— ¡A partir de hoy…!— La voz de Madeleine Whiterose se escuchaba por toda la sala pese a no tener el micrófono prendido, lo que realidad ella no había notado pero casi todos los demás si— ¡…Serán agentes propiamente dichos de COFOS, por lo que deben actuar con diligencia pero sobre todo con precaución! ¡Mantener la paz entre todos los Oasis es nuestra misión! ¡No lo olviden! ¡Y también es nuestro deber que no se repitan los errores del pasado!
Ella era una mujer de veinticinco años, alta, de un cuerpo muy entrenado pero al mismo tiempo bastante femenino, de cabellos morenos largos con un moño grande blanco sosteniendo una coleta un poco más corta. De tez olivácea, ojos rojos, labios delgados y nariz respingada.
Llevaba el uniforme de oficial, un pantalón blanco, una camisa blanca y sobre esta un chaleco azul que cargaba con algunas medallas e insignias militares y sobre este, una túnica blanca desabrochada con el símbolo de COFOS, el cual era un triángulo negro invertido con una estrella blanca en el centro.
La mayoría de estudiantes escuchaba con atención salvo Radis Whiterose quien estaba ansiosa por ir a la ceremonia con el Mago, por lo que estaba encorvada, sosteniendo su cabeza con sus manos, descansando sus codos sobre sus rodillas.
Debido a su estatura podría no llamar la atención, pero sus ojos eran dorados y brillantes, con nariz respingada, labios gruesos y tez olivácea además de unos cabellos blancos largos que también destacaban mucho. No estaba nada mal de cuerpo y gracias a su entrenamiento era muy flexible.
Los uniformes de los estudiantes eran negros, con sacos negros con el símbolo de COFOS con los colores invertidos a los de la comandante, con una falda negra o un pantalón negro con bordes blancos. Debajo una camisa blanca y una corbata negra también.
—Te está viendo— Susurró Clara Rand golpeando su hombro suavemente.
Ella era una chica que media diez centímetros menos que Radis, unos ciento cincuenta y cuatro centímetros, de tez clara como la nieve, ojos azulados brillantes, cabellos oscuros como la obsidiana, labios gruesos, nariz respingada cubierta de pecas. Era delgada y con un cuerpo muy bien desarrollado.
Radis levanto la vista para notar que era verdad a lo que le saco la lengua pero la comandante solo la ignoro y continúo hablando.
El discurso termino tras lo que parecieron horas y todavía fue más en lo que los estudiantes fluían hasta el lugar de la ceremonia final. Los habían formado por clase para que pudieran ir de uno en uno así que al ser de la clase E les tocaba al final.
—Tardan años— Se quejó Radis cruzándose de brazos y haciendo una mueca.
—Todo debe ser organizado, Radis— Le dijo Clara esbozando una leve sonrisa. Ella estaba delante.
—Lo sé, es solo que me gustaría estar ya ahí, o mejor, ya estar haciendo algo ¿Sabes? Quiero visitar los otros Oasis ¡Quiero ver las escamas del fin del mundo!— Dijo la chica con los ojos brillantes.
—Sabes que eso sería malo ¿No?— Clara le miro con una sonrisa quebrada.
—Lo sé, lo sé, no lo digo por eso— Radis negó con la cabeza— Solo me siento muy emocionada de que finalmente podremos ir de viaje ¿No sería genial que vayamos juntas? Enfrentaríamos juntas a los malos con amor y entonces podríamos encontrar un Oasis donde retirarnos para vivir juntas dándonos todo el amor que podamos hasta morir de viejitas.
— ¿Lo tienes bien pensando, no?
— ¡Desde que te vi ese ha sido mi plan de vida!— Los ojos de Radis brillaron aún más.
—Tonta— Clara no pudo evitar soltar una pequeña risa, quizá para esconder su sonrojo— Los equipos se hacen al azar ¿Qué pasa si no nos toca juntas?
—Mientras me seas fiel…
—No somos novias…
—De momento…
—Exacto, ya deberían ser novias— Dijo la chica que estaba a un lado de Radis, un tanto malhumorada mientras se giraba a verlas— Ya estoy harta de escucharlas coquetear sin llegar a nada… ¡Creo que todo el salón está harto de eso!
—No coqueteamos…— Clara aparto la vista, hablando en voz baja.
— ¿Ah no?— Radis quedo sorprendida y un poco dolida.
Kayo Nishimura media uno cincuenta de altura, de cabellos rosados largos naturales, de ojos rasgados igual de rosas que su cabello, de nariz respingada, labios delgados y con apariencia bastante juvenil. Pese a esa apariencia, su mirada parecía fría, vacía pero en general no parecía verse afectada por eso.
—Con eso ¿Cuántas veces te han rechazado?— Preguntó el chico que estaba frente a Clara.
— ¡No me ha rechazado!— Radis hizo un puchero y miro a Clara— ¿Verdad?
—Más o menos— Clara se encogió de hombros— Me gusta la idea del retiro.
—Mierda— Radis se dejó caer contra la pared, consciente de que ya la había rechazado antes y muchas veces— ¡Pero no me he rendido! Si ambas volvemos vivas de nuestra primera misión, entonces lo intentare de nuevo.
Los tres chicos no pudieron evitar dejar caer sus hombros. La Radis de siempre.
Cash Espejello era un joven alto, calvo, bastante fuerte, de ojos color esmeralda, tez olivácea, labios delgados, pestañas largas, nariz respingada y una expresión que intimidaba a los más jóvenes aunque en realidad era bastante amable.