“¡Los chicos te dejaron una maleta de ropa, así que apresúrate porque tienes una nueva misión!”

Eddie- E… está bien. – Me apresuré rápidamente en cambiarme. Terminé de cambiarme, tomé el celular de nuevo y lo coloqué dónde mismo. – Listo.

“Genial! Ahora salga con cuidado, no sabes cuando pueden atacar los enemigos.” Dijo Dante en tono seriedad. Salí de mi hogar cuidadosamente hasta que cerré la puerta en silencio. “Bien! ¡Ahora voltea hacía acá!”

Cuando volteé miré a Dante dentro de un bote de basura. ¿Acaso este chico no se cansa de suicidarse? Me acerqué hacía a él, colgué su llamada observándolo seriamente.

Eddie- Qué haces? – Le pregunté.

Dante- Me enteré que también esto es una forma de suicidarse. – Dijo. Enserio este chico quiere morir.



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Editado: 22.12.2021

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