Nekilis

Niyoli.

          Cuando volvio a despertar el cielo era azul, los arboles se mecian con la briza de la mañana, ella estaba tumbada en una rama de la que no recordaba bien cómo habia llegado. Después de su explosión habia vuelto a tomar su forma normal y habia aterrizado en ese árbol poco antes de caer rendida en él. Estaba pensando en dónde podria estar, o en qué tiempo podria estar.

-¿En qué lio me he metido?. Susurro tratando de salir del shock de la situación. -Tienes cinco clases sobre la historia de tu país y estas a punto de convertirte en Historiadora así que tranquila, es solo una practica más...-Aun pensando eso no habia explicaion alguna sobre la forma que habia adoptado ni cómo lo habia hecho. Esto no era posible y sin embargo estaba pasando.

        Seguia escuchando la suave briza cuando un sonido penetrante la asusto. Era un enorme rugido, no, más bien parecian gritos, largos y aterradores gritos que provenian de todos lados, su corazon retumbo, ella conocia ese sonido.La habia estudiado hace poco, en su clase de Historia del México Antiguo, no era un aullido, era el sonido de un silbato de guerra. Se levanto de golpe porque si habia un Ehecachichtli seguramente habia una batalla cerca o estaban cazando algo. Tal vez la estaban cazando a ella ,su cuerpo se estremecio. 

       No puede ser por mí, no hay nadie que sepa...pero uno habia escapado. Comenzo a sentir presion de nuevo, al menos ahora sabia que si intentaban dañarla entonces se convertiria de nuevo en lo que sea que haya sido antes. Así que se preparo para lo que venia. El sonido era bastante fuerte ahora asi que solo quedaba esperar su aparición. Así que bajo y espero. 

        Había cientos de hombres con penachos de colores fuertes que se detuvieron al verla, muchos con el rostro perplejo y los demás con examinando la situación mientras ella hacia lo mismo. Y en su inspección encontro al que habia escapado, lo miro fijamente y él al reconocerla lleno su rostro de miedo antes de arrojarse de rodillas contra la tierra que mientras alzaba las manos recitaba desesperadamente Nej tapojhpoljhe, nej tapojhpoljhe, Coatlicue, nej ni mo pilli, nej ni mis tasojhta, nej ni mis neki, tej tik matok, amo xi cualanij, nej tapojhpojhe miak...

      "Perdoname, perdoname, Coatlicue, soy tu hijo, yo te amo, yo te quiero y tú lo sabes. perdoname, no te enfurezcas, perdoname..."  Ella lo entendio perfetamente habia crecido escuchando y hablando ese idioma pero nunca habia escuchado ese tono en él, su voz era desesperada y lagrimas salian de sus ojos, Atzi  vio como los demás lo miraban, él estaba de rodillas frente a ella y lo que estaba diciendo cambio la forma en que todos la veian ahora. Atzi estaba impresionada, sentia tanta confusion por las acciones de  aquel hombre  que no vio aproximarse al otro hombre que agarro por el cuello al que estaba frente a ella y lo azoto en el suelo.

 - "¡Por qué la llamas así! ¡Tú la viste antes! ¡Sabes lo que es ella así que dinos!-  Él le llamo la atención, tenia un casco de plumas, con un rapacejo abajo, llevaba un collar con la forma de un aguila al final, tenía argollas de oro en los brazos y estas  eran sumamente relucientes. También llevaba en las piernas bandas de oro ceñidas, que no dejaban de brillar pero su rostro mostraba furia. Él chico la miro desde el suelo, ella asintio.

-Es nuestra madre, ella es aire y fuego, tierra y agua, es la Tonantzi le faltamos al respeto antes y ahora, entonces merecemos morir como ella quiera.-Dijo viendola agachandose de nuevo.

-No tienes honor. Huiste cuando tus hermanos te necesitaban y ahora mientes descaradamente, aqui moriras en verguenza frente a todos Sihuca. - Exclamo el otro mientras se acercaba a Sihuca levantando el garrote que llevaba en la mano, los demás comenzaron a gritar en aprovación mientras que Atzi se asusto y en un instante se volvio humo de nuevo empujando a Sihuca antes de ser golpeado. Todos callaron.

-¡Es verdad! Soy la tierra, el agua, el viento y el fuego, soy todo lo que conocen. Ahora que me conocen, llevenme con su lider.

 

         Era una cuenca muy extensa rodeada por montañas, rodeada de cultivos y pequeñas chozas, mientras más se adentraban se empezaba a escuchar el sonido del agua, el trabajo, de las personas...Habian estado caminando durante horas, su cuerpo estaba muy cansado con manchas de sudor, barro y un poco de sangre pero cuando los primeros sembradios aparecieron una energia comenzó a recorrer por todo su cuerpo. Escuchó como si el viento le diera la bienvenida, como si la tierra misma sabía que llegaria, asi que siguio caminando a pesar del sol, de los insectos y la fatiga. Cuando sus ojos miraron la cercania del Templo Mayor su corazón estaba acelerado por el temor a lo que estaba a punto de enfrentar y muy en el fondo de este sabia que al llegar a su destino, encontraria su hogar. 




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