New Opportunity

9


Esa noche se quedo a dormir en casa de una de las chicas de su trabajo, y yo veía que tal está el cielo esta noche, ni siquiera quería ver lo que hacía Henry ahí dentro con esa chica, eran cosas que no me incumbían pero de todas formas sabía... Cosas de ángeles guardianes supongo, aunque un poco turbias.

Sacudí mi cabeza para sacar esos pensamiento de mi mente.

Hacia mucho tiempo que no veía el cielo desde este punto de vista, estaba mas gris que de costumbre, no había estrellas, ni una luna brillante, solo... Gris.
Pero de alguna forma era reconfortante, el sentir ese viento fresco de lluvia volvía a encontrarme con una yo humana, recuerdos y momentos viajaban por mi mente, era como si fuese otra vida. Y lo era.
Ocho años evite pensar en eso, pero hoy me doy un descanso, que fluya todo.

Espera, espera que no me escucha ¡Cassie! ¿Hola, estás ahí? -—pregunto Marcos en el sillón de su casa junto a unos cuantos amigos, llamando mi atención. — ¿Entendiste lo que había que hacer? ¿O nuevamente estabas pensando en como follarte de nuevo al rubio?

¿O el morocho? —agrego su hermano.

Reí y negué la cabeza divertida, no cambiaban más mis amigos.

Ni siquiera lo dudes, es la segunda opción. Tan solo imaginar en su gran....respondí siguiéndole el juego.

¡Ay no! Que asco Cassie, ya mejor callate. respondio su hermano asqueado, tapando sus orejas para no seguir escuchando. No queremos ni siquiera saber como la tiene ese idiota.

O si... —comento mi amiga.

Todos nos partimos de la risa.

Definitivamente ese fue un gran día, nos divertimos hasta no poder más, les había prometido que no olvidaría ese día ni aunque muriese.
Bueno, no lo olvidé amigos, sigo recordando todo. Quisiera decirles.

Después de muchos más imágenes y momentos, era hora de parar. Porque de tantas cosas buenas también estabam las malas, las horribles. Era mejor parar, lo sabía.

Cuando el reloj de la cocina de aquella casa marcaban las doce, me aseguré de que Henry estaba a salvo y volví al cielo por voluntad.
Era la regla, había que llenar un informe el primer día y el último.

Apenas aparecías en el paraíso, el papel estaba en tus manos listo para ser escrito. Entonces me senté en el suelo a escribir, era mi comodidad.

Finalmente cuando termine, lo enrolle y chasquee mis dedo haciendo desaparecer el informe, lo había enviado a Raguel. Era tan fácil todo eso, ventajas de ser un guardián.

— Esperaba este momento —se acercó Lucas a saludarme— ¿Como te va con el adolescente?

— Se la pasa teniendo sexo todo el día, además se mete en problemas cada dos de tres horas. —suspiré y me refregé la cara agotada, aunque no lo sintiera realmente.

— No te preocupes, cariño. Ya te acostumbrarás —sobó mi espalda reconfortandome.

— ¿Y a ti, como te va con la niña? —pregunté curiosa.

— ¡Es una muñequita! Es tan dulce y buena, siento que es mi hermanita. Y eso que la conozco tan solo 24 horas. —hablo feliz.

—¡Que suerte! —dije rodando los ojos —Cuando quieras hacemos un intercambio, yo te doy al pequeño demonio y tu me das al angelito. ¿Si?

¿Me cambiarían de protegido si lo pido? Seguramente no, pero quizás si... No, no definitivamente. O...

—Ni lo sueñes, yo me quedo con el angelito además su hermano... —paró de hablar y se levantó apurado. —Ella esta teniendo pesadillas ahora, debo ir a ver, quizás esté influenciada por un demonio ¿Sabias que quieren más a los inocentes? Son tan asquerosos... Bueno, me voy, Nos vemos luego. ¡Te quiero!

Y se fue sin tener tiempo de despedirme.

Yo solo me levanté y sacudí mi pantalón de la tierra que había en el suelo. Tenia que volver cuanto antes a la tierra, uno nunca sabe cuando un demonio puede aparecer y meterse en la mente de los demás, haciendo que comentan algo por lo que serían condenado por el resto de sus vidas.

— ¡Alto ahí, señorita! Debo hablar con usted. —me llamó Raguel.

— ¡Hey, hermano! ¿Como has estado? ¿Bien? Yo también, y me alegro... —sonrei mientras golpeaba suavemente su hombro— Bueno me tengo que ir, que tengas un bonito día.

—Ni lo sueñes, no vas a escapar Cassie. —habló serio, me conocía y sabia cuando quería safarme de algunas cosas.

Lo bueno de ser nueva en el cielo fue entrometerse en todo, descubrir cosas que no sabía o que no debía saber por alguna extraña razón y la escusa perfecta es ser un novato. ¿Que? Era mi curiosidad, no me culpen... Además descubrí que Eva no fue la primera mujer en el mundo, si no una tal Lilith...

— ¿Me escuchas? ¡Cassie! —me gritó el arcángel, yo asustada volví a la realidad.




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