Me encanta mentir y créanme no estoy mintiendo -guiño- siento un placer, un enorme, meticuloso y sofocante placer al enredar con mis palabras a otro individuo y no estoy diciendo que mi vida se fundamente en la mentira, tampoco y esto si quiero dejarlo claro miento por gusto a familiares y amigos, bueno casi nunca lo hago, creo que tengo su atención y no es para menos, todos aun quienes leen estos escritos con cara de asombro están manchados incluso tejidos parche a parche por las mentiras, las útiles y prácticas mentiras, pero no se crean que todo es mentira y aunque ya haya dicho siete veces mentira, bueno, ocho veces -gesto raro- ustedes me entienden, esta historia, es decir mis alocadas crónicas del engaño contienen más de lo que aparentan.Nací y crecí en un pequeño mundo, de colores a raya ni muy subidos para estallar de euforia y tampoco tan pálidos como para desear morir, al igual que todos ustedes convivía con una comunidad... como decirlo para que suene amable... CHISMOSA. Siempre he preferido el anonimato, mantenerme entre las sombras, tras las cortinas, donde sucede la magia muy dentro del sombrero del mago donde nadie pueda verme por más tiempo que un instante. A Pesar de todo una errática parte de mi desea la fama a esa pequeña y latente voz la sepultó cada mañana con una buena taza de soda caliente, lo se es extraño pero ustedes también lo son y es que ¿quién lee hoy en día? somos raros, dejemos eso de lado y continuemos con el relato, para mi primer historia les diré que me encontraba como es costumbre en un joven de dieciocho años (estoy viejo) con mi teléfono en las manos.Whatsapp, Line, Instagram, Skype, Facebook, Telegram, Snapchat, Twitter, Tumblr, etc, etc y mucho mas etc. El asunto es que lo tenía todo, ya saben, lo vital para sobrevivir en el mundo de las redes sociales, nuestro fabuloso, hermoso, radiante y desastroso maldito mundo. Lo lamento el wifi de nuevo fallando.
likahadeep.wordpress.com
Editado: 13.07.2018