Némesis

CAPÍTULO 11

Una voz cantarina hizo que Lena se despertara.

—Bueno, dormilona, ¿es que no piensas despertar o tengo que echarte un cubo de agua para que espabiles?

—Buenos días, Cris ¿Qué haces tan temprano aquí?

—¿Tan temprano? Es casi medio día y tenemos que comer.

—La verdad es que no tengo demasiado apetito.

—Pues vas a comer sí o sí, aunque tenga que meterte la comida con embudo.

—Cris, ¿qué me ha pasado? ¿Por qué me duele horrores el brazo?

—Has estado más de una semana enferma —dijo Kher entrando en la habitación—, la flecha de Exnal que te dio en el brazo estaba envenenada y estuviste a punto de morir.

—¿Y por qué no recuerdo haber estado enferma?

—Estuviste inconsciente durante todo el proceso, muy rara vez estabas despierta.

—Fue Kher quien te curó y te salvó —el tono de orgulloso impregnaba la voz de Cris. Lena sonrío a Cris y luego miro a Kher

—Gracias Kher, te debo la vida, nunca mejor dicho

—Ha sido un placer Lena, pero créeme, yo te debo más a ti.

—¿Qué? ¿tú a mí? ¿Qué he hecho yo por ti?

—Me trajiste a mi némesis de vuelta sana y salva —Kher miró a Cris expresando todos los sentimiento que le recorrían.

—Oh, ¿a qué es mono, Lena?

Lena se rió a carcajadas.

—Por dios Cris, todas las mujeres soñamos con declaraciones así de bonitas, ¿y tú dices que es mono?

—Bueno, él me entiende, ¿a que sí, amor?

—¿Y cuándo puedo levantarme de esta cama?

—Hasta dentro de una semana no vas a moverte de ahí.

—¿Qué? ¿Estás loco? ¿Una semana? Me voy a volver loca aquí encerrada.

Lena miró a Cris buscando apoyo.

—Kher tiene razón, él es tu médico.

—Cris, tú eres mi amiga, deberías apoyarme. Creía que éramos tú y yo contra todos, ¿cómo te pones de su parte?

—Sí, somos tú y yo contra todos, pero he estado a punto de quedarme yo sola contra todos y voy a asegurarme de que eso no vuelva a pasar. Ya sabes que no puedo perderte.

Los ojos de Cris se habían humedecido ligeramente, Lena puso la mano encima de la de Cris.

—Ehh, Cris, que ya estoy bien. Sabes que yo siento lo mismo por ti.

Cris suspiró sonoramente.

—Bien, tienes que comer. —Cris puso la bandeja delante de Lena—. Kher vendrá más tarde a cambiarte el vendaje del brazo. 

—Tengo que ir a ver a mi padre. Cris se quedará haciéndote compañía. Lena, lo digo en serio, no te levantes, ¿de acuerdo?

—¿Cómo quieres que lo haga si me has dejado a mi guardiana?

Kher asintió con la cabeza, besó a Cris en la coronilla y se marchó.

—¿Qué me he perdido? Cuenta, porque te veo distinta. Estás radiante.

—Sí, así me siento.

—¿Y eso? ¿Qué te ha pasado?

—Bueno… yo quería preguntarte algo, y he estado esperando a que estuvieras bien para decírtelo. Verás, tú… ¿Querrías ser la madrina de mi bebé?

—¿Qué? Quieres decir que tú vas… que él va… ¿Vais a tener un bebé? —Lena se echó las manos a la boca— Oh, dios, eso es increíble, ¿pero de cuánto tiempo estás?

—Un mes más o menos, desde que estoy vinculada a Kher. Desde ese momento digamos que somos una “pareja legal”. Nuestros tatuajes son nuestros anillos de boda, eso viene a ser como estar casada en nuestro mundo.

Lena sonrió e hizo un monumental esfuerzo para abrazar a Cris.

—Me alegro mucho por ti, sobretodo porque sé lo que le quieres, pero ya sabes que si no se porta bien solo tienes que decírmelo para que le cambie la cara y no tengas que verlo más.

Lena levantó su puño derecho y Cris se echó a reír.

—No te preocupes Lena, aunque lo tendré en cuenta. Por cierto, hablando de poner a gente en su sitio, he de decirte que Turs ha sido un verdadero cielo. Ha estado todo la semana encerrado en esta habitación contigo, cuidándote día y noche. El pobre estaba hecho polvo. No se apartó de ti en ningún momento y aunque todos insistimos en sustituirlo para que él descansara un poco, se negó en todo momento.

Lena recordó cuando se despertó la noche anterior y vio su cara y su aspecto. El le dijo que en ese momento estaba en el cielo. Un estremecimiento recorrió a Lena, pero no por miedo, esa vez fue algo muy distinto que no quiso analizar en ese momento.

—Pues entonces tendré que darle las gracias cuando lo vea.

—Sí. Ese hombre te ama, Lena.

—No creo que eso sea así, solo se sintió responsable en parte por lo que pasó, necesitaría deshacerse de esa culpa de alguna manera.

Cris frunció el ceño.

—Lena, yo sé lo que he visto; cómo te ha cuidado, cómo te ha consolado cuando estabas en mitad de esas horribles pesadillas. Sé muy bien que él está interesado en ti.



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En el texto hay: elfos, new adult, magia

Editado: 30.03.2020

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