Luz.
Voces.
Lágrimas.
Eso era lo que oía O percibía nada más, sólo eso y de un momento a otro.
Grite.
- Carlos.
No abrí los ojos, el miedo de volver a despertar en ese lugar me carcomia.
Un suave roce me puso alerta.
-¿Casey?-una voz hablo -¡Oh por si es Casey!¡Mamá!, ya despertó.
Una sensación de paz me inundó, abrí los ojos lentamente, una pequeña cantidad de luz entraba por la ventana de cortinas blancas, haciendo que los cerrara de nuevo.
Un sonido en la puerta hizo que los abriera de prisa. Mi madre tenía los ojos rojos y la nariz del mismo color había llorado por lo visto.
Sin esperar, se lanzó a mi lado para volver a llorar con mayor fuerza.
-pensé que te había perdido-susurro entrecortada- no vuelvas a hacer alguna estupidez.
La abrace por impulso y deje que las lágrimas cayeran por mis mejillas
Luego de un rato, mi madre se separó y me ayudó a sentarme en la cama.
Por primera vez observé con mayor detenimiento la estancia, una computadora se encontraba en una repisa en lado este, junto a ella un bote de basura, frente a mi una televisión led se alzaba imponente y un montón de póster colgaban por diferentes lados de la habitación.
Un pequeño cosquilleo conocido me invadió, y todo se hizo más claro cuando vi al individuo arrecostado en el marco de la puerta.
Jackson.
Por instinto me separe de mi madre y la observé con preocupación.
Antes de que ella hablará alguien lo hizo primero.
-te desmayaste- la voz de Jackson tenía un pequeño tono de sarcasmo- te salve la vida así que evita preguntas estúpidas.
Mi madre giró a verlo más no hablo, negó por un momento y se levantó.
-cuando te sientas mejor nos vamos así que no te estreses, tus hermana están abajo, por ahora yo me voy a la empresa tengo que manejar unos asuntos.
Asenti y espere que salga de la habitación para clavar la vista en mi ex mejor amigo.
-¿Porque lo hiciste?-bufe- digamos que la compasión no es una de tus cualidades.
Jackson alzó los hombros en respuesta, estaba por decir algo cuando un golpe en la puerta lo detuvo. Se acercó a esta y por pequeños segundos su rostro pareció más serio que de costumbre.
Yo conocía esa expresión, después de todo éramos amigos, o al menos lo habíamos sido.
La persona que estaba detrás de esa puerta le había hecho daño, porque esa expresión significaba muchas cosas pero siempre la que más destacaba era dolor.
Se hizo a un lado y movió su cabeza varias veces, quise levantarme para ver quien había osado dañar al señor yo lo puedo todo pero al primer intento un mareo me sucumbió y volví a sentarme.
Alce la vista para chocaron con una azul.
Daisy.
-tu..- intente articular algo, ella no podía ser la persona que hizo daño a Jackson ¡Nisiquera se conocían! ¡Joder!.
-no me digas que ya no me recuerdas - dijo riendo- porque entonces saldré de este lugar y me declararle la mayor por derecho.
Gire los ojos exasperada, abrí mis brazos en señal de que me abrazara.
Se acercó y nos unimos en un abrazo, era diferente, no diferente malo, pero digamos que diferente, sentía que había vuelto a casa y una carcajada me lo afirmó.
-sabes Daisy siempre pensé que eras fría, pero nena me sorprendes.
Mi hermana se separó gruñendo dio la vuelta y sonrió al individuo.
-yo creía que eras más listo- sonrió con picardía- pero mira me tienes de amiga.
Maicol río fuertemente recordándome que ellos eran parte de mi hogar, que no estaba durmiendo, que había vuelto.
-Hola Casey- sonrió con dulzura- casi nos matas de un susto nena.
-deberías dejar de llamar a todo el mundo nena-soltó otra voz, todos giramos en su dirección- se siente incómodo.
Maicol giró la mano dramáticamente.
-el rey nos honra en hablar.- Jackson giró los ojos irritado.
Mi hermana se posicionó a su lado y le propinó un pequeño golpe en la cabeza.
-es su casa- le dijo- debes respetar eso.
Fue en ese momento, cuando Jackson sonrió y Maicol arrugo el ceño que supe que mi hermana acababa de desatar una guerra.
-¡Ya callesen!- solté desesperada- ya me duele la cabeza lo suficiente como para que venga con sus estúpidas discusiones.
Por primera vez los chicos regresaron a verme, Daisy sólo alzó la cabeza, para intentar pedir ayuda discretamente.
Tienes lo que te mereces intente decirlo a través de mis ojos, pero creo que ella lo entendió de otra manera ya que se levanto.
-¡Oigan para de idiotas!- ¿Cómo carajos puede hablarles así?- uno, dejen de gritar ella necesita descansar, dos-giró la vista a Maicol- deja de comportarte como una lagartija, porque vamos ambos sabemos que jamás te remplazaria- una pequeña sonrisa iluminó su rostro- eso no quita que este muy enojada con tigo, te dije lo de que era su casa porque lo es no se que mensaje secreto creiste que te envíe.