Capítulo 6: El Portal a la Oscuridad

El zumbido de la esfera flotante se intensificó a medida que AK se acercaba, su luz azul brillando con fuerza. Cada paso que daba sentía como si el suelo se desintegrara bajo sus pies, y el aire a su alrededor se volvía más pesado, cargado de una energía que lo envolvía. Seraphine y Nova lo observaban desde la distancia, sus rostros tensos, sabiendo que la decisión que estaba a punto de tomar no solo pondría en juego su vida, sino que también alteraría el destino de todos a su alrededor.

"Recuerda lo que te dije", advirtió Seraphine, su voz baja pero firme. "La red de UmbraTech está conectada a ti. Una vez que te conectes al prototipo, no solo estarás buscando respuestas, estarás peleando por el control de tu propia mente."

AK asintió, su mente en guerra consigo misma. En ese instante, todo su ser quería dar un paso atrás, alejarse de la esfera y escapar de la verdad que lo perseguía. Pero algo en su interior le decía que no había vuelta atrás. Había llegado demasiado lejos.

Se detuvo frente a la esfera. Sus manos temblaban ligeramente, pero su determinación era clara. "No voy a ser su títere", murmuró para sí mismo, como un mantra. "No voy a dejar que controlen mi vida. No más."

Con un movimiento casi mecánico, AK extendió su mano hacia la esfera. Un resplandor cegador llenó la sala cuando sus dedos tocaron la superficie, y un choque de energía recorrió su cuerpo. La esfera comenzó a vibrar, y una corriente de datos y recuerdos se filtró a través de sus implantes cibernéticos, invadiendo su mente.

De repente, el mundo a su alrededor desapareció.

AK se encontró en un espacio vacío, oscuro, donde no había ni luz ni sombra. Solo un profundo abismo de datos flotaba a su alrededor, como si estuviera suspendido en una red infinita. El frío de la oscuridad lo envolvía, y sus propios pensamientos parecían distorsionarse, deslizándose entre las capas de información como si su mente fuera una máquina descontrolada.

Un sonido retumbó en la lejanía, como un eco distante. Una figura apareció ante él, una silueta familiar que parecía emerger de las sombras. Con un sobresalto, AK la reconoció. Era el Director de UmbraTech, su rostro severo y frío como siempre, pero algo había cambiado en su mirada. Era como si estuviera observando una versión diferente de AK, una versión perdida en la vasta red de datos.

"Bienvenido a la verdad, AK", dijo el Director, su voz resonando en el vacío. "Lo que estás viendo ahora es solo una fracción de lo que eres. Y lo que podrías ser. Eres mucho más que un soldado. Eres el punto de conexión de todo lo que hemos construido."

El Director dio un paso hacia él, y con un gesto, AK sintió una oleada de información invadir su mente. Recuerdos fragmentados empezaron a tomar forma: su infancia, su entrenamiento militar, las primeras veces que su cuerpo fue modificado, los experimentos que lo habían convertido en lo que era. Cada fragmento de su vida se conectaba a otros, creando un mapa interminable de recuerdos manipulados.

"Te creías libre, pero siempre has estado dentro de nuestra red, AK", continuó el Director. "Siempre lo estuviste. Desde el momento en que decidimos que tu destino sería este. Todo lo que has vivido, todo lo que creías que te definía, es parte de un control que tú mismo ayudaste a crear."

AK luchó por mantenerse de pie, pero la avalancha de información era demasiado. Sus implantes cibernéticos comenzaban a fallar bajo el peso de la verdad, su cuerpo tambaleándose mientras trataba de procesar lo que veía. ¿Todo lo que había experimentado había sido manipulado por UmbraTech? ¿Había sido una pieza en un juego mucho mayor?

"Es hora de que entiendas tu propósito, AK", dijo el Director, su tono grave. "Eres la clave para nuestro dominio global. Todos tus recuerdos, tu entrenamiento, cada emoción, cada acción, todo ha sido diseñado para llevarte a este punto. Y ahora, tienes la oportunidad de unirte a nosotros. De dejar de luchar contra lo inevitable."

AK sintió la presión en su pecho, la sensación de estar siendo devorado por la red misma. Pero algo en su interior despertó, una chispa de resistencia que lo mantenía firme. No iba a ser otro peón en el tablero del Director. No iba a dejar que todo lo que había sido y lo que podría ser se desmoronara por completo.

Con un esfuerzo sobrehumano, AK levantó la mano y, en un acto de desafío, apagó los implantes que lo conectaban a la red. La sala, y el Director, comenzaron a desvanecerse ante él. Un grito lejano resonó en sus oídos, pero él ya no podía escucharlo. El vacío se cerró a su alrededor, y la oscuridad lo engulló.

Cuando AK abrió los ojos, estaba de vuelta en la sala con Seraphine y Nova. Pero algo había cambiado. La energía que lo rodeaba era diferente, más densa, más cargada. Y una presencia oscura parecía acechar desde las sombras.

"¿Lo lograste?" preguntó Nova, con una mezcla de esperanza y miedo en su voz.

"Sí", respondió AK, su mirada vacía pero determinada. "Pero no es lo que esperaba. La red... está más cerca de lo que imaginaba. Y ahora, ellos saben que estoy despierto."

Seraphine observó en silencio, sus ojos brillando con un conocimiento profundo. "Eso es solo el principio. Si el Director sabe que lo desafiaste, no habrá lugar en la ciudad donde puedas esconderte. La batalla acaba de comenzar."

Unos pasos resonaron en el pasillo cercano, seguidos de una voz fría y familiar. "Creo que se han olvidado de algo, AK."

AK se giró rápidamente, viendo a Kai avanzar, acompañado de más soldados de élite. Su rostro estaba impasible, pero sus ojos brillaban con una intensidad inquietante.

"Te dimos una oportunidad", dijo Kai. "Pero ahora, serás una parte importante de la nueva orden. Y ya no podrás escapar."

AK respiró profundamente. El director había desencadenado algo mucho más grande, y ahora él era una pieza clave en una guerra que apenas comenzaba. ¿Sería capaz de detenerlos? ¿O estaría atrapado para siempre en la red que UmbraTech había creado?