Never forget me

Capítulo 4

En los próximos días, no hubo cualquier otro avance. Me sentía como un adolescente, al verlo, me ponía tan nervioso que no podía hablarle; eso no era propio de mi. Sentía que a él le pasaba lo mismo.

—¿Ji-seok-ssi, me podría hacer un favor?—pregunto Elizabeth.

—Te dije que me hablaras informal, tenemos la misma edad.

—Ah, sí, perdón. Era que, si le podías ayudar a Liam el otro jueves con la mudanza, es que no me acordaba que Bentley y yo teníamos exámenes y ocupamos estudiar.

—Creo que sí puedo, pero igual falta una semana aún.

—Gracias.

—De nada, Elizabeth, por suerte llegan a recoger a Eun-ji el lunes.

 

 

Todo tenía que pasar hoy. El vuelo de mi hermana se retrasó por un ciclón y acaba de recoger a Eun-ji. Mi carro estaba en reparación y va a estar listo hasta hoy en la tarde.

—No puede empeorar este día verdad.

 

No tuvo que haber dicho eso. Llevaba esperando en una parada de bus durante 10 minutos, con el teléfono en la mano, esperando alguna señal de su auto. Tenía solo 30 minutos para llegar a la casa de Liam, la cual estaba un poco lejos de donde estaba. Se resignó y prefirió tomar el bus que se aproximaba a él.

 

cuando Ji-seok se bajó del bus, vio que aún le faltaba bastante, así que prefirió empezar a correr. No podía ser impuntual, menos con Liam; eso pensó.

 

Saco el teléfono y al llegar a la ubicación que marcaba se dirigió a esa casa. *Ding dong*

—Que ocupa?

—Oh, lo siento casa equivocada. Se inclina levemente. -Agh. *suspiro*Mejor reviso en el celular, ah era la de al frente. *Ding dong* Debería ir al gimnasio me hace falta hacer ejercicio. *cof cof* Creo que le tendré que pedir el baño.

—Voy… — abre la puerta —Sunbae que haces aquí?

—Vi-vine ayudarte.

—¿Por qué?

—Porque sí Jaja.

—Umm. *cof cof*

—¿Estás bien?

—Sí, pero es que vine corriendo desde la parada hasta aquí.

—Te traigo un vaso de agua, pasa.

Mientras Ji-seok entraba a la casa, vio que ya tenía casi todo en cajas y limpio.

—Vaya, ya tienes todo casi completo.

—Sí, solo me faltan unas pocas cosas, las de los estantes, ten. —Le entrega el vaso con agua.

-Gracias.

Liam se acercó levemente a Ji-seok, espero a que estuviera distraído y lo olio un poco.

—¿Qué haces?

—Ah, em, esto, es que quería ver si era verdad sobre que los coreanos no huelen y se ve que estas bastante sudado.

—Ah eso, jaja si es medio verdad, solo que de todas formas no me gusta estar pegajoso y mi cabello se me pega a la frente y el cuello.

—Se ve que tienes un poco de calor ¿No quieres comer un raspado en el jardín?

—Sí quiero.

—Ya los llevo, siéntate en el banco.

—Ok.

 

~

—Umm, esta bueno ¿Dónde los compras?

—Yo los hago, es lo único que en la cocina que me sale bien, y también los helados o comida congelada.

—Pero ¿no te gustaban los postres?

—Sí, pero soy un fracaso haciéndolos.

—Hace como 5 años trabaje en una cafetería, así que sé hacer postres, si quieres algo, solo avísame ¿está bien?

—¿No sería mucha molestia?

—Claro que no, por mí un placer.

—Está bien.

—Oye, no tienes ropa para que pueda cambiarme.

—Creo que no, pero voy a ver.

—Por cierto, te ves muy lindo peinado así. —temía el fleco amarrado con una cola.

—Ah? —Las mejillas de Liam se tornaron de un color carmín. -Jaja. ¿Por qué dice eso sin avisarme?

Sintió como su corazón empezó a latir, con fuerza, por las palabras dichas. Tenía que mantener la calma y concentrarse en los más importante; la mudanza, ah y también traerle una camisa.

 

—Ten, es lo único que tengo, que creo que te puede quedar. Es la camisa de un cosplay fallido, que quedo demasiado grande.

—Gracias, ya regreso voy al baño a haciarme un poco.

Después de unos minutos sale del baño, con la camisa y lo parecían ser unos shorts.

—Creo que me queda justo.

—¿Como que justo? ¡OMG!

Se veía demasiado guapo, Liam se puso las manos en la boca del asombro y no quería que lo viera sonrojado otra vez, así que se dio vuelta y movió sus manos para taparse la cara de la vergüenza que tenía

—Se ve raro ¿verdad?

—¡No! Digo, no es eso, te ves… así es como se supone que debe quedar.

—Ibas a decir algo antes ¿cierto?

—Emm no.

Otra vez me estaba desviando la mirada. Ji-seok camino y se puso al frente de él, luego se agache para quedar frente a frente.

—Mírame.

Agarro sus manos y lo volvió a ver. Sus ojos eran tan bonitos, color turquesa y se podía ver atreves de ellos; a veces nuestro propio cuerpo nos delata, porque apenas Liam lo vio se le dilataron las pupilas; se notaba que le gustaba mucho.

—Liam que me ibas a decir?

—Esto, era. — No lo podía ver a los ojos. —*susurro* Te ves demasiado bien.

—¿Qué dijiste? No te escuche.

—Que te ves demasiado bien ¿Ok? No puedo decir un cumplido sin que me ponga rojo.

—Con que era eso je je.

—Umm, deberíamos empezar a empacar.

—Sí.

 

Siguieron, así como por dos horas, a veces le tuvo que ayudar porque no llegaba a los lugares altos.

—Falta esa caja y los cosplays, esos los voy a llevar en cajas especiales que están arriba del mueble ¿Me las pasas?

—Sí voy, ten.

Estaban forradas de una tela suave por dentro, eran medianas y cada una tenía rotulado un nombre. Después de que todas estuvieran en el suelo; Liam le pidió un favor más.

—Ahora pásame la caja celeste. Era una caja con muchos tipos de mascarillas faciales, de ingredientes u olores.

—Son tuyas?

—Sí, ¿por qué, algún problema?

—No, no, es que yo también a veces me hago skin care.

—¿Enserió?

—Sí.

—Bueno, de ese clóset pásame de derecha a izquierda, con los zapatos y la caja de arriba.

—¿Este?

—El que te señale.

—Liam, porque tienes vestidos?




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