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Comenzaron el avance por las calles abarrotadas de gente, esquiándolas lo mejor que podían.

— ¡Lo siento!— Radis se disculpó cuando por poco tira a una chica que cargaba una caja de mandarinas.

— ¡Deténganse!— Grito un guardia apuntándoles con su arma.

— ¡Diablos!— La chica que arrastraba a Hela se detuvo lista para desenvainar su gran espada pero entonces alguien cayó sobre el tipo, golpeando su cabeza contra el suelo— ¡¿Y tú quién eres?! ¡Qué gran entrada!

— ¿Nos seguiste de la base?— Hela se mostró un tanto sorprendida cuando reconoció el traje de los soldados que los atraparon en la base espacial. Y estaba alerta por la alarma de Gerard.

— ¡No, solo muévanse!— Les dijo el soldado— Yo los cubriré ¡Su vehículo está más adelante ¿No?!

— ¡Cierto, si, vámonos!— Dijo la chica mientras volvía a arrastrar a Hela.

Hela no parecía muy segura de confiar en la soldado pero como los dejo avanzar y los salvo del guardia, no dijo nada.

— ¡Rápido, rápido, hay que irnos!— Grito un chico con la mitad de su rostro cubierto por una tela negra y que estaba moviendo sus manos frenéticamente, arrodillado dentro de un vehículo verdoso con una flor cargando una caja— ¡Hay una patrulla cerca y tendremos que salir de la ciudad!

Todos lograron subir en el vehículo casi de un salto.

—Esperen, hay alguien más que…

Un impacto de alguien cayendo sobre el techo del vehículo la interrumpió— ¡Muévanse pero ya!

— ¡¿Qué pasa?!— Pregunto el chico mirando el techo, como esperando que algo lo destrozara.

— ¡No importa, solo vámonos ya!— Grito la chica y el vehículo comenzó a avanzar de nuevo, acelerando en poco tiempo.

— ¡Eso fue divertido!— Radis no pudo evitar esbozar una leve sonrisa nerviosa.

—Casi nos morimos— Le dijo Kayo.

—Ya se…— Acepto la chica, haciendo una mueca excitada.

—Pues sí que estuvo cerca— Dijo la chica que los salvo, mirándolas con atención mientras recuperaba el aliento. Ahí fue cuando notaron que también tenía el rostro cubierto por un pañuelo como su amigo. La verdad es que ninguno la había visto bien— ¿De dónde sacaron eso, de todas formas? ¡Hizo saltar todas las armas y no solo de la ciudad, de nosotros también!

—Lo sentimos, no pensamos que eso pasaría— Blas se disculpó sujetando con fuerza su CPU— Esto lo sacamos de la base espacial, de Sasakhle…

— ¿Sasakhle? ¿De verdad?— Preguntó el chico a su lado, bajándose el pañuelo mientras sus ojos se abrían de par en par.

Era un chico de tez blanca, ojos oscuros profundos, de labios delgados, nariz respingada, sin pelo salvo por una cola de caballo detrás y con un tatuaje azul en forma de flecha hacia arriba en su ojo derecho.

—Si eso es cierto, entonces serán muy útiles para nosotros— Dijo la chica bajando su máscara también— Yo soy Gerba y este es Mansal ¡Bienvenidos a la rebelión! Aunque aún estamos buscando un mejor nombre.

Debajo de la máscara, dejo ver a una chica de tez clara, con labios carnosos, nariz respingada, ojos color celeste brillante con los cabellos cortos de color dorado. Tenía una cicatriz en su ojo en forma de corte.

El vehículo avanzo pero no se podía ver nada hacia afuera pese a que si tenía ventanas.

—Pero ¿Una rebelión de qué?— Preguntó Lirio medio confundida.

—Ya no queremos más guerra— Aseguro la chica haciendo una mueca— Supongo que queremos detener la guerra de una forma u otra y suena un poco contraproducente si lo pensamos bien pero las protestas no han servido de nada. Debemos usar la fuerza.

­—Lo entiendo— Blas asintió— Será un gusto trabajar con ustedes.

—Me agradas, chico— Le dijo Gerba dándole algunas palmaditas en la espalda a lo que este se removió todo pues parecían golpes pesados.

Tras un rato más de movimiento, todos bajaron del vehículo para darse cuenta de que ahora estaban en una bodega cubierta de verde, como casi todo, aunque también había tecnología que podían reconocer de la base especial, lo que cual era raro ya que los planetas eran bastante conservadores con sus tecnologías en sus mundos. Nunca usarían tecnología de otros mundos.

­— ¿A qué es genial? Siempre pensamos que solo esa base espacial tenia tecnología combinada pero parece que desconocemos muchas cosas ¿Eh? Encontramos este lugar por casualidad hace tiempo— Gerba abrió las manos hacia su base y luego miro hacia arriba— Tu también eres bienvenida, muchas gracias por tu ayuda aunque tendremos que buscar rastreadores y esas cosas… Seremos invasivos.

—Gracias— Dijo el soldado bajado del capo de un salto. Era bajita— Pero ya destroce todos los artefactos rastreables por mi planeta, no se preocupen y fue desde antes de llegar aquí así que están seguros.

Y lo demostró. Lo curioso es que todos estaban hechos polvo, pulverizados como si hubiesen pasado por una trituradora. La chica debía ser muy fuerte.

— ¡Genial! ¡Qué gran fuerza tienes!— Gerba lo celebro.

— ¿Quieres recuperar el CPU?— Pregunto Hela con cierta desconfianza, colocándose delante de Blas, al mirar a la soldado.