CLOE.
Llorar, llorar y fingir ser perfecta. Las palabras que jamás debes olvidar, no demuestres cuan rota estas. No lo hagas porque la si la gente equivocada se da cuenta serás tú quien pague las consecuencias.
—¿Hiciste lo que te dije? —pregunta cuando entro al cuarto.
Yo asiento, me acerco a su lado y me siento—Me he echado la culpa. —las lágrimas me nublan la vista—, nadie sospecha de ti.
Observó su cabellera castaña cuando comienza a llorar, jamás he visto a alguien tan roto, ni siquiera a mí, quizás por eso lo hice, mirar el odio en los ojos de Keila, el dolor en Casey y las ganas de mandarme por un tubo en Daisy no sería nada comparado a como serían con él, sabía que a mí no podrían a odiarme de verdad, era su familia. Pero él no lo era y se lo restregarían en la cara las veces que pudiera. Yo no podía permitir eso, no podía ver como lo destruían. Mucho menos dejaría que Daisy se alejara de él. Era la única amistad que valía la pena.
—No te sientas mal. —llevo mi mano a su cabeza, la sobo.—, no sabias que te estaba manipulando.
El niega y cuando abre sus manos observó el barro y la sangre en ellas. Cierro los ojos y comienzo a contar, lo descubrí hace tres semanas, lo investigue y cuando tuve a la mano quien era el culpable comencé a buscar a la marioneta. Al comienzo creí que era yo, pero luego de una exhaustiva búsqueda, hallé a la víctima perfecta.
Y vaya que lo fue.
—La vez que te fuiste al bosque con la brújula lo estás buscando ¿No?
El me observa y entiendo la fragilidad en su mirada. Tiene miedo. —Algo decía que debía esconderla tan lejos para que nadie la hallará. Pero cuando llegué no tarde ni cinco minutos en escucharlo en mi mente —lleva sus manos a la cabeza —, no lo dejó de escuchar y me asusta lo que termine haciendo.
Suspiro —Solo haz lo que te pide —sonrió y trató de callarme, pero ya es muy tarde—, hazlo todo como el dice y podrás liberarte de eso.
Observó cómo se levanta y retrocede hacia una esquina. Veo el terror en su mirada y una parte de mi se regocija de hacerle sentir esto, esa pequeña oscuridad que poseen las Herabi está ahora brotando de mí y se que eso le asusta. Porque sabe quien la está haciendo relucir.
—Creo que no eres la única marioneta.
…..
Casey.
El bosque.
El querido y anhelante bosque del pueblo. Aquel lugar que ha sido testigo de tanta magia, sangre y sacrificios. Donde Daisy vais muere, donde se llevó a cabo la iniciación y ahora donde haríamos volver a mi hermana.
Llevó mi mano al pecho cuando algo comienza a apretarse, algo sigue sin cuadrarme.
—Creo que deberíamos regresar —susurra Lenin mirando a Theo. Hay desafío en sus miradas, algo que no entiendo y que tampoco deseo entender. Porque se que jamás se llevaron y mucho menos se conocieron sin embargo desde que Lenin supo de su existencia ha sentido demasiada amenaza a su alrededor.
—Si Maicol es el culpable, creo que debíamos traer a Daisy. A ella le haría caso.
—No lo creo —susurra Keila—, si es el que hizo todo esto dudo mucho que le interese verla, además eso lastimaría a Daisy, lo mejor es tratar de convencerle que cambie de opinión y nos devuelva a la maldita gente.
—Si, dudo que con ese tono siquiera nos escuche —dijo Emily con un tono de diversión en su voz.
Reanudamos la caminata hasta llegar al lugar de la iniciación. Las palabras del alter ego de Keila aún resuenan en mi mente.
Es la única forma. Aprieto la botella de agua, siento que alguien me mira así que alzó la vista.
Lo observó, hay en la oscuridad, los mismos ojos de aquella tarde.
Entonces algo dentro de mí vuelve a activarse, el miedo fluye congelando todos mis sistemas. Siempre tuve la razón desde el primer momento en que lo vi sabía que el no pertenecía al pueblo y ahora estoy segura que ni siquiera pertenece a nuestro mundo. Veo su sonrisa y ahí todo comienza a engranarse.
Esto es una trampa.
…..
Daisy.
Jackson sigue en la esquina desde que los chicos se fueron, ambos fuimos los encargados de cuidar a Cloe. No habla porque teme decir algo que yo ahora no necesito oír, cuando su mirada se cruza con la mía, mis piernas vuelven a fallar y solo deseo que me abrace. Odio este sentimiento, no es sano sentir tanta necesidad por alguien.
—¿Estas bien?
— Maicol no es malo.
Jackson lleva su mano al cabello y puedo ver en sus ojos la resignación. El sabe que jamás lo aceptaré, no puedo, ha sido mi mejor amigo desde antes de llegar al mundo, estamos conectados. Yo se que el no es malo y jamás podré aceptar lo porque eso significaría que su amistad conmigo no fue una simple causalidad. Si no que todo esto fue planeado desde antes y yo solo fui una marioneta en su tablero.
—Pero ... ¿Y si lo es?
Camino los pocos pasos que nos separan, llevó un dedo a su pecho—Escuchame, todos pueden ser la mierda que desea... Pero Maicol no lo es — mis palabras tiemblan—, no me importa lo que ustedes piensen, es mi mejor amigo. El Jamás me traicionaría.
Jackson no dice nada más, me abraza y pasamos unos cuantos segundos así hasta que escucho unos aplausos detrás.
Giro esperando encontrar a Cloe y sus delirantes ideas de salir, pero todo mi aire se queda atascado cuando es a Maicol a quien tengo al frete de mi, viste de negro totalmente y su expresión es tan vacío que algo se remueve en mi, ese no es mi mejor amigo y una alerta de peligro se enciende cuando su mirada recae en mi.
—Enserio agradezco tu voto de confianza —pronuncia dando un paso hacia nosotros, el agarre de Jackson se hace más fuerte en mi cintura. — Es bueno verte troglodita.