Necesito encontrarlo.

♡C A P 21:

Hannah me observó con terror e inquietud luego de que le contara lo que había pasado esa tarde con Logan.

—¿Una semana para pagar? —preguntó por enésima vez y asentí más frustrada que un candidato perdiendo las votaciones electorales.

—¡Una semana! —grité derrotada y di vueltas sobre mi propio eje —¿qué voy a hacer? —lloriqueé —tú mejor que nadie sabes que tardé siglos pagando el resto de dinero en porciones pequeñas al mes, ahora tengo una semana para pagar todo de contado, ¡maldita sea! —mi cabeza explotaría de estrés en cualquier momento.

—Necesitas relajarte para que encontremos una solución —impidió que siguiera dando vueltas sobre mi propio eje cuán pirinola, me arrastró al sofá para que nos sentáramos y besó mi mejilla con la intención de tranquilizarme, algo que me enterneció, mi día estaba siendo de la mierda, un beso de mi única, mejor y amargada amiga significó la gloria para mí.

—Te amo —me escondí en su majestuoso pecho.

—Y yo a ti —besó mi cabeza —puedes tocarlas —hizo referencia a sus boobies y logró su cometido, pues estallé de risa.

—¡Hannah! —reprendí.

—A los chicos eso le sirve de consuelo —se encogió de hombros.

—No soy un chico —mencioné aún entendiendo su ironía.

—Pensemos con la cabeza fría —tomó una larga respiración, hice lo mismo y cerré mis ojos aún recibiendo la calidez de su cuerpo.

En vez de pensar en soluciones, aparecieron millones de posibles consecuencias que podrían ocurrir en caso de no poder pagarle, trabajar para él no era una opción, no quería ser su esclava ni adentrarme en un mundo superficial al que no pertenecía ni quería pertenecer.

No confiaba en él, dijo que en caso de no poder pagarle en la semana que me dio, la última opción viable sería trabajar para él, pero ¿qué sucedía si no lo hacía? ¿Me demandaría por no pagarle? En ese momento no pensé con claridad a causa de mi desesperación, impotencia y rabia acumulada, la respuesta correcta y viable estaba frente a mis ojos, pero era tan estúpida y ciega que no quise mirarla.

—Es en vano pensar en una solución, ¡no la hay! —me quejé con cansancio.

—Puedo prestarte... —iba a mencionar la cantidad de dinero que podía prestarme y negué de inmediato.

—No —me apresuré a decir.

—Puedo prestarte $10,000USD y mis papás pueden prestarte el doble, así la cantidad que necesites reunir será menor.

—Sabes que no puedo tomar ese dinero.

—Lo mío lo tienes seguro y por pagar ni te preocupes —mis ojos se hicieron espirales y la encaré.

—¿¡Qué?!

—Eres mi amiga, haría todo por ti —pellizcó mi mejilla.

—¿Regalarme tanto dinero? ¡Enloqueciste! —me quejé.

—¿Entonces qué otra cosa se te ocurre? —alegó —¡estás ahogándote por tu propia cuenta! —gruñó fastidiada.

—¿No me entiendes? —musité —¡no quiero salir de una puta deuda para meterme en otra! —jalé mi cabello con desesperación.

—La deuda sería con mis papás que terminarán olvidándola, Keleine, tienen suficiente dinero como para preocuparse por esa mínima cantidad, es más, puedo hablar con ellos para que me lo den a mí y listo, ¡se soluciona todo!

—No es tan fácil.

—Pídele p-r-e-s-t-a-d-o a Maximiliano —deletreó.

—Es mucho dinero —le recordé —mi apellido está sucio en los bancos y en préstamos privados —maldije —estoy frita.

—Nos tienes a nosotros dos, con eso basta, deja de ponerle tantos "peros" a los problemas que tienen solución.

—Es que... —enfureció en ese momento y la entendí, hasta yo me fastidiaba de mí misma.

—¿Sabes qué? —frunció el entrecejo —¡arréglatelas sola! —colgó su bolsa y antes de abrir la puerta para marcharse, giró a verme —tienes la solución frente a ti, pero es tu estúpido orgullo de mierda quien no te permite tomar la ayuda de los demás.

—Pero...

—¡No todos somos tan mierdas como tu papá, los prestamistas o el banco de mierda! —azotó la puerta con rabia y me abracé a mí misma sin saber qué hacer.

El día fue horrible y la tarde empeoró con mi amiga enojada conmigo, ¿qué carajos seguía? ¿Que tortuguita escapara, que mamá me regañara y que Maximiliano me olvidara? ¡Joder, deseaba que ese día de la mierda terminara de inmediato!

Fui a la cocina para hacer la cena y descargar mi furia en los vegetales que estaba apuñalando como si se trataran del metiche de Logan, ¿en qué momento le pedí que me ayudara? ¡En ninguno!

—Entrometido —farfullé y golpeé el ajo con el cuchillo para que la cáscara saliera volando —egoísta —pasé el cuchillo con brusquedad por la calabaza —millonario de mierda —hice diversos cortes nada proporcionales a la cebolla, tenía muchas palabras despectivas para él, pero mis quejas parecieron llegar a oídos de mamá, quien apareció curiosa en la cocina.

—¿Pasa algo, tesoro? —me abrazó y no sabía cuánto necesitaba de su calidez.

—Nada importante, mami —preferí omitir la realidad para no preocuparla.




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