New Opportunity

13

No llegaban a ser las seis de la mañana todavía, la oscuridad y el mal olor de ese contenedor vacío era lo que Henry tenía que aguantar para no pasar frío afuera. El dormía incómodo, y yo estaba a su lado, calentándolo con mis alas. 

No había luz, pero se podía distinguir el brillo que emanaba el arma del demonio. Lo cubrí con una venda que traía guardada en una de mis alas, y lo dejé en la caja de comida, allí estaría seguro. El teléfono de Henry sonóy se despertó alterado, era un mensaje de su padre. 

 ''Voy salir por unos días, no molestes. '' Frío y calculador, pero bastó solo eso para que el día de Henry comenzase a mejorar, después de todo iba a descansar por unos días.

Mientras caminábamos lentamente con el amanecer frente a nosotros, no podía dejar de pensar en el demonio Arioch, no sabía mucho de el, ni siquiera había visto su nombre en la lista de demonios. O quizás se me ha pasado, pero no es posible... Buscaba y buscaba, pero en mi mente no encontraba algo referido a el. 

Henry tomó el picaporte y la puerta estaba cerrada. Levantó el florero cerca de la ventana y de allí sacó una llave, una de respaldo. 

Entró a su casa, nos sorprendimos los dos al ver que curiosamente estaba limpio y perfectamente ordenado. Pero lo dejó pasar estaba tan cansado que se bañó y fue directamente a su cama. Inconscientemente, agradeciendo por que no le pasó nada grave.

Dormió profundamente, y yo tenia que volver al cielo. Tenía que ver quien era el demonio el cual maté. Quizás sea uno más del millón, pero quería asegurarme. 

Cerré mis ojos y sentí que me transportaba al campo. Estaba en el Edén. 

Podíamos subir cuando queríamos, no sin antes chequear que no tuviésemos algo demoníaco cerca nuestro. Yo solo tenía un rasguño, uno pequeño el cual casi se va curando, si hubiese sido un poco mas profundo, quizás si estaría en problemas y me sacarían a mi protegido. 

Llegué a la primera casa que vi, necesitaba ir al Sagrado lugar, es donde se encontraban los papiros y lecturas mas importante de la historia del Edén. Pero tenía un gran problema, no podía entrar yo sola. En mi cuerpo corría sangre angelical, sin embargo era humana también, así que mi rango no estaba permitido ingresar.

Caminaba entre el medio del campo viendo a qué Arcángel podía pedir ayuda, cuando escuché algo que me hizo quedar estática. 

— ¿Como fue posible que un Ángel Guardián haya matado a un demonio mayor? Es imposible. Nunca tendría la fuerza para derrotar a uno. —le comentaba una mujer mayor a un hombre, él buscaba las variables de como pudo pasar tal cosa. Pero yo aún no captaba bien. ¿Demonio mayor? Imposible. Me hubiese derrotado en unos simples segundos, quizás estén hablando de otra cosa. 

Me acerqué a ellos y les pregunte — ¿Que sucedió? 

La mujer respondió con amabilidad — Dicen que están alertando a todos los ángeles, por una revuelta en el inframundo. 

— No exageres mamá. —habló su hijo. 

— ¡Que exagero ni tres cuartos!—exlamó la señora, reprochando a su hijo— Yo se lo que oí, Arcángeles dando ordenes para mandar más protección a Ángeles Guardianes. Al parecer uno de ellos, envió a Arioch de nuevo al infierno. Pero no saben quien fue, solo que encontraron restos de poder angelical en su cuerpo. 

Su hijo rodó los ojos por la supuesta exageración de su madre, pero si no era verdad tenía que decirlo. 

—¿Arioch? ¿Quien es el? —pregunté.

La señora sonrió encantada. — Arioch, es uno de los demonios que fue desterrados al infierno por apoyar la revolución de Satanás en contra de Dios. —explicó—A pesar de que siguió a Lucifer en su revolución nunca fue de su interés obedecerlo y mucho menos idolatrarlo. Se dice que él es el diablo de la venganza, pero no es igual a Allastor —aquel demonio lo conocía, pero me sorprende que nunca haya escuchado de Arioch.

— Se rumorea que este logro entrar a divagar al cielo un par de veces sin ser detectado por nadie, además solo realiza sus actos de venganza cuando es contratado para hacerlo, aunque las cuotas de su trabajo acostumbran a ser muy elevadas...—él nunca me quiso decir quien lo envió, el demonio estaba cumpliendo un encargo, no sabía si era por mi o por Henry, estaba anonada con toda esta información— Es todo lo que sé. Pero lo que aún no me cierra como aquel Ángel pudo desterrarlo de la tierra, sin ayuda de algún rango mayor. 

El hombre me miraba, y también a su madre. Pero no decía nada.

— Muchas gracias por avisarme lo que está pasando, Señora... 

— Cardiggan. —expresó con cariño

— Enserio se lo agradezco... —agradecí con una sonrisa para nada falsa en mi rostro— Debo irme, fue un placer haber hablado con ustedes. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.