Nexus Odyssey Vol. 1

2

—El salón doce, aquí es— Dijo Radis revisando el mensaje que le había llegado a su reloj inteligente, aquel que indicaba su reunión con los miembros de su equipo. Esperaba no ser la última.

Había ido por Clara a su cuarto para espiarla mientras se cambiaba pero se había adelantado. No quería preguntarle sobre el salón así que se limitó a esperar una sorpresa al verla tras la puerta de ese salón.

—Debe ser una broma— Fue lo primero que dijo Kayo cuando la vio, dejando caer sus hombros.

— ¿Qué significa eso?— Preguntó Radis haciendo una mueca y entonces miro a su otro compañero el cual estaba sentando con despreocupación, mirando su pulsera— Eres… Gerardo ¿Verdad?

Gerard Silver era un chico de casi dos metros, de cabellos plateados revueltos, ojos carmesí que parecían haberlo visto todo, labios delgados, nariz respingada. Lucia bastante delgado aunque quizá sea la ropa.

Kayo si sabía quién era pues salvo los que nacieron en las ciudades del desierto blanco, los demás venían de un Oasis que, o bien fueron destruidos o venían de algún Oasis en el que era complicado vivir.

—Es Gerard— Le corrigió el chico mirándola un poco antes de volver la vista a su pulsera.

— ¿Es de otro grupo?— Preguntó Radis, inclinado un poco su rostro.

—No, si está aquí, es del nuestro grupo— Le dijo Kayo negando varias veces.

— ¿Ah sí? Lo siento, soy mala con los nombres y las caras— Admitió la chica disculpándose con Gerard quien no dijo nada— Pero no te preocupes, todo esto saldrá muy bien para todos.

—Entonces somos todos, solo falta el encargado— Dijo Kayo sentándose en uno de los lugares del salón.

— ¿Todos? Espera ¿Y Clara?— Preguntó Radis acercándose a Kayo con una expresión horrorizada.

—Somos equipos de tres con un encargado… Si todos teníamos que estar en el salón doce, entonces ya estamos todos— Dijo Kayo mirándola con atención— Clara debe de estar en otro grupo…

Radis se dejó caer al suelo, desanimada.

—Si debí levantarme más temprano para poder espiarla mientras se cambiaba— Dijo ella cubriendo su rostro.

— ¿Eso es lo que te preocupa?— Preguntó Kayo, en realidad, nada extrañada.

—Bueno, este día no podría empeorar…— Radis se levantó del suelo y entonces la puerta se abrió a lo que todos levantaron la vista.

Frente a sus expresiones sorprendidas estaba de pie un ser metálico de cuerpo delgado, desde las piernas hasta los brazos, de color negro, y con un rostro que parecía haber sido partido a la mitad, pues solo tenía la parte inferior donde una luz blanca se mantenía iluminada. Tenía tres brazos y cada uno cargaba una espada filosa y negra.

­ — ¿Una pica?— Pregunto Kayo con sorpresa, tomando rápidamente su varita blanca con una estrella en la punta— Las alarmas no…

Se tuvo que interrumpir pues el ser se movió a gran velocidad para tratar de partirlas, haciendo sonidos de espadas chocando entre sí con cada movimiento pero Gerard actuó primero, lanzándole un golpe en el costado que lo derribo contra el escritorio del profesor el cual termino destrozado.

—A las armas— Dijo el chico acomodando sus guantes, unos guantes plateados con un brillo oscuro que venía desde el dorso de la mano.

— ¿Oscuridad? ¡Genial!— Radis se mostró emocionada y entonces extendió su mano, la que tenía el núcleo para formar un arco de color blanco y detalles morados, con lo que parecían plumas negras en las puntas.

Ella hizo el movimiento como si trajera una flecha y desde sus dedos se formó una hecha de rayos la cual apunto a la cabeza de la criatura que se levantó del suelo con un giro rápido, partiendo el pizarrón y algunas sillas como si fueran de mantequilla.

Con un tiro rápido y certero, le destrozo la cabeza al monstruo pero este siguió moviéndose.

—Cierto, era a su núcleo— Radis asintió.

Un brillo detrás de la Pica llamo su atención unos segundos antes de que una columna de luz reventara su núcleo, provocando que cayera ruidosamente al suelo y derribando una pared.

Kayo ahora portaba un vestido de color rosa, que llegaba sobre las rodillas, con unas botas blancas con detalles de estrellas rosadas brillantes. Sobre el vestido portaba un chaleco abierto de color rosa mexicano y las mangas del vestido tenían bordes blancos. Sus cabellos largos rosados estaban sueltos con estrellas blancas entre ellos.

Por eso ella no ocupaba un Núcleo, ella ya era una niña mágica que venía desde otro Oasis.

— ¿Están bien?— Preguntó Clara al llegar, portando una lanza que brillaba de un color blanco— ¿Radis, Kayo y… Gerard? Ya veo…— Se giró a ver a la Pica derribada— No es la única, parece que han entrado varios enemigos a la base.

—Pensé que este lugar era muy seguro…— Gerard salto el cuerpo del enemigo para salir.

—Parece que ya no tanto— Cash negó con la cabeza, cargando sobre su hombro una espada grande y larga que brillaba en tonalidades de azules. Radis se dio cuenta de que dejaba caer copos de nieve— Si las defensas fallaron significa que Picas no son el problema mayor.

—Un Trébol— Dijo Dominika Law apretando el mango de su espada delgada que brillaba en morado, como el arco de Radis.



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En el texto hay: aliens, multiverso, batallasepicas

Editado: 29.09.2024

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