La invasión fue contenida con rapidez, esto no solo gracias a los alumnos recién graduados si no gracias a los agentes y a los profesores que participaron en la purga.
La realidad es que pese a que no era algo que pasara siempre, todos estaban listos para esos eventos pues los Uróboros se congregaban siempre cerca de las ciudades en el desierto blanco con el fin de destruir el legado de la COFOS y de todas las razas consientes.
No se sabía de dónde venían pero parecían infinitos, como creados en masa y esa era la teoría más aceptada sobre su origen: Alguien los creo con el propósito de destruir a la COFOS.
—Estas cosas son tan raras— Admitió Kayo haciendo una mueca mientras pateaba el cuerpo del que mataron en el salón. Las labores de limpieza les tocaron a ellos— No hablan y solo destruyen las ciudades del desierto blanco ¿Por qué nos odiaran?
— ¿Por ser guapos?— Radis se encogió de hombros— Pero eso no es lo importante ¿Por qué tenemos que limpiar nosotros?
Kayo se encogió de hombros mientras Gerard también recogía las partes del cuerpo del monstruo para introducirlo en los contenedores especiales.
—De todos modos ¿Qué hacen con estas cosas?— Radis hizo una mueca— ¿Los queman o los entierran?
Kayo se quedó pensativa.
—Son llevados con los Vulcanos— Gerard tiro la espada en el contenedor— Su metal es especial y sirve para hacer armas que sirven para matarlos, sobre todo a los Diamantes y a los Corazones.
Esos eran huesos duros de roer, seguro.
— ¿Qué son los Vulcanos?— Preguntó Radis rascando su mejilla— ¿Un grupo de gente como COFOS o el Prisma?
—Sí y no. En realidad es el nombre de los humanos de algún Oasis pero también soy un grupo de herreros que trabajan con COFOS pero se sabe que han trabajado con otras facciones. Esas personas tienen la peculiaridad de que son inmunes al fuego— Señalo Gerard.
— ¡Increíble!— Dijo Radis con los ojos brillantes.
Kayo no pudo evitar pensar que todo era posible en el desierto blanco.
—Veo que están terminando— Hela apareció por el pasillo— Solo venía a visarles que una vez terminen, dejen los contenedores ahí mismo, los recogerán después y que mañana salimos a primera hora.
— ¿Tan pronto?— Kayo se sorprendió.
—El plan era salir en una semana pero tenemos escases de mano de obra para ir a recuperar las Escamas— Hela se encogió de hombros— Es una misión de recuperación fácil, ya que ese Oasis esta aun en nivel cero de desarrollo tecnológico. Tendremos ventaja, entrar y salir.
— ¡Genial!— Radis se emocionó pero entonces quedo pálida— Esperen, esperen ¿Mañana? Pasado mañana me llega el último disco de Sparkle y ¡Es la edición especial! ¡¿Saben lo que me costó?!
Sus tres compañeros le miraron extrañados.
—Si va a llegar acá entonces deberías dejar que alguien la recoja por ti— Le sugirió Kayo encogiéndose de hombros— Creo que el grupo de Clara partirá en tres días hacia otra ciudad en el desierto blanco por una misión de escolta.
—Si se lo pido a ella, me mirara mal, pensara que soy infiel ya que Clara es en realidad, mi única idol— Dijo Radis como si fuera lo más normal.
—Eres muy rara… Pues pídeselo a Cash.
— ¡Cierto, cierto!— La chica asintió varias veces y se fue corriendo.
— ¡Espera, no hemos terminado aquí!— Kayo trato de detenerla.
Al día siguiente los chicos estaban reunidos en el hangar de naves.
Radis se restregaba los ojos— Si Cubito de Hielo iba a llegar tarde, mejor nos citaba una o dos horas después ¿No?
—Seguro está atendiendo otros asuntos— Clara se encogió de hombros.
—Pero no importa, al menos puedo disfrutar de que mi hermosa idol me vino a despedir— Radis se inclinó hacia Clara— No te preocupes, mi amor, vendré por ti cuando termine, así que espérame pimpollo.
—Claro ¿Y el disco de Sparkle?— Clare le miro mal.
— ¡¿Le constaste?!— Radis se giró hacia Cash.
— ¡Claro que no!
— ¿Kayo?
—Si fui…— Kayo soltó una leve risa.
—Traición— Radis se lamentó y miro a Cash— Te encargo mi disco, por favor.
—No te preocupes, yo también recibiré el mío, así que los cuidaré con mi vida, confía en mi— Dijo Cash sonando muy confiable mientras levantaba su pulgar en su dirección y esta hacia lo mismo.
—Tú pareces acostumbrado a viajar, por alguna razón— Comento Kayo hacia Gerard.
—Supongo, en mi Oasis lo hacía mucho aunque nunca entre Oasis— El chico se encogió de hombros.
—Ya veo, en mi Oasis nunca llegamos tan lejos— Admitió la chica encogiéndose de hombros— Quizá si hubiese seguido existiendo, pudimos llegar a ese nivel o quizá no… Lo más probable es que no.
—Tu Oasis…
—Si pero no fue por una escama— Kayo apretó los labios a lo que Gerard no pregunto más.
—Me pregunto si les tocara las naves de último modelo— Clara se quedó mirando las naves de todo el hangar, algunas llegando y otras saliendo hacia el desierto blanco— Los Vulcanos presentaron la última versión hace un mes.