Mi turno en el hotel, terminó, las cosas hasta ese momento iban bien, Jacob seguía apareciéndose con diferentes chicas para poseerlas en una de las habitaciones más lujosas del hotel, la diferencia es que ya no le cuestionaba nada.
Hannah llegó a casa y una hora bastó para ponernos al día, nos mensajeábamos a diario, pero llevábamos días sin mirarnos, la universidad estaba consumiéndola.
Mi mejor amiga era muy afortunada, no bastaba enumerar las razones, pero era tan importante para mí que envidiarla u odiarla por lo que ella tenía y yo no, no estaba en mis planes, cada uno de sus logros los sentía como míos, ella además de mamá era la única persona que había estado para mí a pesar de toda la mierda que solía envolver mi vida.
—Así que finalmente lo encontraste —parpadeó atónita.
—Ya sé en donde encontrarlo, lo que necesito ahora es que me ayudes.
—¿A qué?
—Necesito entrar a la agencia de modas a como dé lugar, seguí investigando y tienen estándares muy altos, ¡ni en mis mejores sueños me dejarán entrar! —de nuevo la impotencia se apoderó de mí.
—Soy la indicada para eso —mencionó tan fría como de costumbre.
—¿Qué planeas?
—Dices que es una agencia de modas, ¿no? —asentí —soy estudiante de diseño en la universidad más prestigiada de la ciudad, ¿crees que me negarían el paso? —elevó su ceja con egocentrismo.
—A ti no, pero a mí sí —no era nada a lado de una talentosa chica como ella.
—Déjamelo a mí —miró sus uñas con ese característico tono ególatra —tengo un plan.
—¡Cuéntame! —rogué cuán niña pequeña.
—Puedo mandar un correo exponiendo las amplias ganas que tengo de trabajar en un futuro para ellos —Hannah tenía el don de envenenar por sus palabras, quiero decir, así esté mintiendo vas a creerle por la seguridad con la que habla —, puedo enviar mis notas académicas e incluso algunos diseños para que confíen en mí.
—¿Yo dónde entraría?
—Tú serás Hannah.
—¿Enloqueciste? —arrugué el rostro incrédula —quiero encontrarlo, pero eso es demasiado, ¿mentir para ingresar a esa agencia? ¡No, gracias! —me quejé.
—Limosnera y con garrote —musitó malhumorada.
—Te pareciste a mamá —reí —e incluso a mí con ese lenguaje coloquial.
—¿Ves que fácil es cambiar de papeles? —siguió aferrada a que le obedeciera en su plan —nos conocemos tan bien que ni siquiera necesitaríamos hacer un guion para comportarnos igual que la otra.
—¿Y tú cómo para qué quisieras hacerte pasar por mí? —la abracé y correspondió a mi melosidad con dificultad, ¿ya dije lo fría que suele ser? —no necesitas nada de lo que yo tengo, porque a excepción de ti y mamá, no tengo nada.
—Ja-ja-ja —ironizó —¿no tienes nada? —negué —¿y el bombón de Maximiliano qué? —me sonrojé al instante al recordar al chico tostado y jodidamente guapo.
—Él no es mío —me encogí de hombros.
—Tú no eres suya, él es completa y jodidamente tuyo, que no quieras aceptarlo es punto y aparte.
—¿Por qué lo dices? —me pegué más a su cuerpo cuán goma de mascar a la suela del zapato.
—¡Está loco por ti! —alegó —hace tanto por ti que me preocupo por él.
—No entiendo —arrugué mi nariz y le presté completa atención a ella.
—Terminarás hiriéndolo si sigues así, Keleine —sentí una punzada en el corazón, herir a las personas no estaba en mis planes.
—¿A qué te refieres? —hice la milésima pregunta del día.
—Comprendo que estás en tu proceso de sanación y debo decir que vas muy bien —besó mi mejilla sorprendiéndome y animándome a seguir con mis cariñitos —pero debes de darte cuenta que por más que alguien te ama no puede estarte esperando hasta la eternidad.
—¿Estás sugiriendo que...? —me interrumpió.
—No estoy sugiriendo, estoy opinando —corrigió —y opino que debes demostrarle así sea de mínimas maneras que también estás interesado en él, porque lo estás, ¿verdad?
—Completamente —musité, aún así, me escuchó.
—Entonces deja de pensar en tantas cosas ajenas a él, suficiente mierda hay en tu vida como para seguirte metiendo en más problemas —jaló su cabello oscuro con desesperación —voy a apoyarte en todo y si quieres ingresar a esa agencia de modas, haré hasta lo imposible por que lo hagas, mi plan funcionará aunque te parezca alocado, pero debes saber que tengo un mal presentimiento.
—Por supuesto, fingir ser alguien más es sinónimo de negatividad —negó con seriedad.
—No hablo de eso, me refiero a que tengo un mal presentimiento con todo lo de Louis.
—¡Logan! —corregí riendo al darme cuenta que esos nombres no tenían nada de parecidos.
—Como sea —gruñó —honestamente no creo que sea necesario hacer todo lo que estás haciendo por pagarle $15USD a un hombre millonario, ¿crees que los necesite?
—No los necesita, en cambio yo si necesito encontrarlo, necesito regresarle lo que me prestó, no para aumentar su fortuna porque eso no sucederá, pero quiero hacerlo por mi propia paz.