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—Muchas gracias, Radis— Jasón era el nombre del hombre mayor que estaba a cargo de mover los suministros que llegaban, a veces eran hacia dentro de la base, otras hacia afuera, pues esa no era la única base que la resistencia tenía. A veces el hombre solo ayudaba a poner el combustible Plora en los vehículos pero casi siempre era el que coordinaba para llenar las camionetas o vaciarlas.

—No me agradezca, siempre es bueno ayudarlos— Dijo esta que en tan solo tres días ya se había acostumbrado al trabajo ahí. Tampoco era la gran cosa pero ella se sentía muy cómoda.

La realidad es que todos ahí eran muy cálidos y eso la hacía sentir bienvenida.

Kayo aprendió que no necesitaba saber todo sobre lo que comía pero la realidad es que era divertido aprender algo que no fuera solo pelear. Antes solo habría logrado hacerse unos huevos y seguro con restos de cascaron.

Mientras Hela estaba sirviendo de mecánica, pues pese a que en su mayoría utilizaban plantas, aun había mecanismos que requerían intervención mecánica, sobre todo en los aparatos híbridos.

La realidad a Hela no le molestaba del todo, pues ella misma era la mecánica del Odyssey y esa era mucho más complicada de tratar.

—Pareces familiarizada— Lavanda era la encargada de los sistemas operativos aunque la realidad es que todo lo hacia el aparato que le había dado su compañera.

—Algo, en T’k’bileuli era mecánica— No era mentira, en parte.

—Te entiendo, yo tuve que familiarizarme rápido con todo esto aunque no es tan complicado una vez entiendes que es solo es presionar un botón— Lavanda admitía que no sabía nada de programación así que mejor no decir nada extraño sobre el tema.

—Sí, supongo que es como ser mecánico, solo debes saber qué cosa mover— Hela se rio un poco.

— ¿Verdad?— Lavanda asintió varias veces— Ya está, este también está fuera de línea ¿Y su nave?

—Ah, no te preocupes, yo misma la desconecte y es preferible que quede fuera del radar por si acaso tenemos alguna emergencia— Hela se encogió de hombros, desviando la atención.

— ¡Entonces vamos a desayunar!— Lavanda levanto sus manos con energía. Sabía que estaba tratando de cubrirse pero no presionaría ya que también estaría en riesgo su propia posición— Aunque espero que no sean platos hechos en base de calabaza azul ¡Nunca me gusto su sabor!

—Te entiendo— Hela asintió varias veces, pues no se acostumbraba a su textura, más que del sabor.

Mientras, Gerard desayunaba un cereal con leche, con aparentemente despreocupación en la nave.

— ¡Ya están aquí!— Las saludo Gerba con energía, el rostro manchado de tierra, al igual que Blas. Este último parecía agotado— ¡Esta tarde nos tocó trabajar en los campos y vaya que estoy agotada!

—No pareces— Kayo sonrió de lado.

— ¡Hola!— Saludo Lirio, entonces se sorprendió al ver a su hermano todo cubierto de tierra— Cielos, apestas— Su hermano la abrazo— ¡Espera, espera, que estas todo cubierto de tierra!

— ¿Dónde te toco hoy? ¡Te lo cambio!— Dijo este entre su vestido.

—Esta vez le toco conmigo en la cocina— Kayo se encogió de hombros.

—Y eres pésimo en la cocina— Admitió Lirio, recordando con cierto cariño sus sopas de verduras y demás guisados improvisados que hacía. No eran del todo malos pero tampoco eran geniales.

Ese comentario hizo que su hermano levantara una ceja en su dirección— Espera…

Al menos la llenaban y debido a ese recuerdo, sin más opción lo abrazo para tranquilizarlo, dando palmaditas en su espalda.

Con la de llegada de Hela, Lavanda y Radis, todos comenzaron a comer.

La verdad es que esta vida era bastante divertida para Radis y pese a su falta de combates, tampoco estaba tan mal. Solo ayudar a la gente, comer, disfrutar de la compañía de la gente que amaba, sin olvidar el divertirse en sus tiempos libres.

Solo le faltaba Clara.

—Por cierto— Gerba miro a Hela— Tú te ves cómo alguien que pelea ¿Quieres ayudarme con los entrenamientos de esta tarde? Esta vez será combate con armas. No he encontrado una buena pareja ya que muchas veces me dejo llevar.

— ¡Sí, ella es genial peleando!— Radis se mostró de acuerdo.

—Ah, supongo que si— Hela se encogió de hombros aunque no pudo evitar lanzarle una mirada severa a Radis quien se encogió en su lugar, tratando sin éxito de esconderse tras Kayo.

La tarde cayo y todos se reunieron en la sala de prácticas, donde no solo estaban los chicos, también había varios más que parecían más jóvenes aunque también había gente mucho más grande y que parecía al menos algo experimentada en combate.

— ¿Comenzamos?— Preguntó Gerba sacando su gran espada— Ah, cierto, tú no tienes arma ¡Dale la tuya, rápido!

Hela noto su gran emoción por lo que tendría que tomárselo en serio, recibiendo la espada en el aire, notando que no estaba equilibrada para ella pero al menos podría moverse un poco.

—Comencemos ya— Gerba avanzo primero, lanzando un gran espadazo hacia abajo, uno que Hela esquivo pero la muchacha giro la espada desviando su corte para darle en el costado a lo que su rival salto muy alto, girando en el aire para regresar al suelo— ¡Ese fue un gran movimiento, maldición!