Necesito Cambiar

Epílogo — Elegí ser

El día que empecé a escribir estas páginas no tenía un mapa. Solo un nudo en la garganta y un puñado de heridas abiertas. Escribir fue mi manera de respirar cuando el aire escaseaba. Mi forma de seguir andando cuando las piernas ya no podían.

Hoy, al llegar a este punto, miro hacia atrás y veo el rastro que dejé. No son huellas rectas ni limpias; hay curvas, tropiezos, charcos y marcas profundas. Pero todas son mías. Cada caída, cada levantada, lleva mi nombre escrito con cicatrices.

Repaso cada capítulo como quien abre una caja de fotos viejas:
Los inicios, las caídas, las máscaras, el miedo, la soledad, las pequeñas victorias. Los días en que pensé que no valía la pena abrir los ojos, y los días en que todo valió la pena por un instante de calma.

Todo está acá. No como un manual para vivir, sino como un espejo. Tal vez alguien se vea en él y entienda que no está solo.

Aprendí que la resiliencia no es levantarse una vez: es levantarse siempre. Que el cambio verdadero no empieza afuera, sino adentro. Y que, aunque el mundo te grite que acumules, la verdadera riqueza es la paz que sentís cuando cerrás los ojos.

El mundo seguirá corriendo. Seguirá queriendo más: más dinero, más títulos, más objetos, más viajes. Yo no.
Yo quiero menos ruido y más silencio. Menos cosas y más momentos. Menos “tener” y más “ser”.

Me imagino caminando por una calle cualquiera, una tarde cualquiera. La gente pasa apurada, con la mirada fija en sus pantallas, sin cruzar ojos ni palabras. Yo camino despacio. Respiro. Siento el viento. Escucho mis pasos. Y, en ese instante, sé que no necesito más.

No tengo todo. No tengo la vida perfecta. No gané todas las batallas. Pero en un mundo que siempre quiso más… yo quiero andar ligero. Sin cargas que no sean mías. Sin perseguir lo que el ruido dice que necesito.

Quiero momentos que no se publican, abrazos que no se etiquetan, y una paz que no se pueda comprar.

Y aunque mi vida esté hecha de fragmentos y cicatrices, aunque no lo tenga todo, aprendí algo que el mundo parece olvidar:
No vine para tenerlo todo. Vine para ser.

Y en un planeta que se devora a sí mismo queriendo más…
mi acto de rebeldía fue elegir ser.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.