—Logan Walton —leí en voz alta el nombre del propietario del auto —Walton —repetí.
Eso significaba que... ¡Por Dios! ¿Él era el maleducado hombre de la mañana? ¿El hijo del dueño del hotel en donde trabajaba era el mismo al que le debía dinero? ¿El mujeriego que utilizaba el hotel para follar con diferentes mujeres era el mismo hombre malhumorado que pagó mi cuenta aquel día en la cafetería? ¡Mierda, mi vida no podía ser más caótica!
Con las manos temblorosas abrí una nueva ventana en el navegador y tecleé su nombre, sorprendiéndome por todas las notas que encontré, ¡era más importante y millonario de lo que pensé!
Parecía una enfermiza de mierda buscando hasta la más mínima información de él y era tan nerd que realicé un resumen «¡necesitaba ir al psiquiatra cuánto antes!».
El malhumorado chico tenía un hermano menor que era el responsable del hotel en donde trabaja «lo que significaba que el hombre de la mañana no era Logan, sino su hermano Jacob, lo que explicó el parecido en su voz», su papá tenía distintas inversiones en el extranjero convirtiéndolo en un hombre poderoso, Logan era presidente de una agencia de modas que manejaba con la ayuda de su madre y ambos hijos estaban fichados como unos verdaderos mujeriegos, la diferencia es que Jacob había presentado a la prensa a dos mujeres como sus novias en diferentes ocasiones, mientras que Logan se mantenía con el título de soltero codiciado, la formalidad en las relaciones sentimentales no estaba en sus planes según los cuatro millones de artículos que leí «amaba exagerar cosas como éstas».
Google estaba lleno de imágenes de él y por curiosidad, le di click al link que me redirigió a su cuenta de Instagram.
Tenía muchos seguidores y todos los comentarios de sus fotos eran de mujeres desesperadas por salir con él, lo que me hizo sentir importante, mientras que ellas morían por si quiera tener una salida con él, yo había sido testigo de su bondad al pagar mi cuenta.
En ese instante se encendió el bombillo de mi cabeza, ¿qué sucedería si me contactaba con algún reportero y ofrecía una exclusiva en donde halagara de principio a fin a Logan? Era una buena idea considerando que todo el mundo estaba interesado en él y en lo que hacía, ¡seguro me pagarían muy bien por brindar información exclusiva! Todo sonaba tan bien que terminé dándome cuenta de que mi idea era muy irreal, no era la protagonista de una novela cliché como para que algo tan grandioso me sucediera, así que desistí de inmediato y me aferré a la idea de que debía de seguir trabajando para saldar las deudas que tenía.
Seguí buscando información y me reí cuán demente en celebración al encontrar la dirección exacta de la agencia que dirigía, el problema ya no sería encontrarlo, sino infiltrarme en la agencia para poder agradecerle y darle su dinero.
Sé que estaba haciendo más de lo normalmente permitido, pero nadie sabía lo sofocante que eran las deudas por más mínimas que fueran y no descansaría hasta saldar la deuda que tenía con Logan.
Por supuesto que un hombre como él no lloriquearía por $15USD, porque simplemente no los necesitaba, pero mi ser no estaría tranquilo hasta saldar todas y cada una de las deudas que estaban consumiéndome lentamente.
Apagué el ordenador y tomé las prendas más casuales que encontré en mi clóset para ponérmelas después de darme una ducha rápida «me bañé por la mañana antes de ir a trabajar, pero quería relajarme luego de tanta información, además de que quería estar olorosa para mi salida con el señor Maximiliano».
Al terminar de ducharme y asearme correctamente, cepillé mi cabello castaño claro y dejé que se secara al natural, deseando que la crema para peinar evitara que se hiciera frizz en mi cabellera.
Me observé en el espejo y me sorprendí por mi outfit que consistía en una blusa negra de tirantes, unos jeans y mis tradicionales converse negros, Saúl me prohibía muchas cosas, entre ellas salir al exterior con ropa escotada, él quería que me vistiese como una chica árabe, hasta los talones debía de ocultar para salir de casa y no dejaba de darme golpes mentales por lo sumisa que llegué a ser.
Me molestaba demasiado saber que los estragos negativos de mi relación con Saúl siempre estarían en mis pensamientos por toda mi vida, tantos años estando junto a él me jodieron la vida o mejor dicho, me jodí la vida yo misma al no notar lo tóxico que era, me jodí la vida al obedecer ante él sin rechistar por sus absurdas y machistas peticiones.
Pude ser muy ciega en el pasado al justificar muchas cosas malas que me hizo, pensando que cada una de sus acciones «así fuesen negativas» se debían al amor que me tenía, pero hoy en día ya no quería volver a lidiar con un hombre tan enfermo y acostumbrado a que se hiciera lo que él quisiera como lo era Saúl.
Debía de construir yo sola lo que él se encargó de destrozar por más de seis años.
Seguí mirándome en el espejo y dentro de la sorpresa que sentí al mirarme tan fresca, me percaté de la innegable inseguridad que me abordaba, por eso cuadré los hombros y me reí al ver que era un caos intentando ser delicada y presentable a la vista.
Pensé por muchos minutos si debía irme así o debía colocarme una chaqueta delgada, al final opté por relajarme y tomar esa decisión cuando fuera el momento adecuado.
Abrí con cuidado la puerta de la habitación de mamá y sonreí al verla dormida plácidamente cuán bebé, me animé a besar su frente deseando no despertarla y me alegré al lograr mi cometido.