CASEY
—Así podemos deducir la función de la fotosíntesis ¿Alguna pregunta?
Nadie alza la mano y eso sólo es señal para que la profesora siga impartiendo la clase, hace más de dos días las clases habían reanudado y eso sólo significaba una cosa: Tareas.
Cuando el timbre que indicaba la hora de recreo sonó, salí casi corriendo de mi curso, espere pacientemente a que Julia siguiera mi paso más no lo hizo.
—Apura, no podemos llegar tarde.
Mi amiga giró los ojos y cuando se colocó a mi lado comenzamos nuestra caminata hacia el famoso bar, resulta que luego del ingreso a clases y la finalización del tercer parcial, el bar había arreglado un especial para todos los alumnos.
Dentro del lugar los colores claros se apreciaban, la cocina se encontraba en la parte del fondo detrás de una pequeña pared, los alumnos estaban en diferentes mesas hablando de cosas triviales, yo me fijé en una sola.
Daisy hablaba animadamente al rubio que hace más de dos semanas había salvado su vida, Patrick por su parte sonreía animadamente dando entender cuanto cariño —que para nada era el de amistad—, sentía por mi hermana y como si fuera poco Maicol se encontraba al lado de mi hermana mirando a Patrick con cara de pocos amigos.
Reí, era gracioso ver al mejor amigo de mi hermana inseguro por la presencia de otro chico. Más cuando el sabía que Daisy jamás lo reemplazaría.
Me acerqué a ellos, y tome asiento a su lado, Julia se colocó a mi lado.
—¿Interrumpo algo? —mi hermana negó.
Maicol giró los ojos con verdadera irritación. Julia por su parte decidió entablar por primera vez una conversación con mi hermana.
—¿Te sientes mejor? —soltó.
Digamos que luego de todo el escándalo que se vivió por el incidente de mi hermana el día del nacimiento de nuestro Dios en la iglesia cristiana, no tardó de correr se el rumor a las otras religiones y festejos que hubo ese día, la iglesia ya de por sí no quería tener nada que ver con mi hermana, ahora eso era peor. Ellos literalmente no querían tener que ver con ella, oír o verla y todo se debía a esa linda escena que recreo y a que cuando la policía fue a investigar el supuesto incidente, no hallaron ninguna prueba de que hubiera pasado.
A Daisy no le importaba, ella y el pueblo jamás se llevaron así que eso no cambiaría ni ahora, ni nunca.
Daisy alzó los hombros dando a entender que ese tema aún no tomaba tanta importancia en su vida. Era mejor así repetía internamente, era mejor así.
Sin que nadie lo esperará Maicol se levanto molesto de la mesa y con toda la dignidad posible salió caminando del comedor del colegio. Suspire.
—Ya vuelvo —me puse de pie, volteo a ver a Julia—. No dejes que se acerquen demás o tendremos problemas.
Mi amiga colocó su mano en la cabeza al estilo militar, Daisy giro los ojos y Patrick sólo sonrió.
Camine por casi diez minutos buscando a Maicol, no era justo su comportamiento, que Daisy tuviera por fin otro amigo no significaría que lo dejaría de lado ¡Se conocen desde niños, por Dios!
—Una Herabi que no sea Daisy buscándome se me hace extraño, sinceramente.
Rodé los ojos antes de girar hacia la voz, el cabello de Maicol se encontraba sobre su cara y sus mejillas estaba ligeramente sonrojadas ¿Qué pasaba realmente aquí?
—Daisy no vendrá. No está vez.
—No desde que apareció ese rubio oxigenado —soltó y pude observar como sus manos se cerraban en puños.
Una idea cruzó mi mente —Acaso te gusta…
La mirada de Maicol fue pánico, uno enorme y luego se acerco para sacudirme —¡Estas loca! —soltó tan rápido que me dio risa su inmadura actitud con el tema— ¡Sólo que …— me soltó, alce la mirada topándome con la preocupada de Maicol. Quizás esto también era lo que veía Daisy en el, sus ojos expresaban tantas cosas que una parte de mi tembló—, tengo miedo que le hagan daño!
Hacerle daño a Daisy ¿A Daisy?, que se había fumado este chico, Daisy jamás había sufrido por alguien que no fuera Taylor, y este precisamente ya no estaba.
—No le harán daño —susurre—. Daisy es fuerte.
Maicol negó y comenzó a caminar en círculos—Ella no es fuerte, es Daisy joder. — alce una ceja y el choco su mirada de nuevo conmigo, sólo que está vez suspiro y levanto sus brazos al cielo— Por Dios Casey. Estamos hablando de Daisy la chica más bipolar que he conocido, con un carisma de mierda, una actitud déspota y con ego hasta el cielo —cruzó mis brazos, me incomodaba que hablara mal de ella—, eso es exactamente lo que tu piensas. Pero Daisy es una niña por dentro, le gusta el misterio, ama leer, proteger y es pacifista. Ella puede ser una roca por fuera pero si entras y te quedas a su lado entenderás que lo que ella tiene de piedra lo tiene de ternura, inocencia y amor.
Alguien aplaudió detrás de nosotros.
Maicol giro tan rápido que pensé que podría caerse, su vista tambaleo un poco cuando vio al individuo del aplauso, yo gire también, más calmada y lista para una pelea, efectivamente sería una.