AK y Nova corrían por los pasillos oscuros de la Torre Umbra, los pasos resonando en las superficies metálicas, acompañados por el zumbido de los sistemas de seguridad activándose. Las luces de emergencia comenzaron a parpadear, bañando todo en un rojo ominoso. El sonido de las puertas deslizándose, cerrándose de golpe, y las alarmas resonando por todo el edificio se entrelazaban en una sinfonía caótica.
"¡Nos están alcanzando!" gritó Nova, mientras giraban una esquina. Su respiración era agitada, y aunque había estado en situaciones peligrosas antes, algo en esta misión le daba la sensación de que algo más grande estaba en juego.
"¡No pares!" respondió AK, su voz cortante. Estaba cansado, su cuerpo exigiendo descanso, pero no podía detenerse. Sabía que si lo hacía, todo se acabaría. Su mente seguía repasando las palabras de Kai. ¿Cómo podía haber sido parte de esos experimentos sin siquiera saberlo? ¿Cómo podía ser real lo que estaba sintiendo? Cada paso que daban los acercaba más a la salida, pero también sentía que se alejaban más de sí mismos.
Un destello brillante apareció frente a ellos. AK se detuvo en seco, levantando la mano para indicar a Nova que lo hiciera también. En el pasillo al final de la curva, un grupo de guardias cibernéticos avanzaba, armados hasta los dientes y con sus ojos brillando de rojo, como bestias programadas para cazar.
"Tenemos que salir ahora", murmuró Nova, mirando al frente. "Por allí, hay una salida de emergencia. ¡Sígueme!"
AK asintió y, sin pensarlo, comenzó a correr nuevamente. La tensión estaba en su pecho, y cada movimiento de los guardias aumentaba su ritmo cardíaco. El sonido de sus botas resonaba en los pasillos, una melodía que solo ellos escuchaban mientras atravesaban la oscuridad.
Los guardias no tardaron en detectarlos. "¡Objetivos en movimiento!" gritó uno de ellos, y en un instante comenzaron a disparar. El sonido de las balas perforando el aire, junto con el resplandor de sus láseres, llenó el ambiente. AK hizo un giro rápido, evitando el primer disparo, y usando sus reflejos mejorados para esquivar el resto.
"¡Cúbreme!" ordenó AK a Nova, mientras saltaba hacia una pared para tomar cobertura. Su implante neural aceleraba sus movimientos, pero cada segundo se sentía como una eternidad.
Nova, con su habilidad para hackear sistemas en tiempo real, comenzó a trabajar en el dispositivo de su muñeca. "Voy a desactivar los sistemas de seguridad en el corredor", dijo entre dientes. "¡Necesito tiempo!"
AK no dudó. Se levantó de su cobertura y, con la precisión de un animal en su hábitat natural, comenzó a disparar. Cada bala que lanzaba derribaba a un guardia cibernético con una precisión letal. La tecnología de sus implantes le daba una ventaja, pero también lo alejaba más de su humanidad.
En medio del caos, AK escuchó una voz, casi un susurro, en su oído. "Recuerda lo que eres." Era la voz de Kai, resonando en su mente.
"¡Ak, más rápido!" gritó Nova, rompiendo el trance en el que estaba. "¡No hay mucho tiempo!"
Con un gruñido de frustración, AK volvió a concentrarse en el objetivo: escapar. Un disparo cercano lo hizo reaccionar, y con un salto ágil, saltó hacia el pasillo que Nova había indicado. Al final, un resplandor amarillo indicaba la salida de emergencia, un pasaje que los llevaría a la zona más baja de la ciudad, lejos de la Torre Umbra.
Pero cuando llegaron a la puerta, un zumbido metálico los detuvo. La puerta de salida se cerró de golpe, con un ruido ensordecedor. Un par de segundos después, las luces de emergencia se apagaron. La oscuridad los envolvió.
"¡No puede ser!" exclamó Nova, intentando hackear el sistema de la puerta, pero el software de UmbraTech estaba reforzado. "Está bloqueada."
AK se giró hacia ella, la angustia acumulándose en su pecho. "Tenemos que encontrar otra salida. ¡Ahora!"
De repente, una explosión retumbó en las profundidades del edificio. El suelo bajo sus pies vibró, y una grieta apareció en las paredes. Las alarmas aumentaron su intensidad, llenando el aire con un grito constante que perforaba los oídos.
"¿Qué diablos fue eso?" preguntó Nova, alarmada.
"Algo no está bien," murmuró AK, mientras sus ojos buscaban cualquier indicio de lo que estaba pasando. Y entonces lo sintió. Una presencia.
De las sombras emergió una figura conocida. Kai, su rostro metálico resplandeciendo bajo la luz tenue. Esta vez, no estaba solo.
"El director de UmbraTech te espera", dijo Kai, su tono cargado de autoridad. Detrás de él, apareció un grupo de soldados de élite, sus ojos rojos brillando con intensidad, y sus armamentos listos para atacar.
"Lo que has hecho aquí ha ido mucho más allá de un simple robo, AK. Has desatado una serie de eventos que ni tú ni Nova pueden controlar." Kai hizo una pausa, observando a ambos con una serenidad perturbadora. "Y ahora debes elegir. O mueres aquí, o te unes a UmbraTech. El director tiene planes para ti."
AK dio un paso atrás, el peso de la decisión recayendo sobre sus hombros. El prototipo estaba allí, pero todo lo que había creído estaba a punto de desmoronarse. ¿Cómo podía confiar en nadie? El futuro que se le había prometido nunca fue suyo. Estaba atrapado entre la máquina y el hombre que aún quedaba dentro de él.
"Yo no trabajo para nadie", respondió AK con firmeza, mirando a Nova, quien aún luchaba por mantener la calma.
Pero en el fondo, AK sabía que salir de allí sería mucho más complicado de lo que pensaba. La batalla por su alma estaba por comenzar, y la sombra de UmbraTech lo perseguiría hasta el último rincón de la ciudad.
Editado: 24.01.2025