Lunes 14 de Julio del 2014, hoy inicio un nuevo año en la universidad y la verdad, estaba un poco apresurada para iniciar las clases porque en las vacaciones estoy en casa ayudando a mis abuelos en los que haceres del hogar.
No deseo entrar a la universidad por los amigos y tampoco por los chicos, si no, porque es la única manera de distraerme, porque disfruto las clases y también por el viaje de la casa hacia la universidad.
Esta era Ashley, escribiendo en su diario personal. Ashley, era una chica bonita, cuidadosa y sencilla, pero era fría de sentimientos.
Ella tenía 19 años de edad y ya estaba en segundo año de universidad, a ella le gusta mucho la carrera de derecho, porque le encantaba defender y acusar y también le encantaba leer, por eso ella tenía prácticamente una biblioteca en casa, por lo que le encantaba leer historias.
Ella vive en la casa de sus abuelos, porque sus padres supuestamente viajaron a los Estados Unidos para encontrar una vida mejor. Pero Ashley, sabía que esa no era la verdad, porque ella tenía vagos recuerdos de cuando era niña, ella tenía la sensación de haber sufrido mucho, pero no recordaba exactamente el porqué.
Para Ashley, la palabra "amigos" era de otro plano, por lo que no le gustaba hablar con nadie, en la universidad apenas tenía una amiga, pero no por eso era la "mejor amiga" si no que ella era la que le ayudaba en los trabajos grupales, esa era su excusa para no elegir a otra persona.
- ¡A desayunar!
Este era el primo de Ashley, un niño de solo seis años, el cual era muy cariñoso con toda su familia, él pasaba toda la tarde en casa de los abuelos, porque sus padres tenían que ir a trabajar y lo dejaban ahí para que ellos cuiden de él.
Eran las 07:10 de la mañana y ya estaban todos en el comedor, Luisito (así llamado cariñosamente) exclamó:
- ¡Buenos días ñaña!
Ashley respondió:
- buenos días Luisito ¿Ya te vas a la escuela?
- sí, aunque ya es un poco tarde y el abuelo dice que me va a dejar a la escuela porque tú ya no puedes
- si Luisito, es que hoy entro a la universidad y yo entro a las 08:15 y no me alcanza el tiempo
- y dime ñaña ¿La universidad es más aburrida que la escuela?
- no Luisito, si escoges bien tu carrera, lo veras como ir al parque de diversiones
- jejeje... entonces ya deseo estar en la universidad
- Buenos días abuelito- saludo Ashley- se acercó a la cocina y dijo:
- buenos días abue- y le dio un beso en la mejilla a su abuelita
- ¿Cómo te sientes al entrar nuevamente a la universidad? Preguntó el abuelo...
- pues... un poco emocionada porque no se cuales materias nuevas veremos esta vez- respondió Ashley
- ¡esa es mi nieta! Con esas ganas de estudiar serás una buena profesional
la abuelita miro la hora y exclamó: ¡ya son las 07:25!
-Bueno Luisito es hora de irnos- dijo el abuelo
Como la escuela de Luis estaba a solo tres cuadras de su casa, no demoraba ni cinco minutos, así que se pusieron en marcha.
Ashley se quedó arreglando su bolso, empaco un cuaderno, tres plumas, un libro para no aburrirse, cogió su celular, dinero para el bus y se puso en marcha después de cinco minutos de que se fue el abuelo junto con Luis.
Caminando con un libro en la mano, ella iba muy distraída por la cual siempre iba por las veredas donde no pasaba la gente, así evitaba a las personas indeseables como los vecinos que critican o los chicos que se les acercaba solo para conquistarla.
Al cruzar la calle, la cual está a dos cuadras de su casa, ella bajo el libro como cuando lo va a cerrar, y se da cuenta de que hay nuevos vecinos y en esa nueva familia también hay un chico de aproximadamente unos 18 años de edad, el cual, tratando de vacilar, le mando saludos agitando la mano, pero como con dudas de que ella no le devuelva el saludo, lo que entonces sucedió, ella no hizo caso alguno.
Como la parada del bus estaba un poco lejos, demoraba cerca de diez minutos en caminar, como ella vio las intenciones de su vecino, pues apresuro el paso para no toparlo, e inclusive cruzo de vereda para estar más pasos lejos de él.
Ya eran las 8 am, Ashley ya había llegado a la universidad, se sentó en el mismo puesto de siempre, antepenúltima en la fila del medio, atrás de ella siempre estaba Andrea, la chica con la quien siempre hacía trabajos en grupos cuando enviaban.
Para su sorpresa, 5 minutos después de que entró ella, llegó su vecino, el cual se sentó primero en la fila de la derecha de donde se sentaba Ashley, -¡oh Dios, que suerte la mía! ¡¿ahora tendré que compartir mi vida social con el nuevo vecino?!, ojalá no se acerque- pensó Ashley.
Editado: 31.01.2019