Nexus Odyssey Vol. 1

12

Los soldados enemigos dispararon sus armas sin titubear a lo que Hela desvió las balas y las armas de los tipos con el viento, provocando que estas chocaran contra el suelo o contra las paredes mientras Radis dio un salto para patear a uno en la cara. El otro fue embestido por Kayo para luego ser golpeado en la cara.

— ¡Eso fue increíble!— Admitió Gerba sin entender que había pasado con las balas.

Kayo recibió un disparo en el hombro debido a su distracción pero al instante corrió para cubrirse detrás de un pilar, entonces extendió su mano, haciendo aparecer su varita, con la cual se rodeó de un brillo de nanomaquinas que la convirtieron en una niña mágica en segundos.

Kayo curo su herida en el hombro, salto y disparo luz hacían sus enemigos, derribándolos con habilidad.

— ¡¿Y tú quién eres?! No importa ¡Que increíble, sigue así!— Gerba le felicito mientras cortaba a otro de sus enemigos con su espada de fuego.

Hasta Kayo había olvidado el velo que impedía que alguien la reconociera, el cual no funcionaba con gente que ya sabía que era una niña mágica como su equipo.

Hela y Radis aprovecharon el desorden para invocar sus armas desde sus núcleos.

Radis salió de su escondite con un giro y disparo tres flechas con habilidad, logrando impactar en dos soldados quienes explotaron debido a la corriente eléctrica que se formó entre ambos.

Anid disparaba con despreocupación a sus enemigos, aprovechado que aún llevaba el uniforme. No todos la identificaron rápido como traidora.

— ¡¿Qué diablos haces?!— Pregunto uno de los tipos abatidos con una herida en la pierna.

—Eso es algo que no te importa— Respondió la mujer con tal frialdad que el hombre solo pudo estremecer todo su cuerpo antes de morir debido a un disparo en la cabeza.

Hela corrió para salvar a Gerba quien por poco es impactada por un soldado que logro rodearla, golpeando sus brazos para desviar el arma hacia abajo, sin cortarlo, pues solo uso el aire y acto seguido giro para pegarle en la nuca con el mango de su espada.

—Son demasiados.

—Tranquila, ya han evacuado a la mayoría…— Gerba miro a Lavanda quien confirmo, escondida detrás de una mesa que estaba llena de agujeros— Daremos por perdida esta base y nos iremos ya ¡Retirada!

Pero Radis y Kayo ya estaban justo donde comenzó todo, en aquel agujero gigante desde donde pudieron ver como soldados bajaban a la base desde la superficie y todos venían de un grupo de camionetas negras. Habían abierto un agujero con una explosión para llegar al lugar.

­Kayo se adelantó, volando con rapidez para matar a otros soldados que habían bajado y de un salto llego a la superficie para comenzar el combate, mientras Radis la cubría desde atrás.

Ambas notaron que los guardias de su bando, quienes cuidaban la entrada, estaban muertos en el suelo con agujeros en la cabeza lo que era raro.

Por otro lado, Radis sabía que Kayo era una guerrera mágica pero nunca la vio tan desatada como ahora o quizá siempre lo fue, simplemente no tenía razón para hacerlo antes.

Kayo se movía entre los enemigos, cortando sus piernas o atravesando sus pechos mientras que Radis disparaba a los más lejanos, electrocutándolos en el lugar o destrozando sus armas para que su amiga los rematara.

Entonces un disparo llegado desde la nada le dio a Kayo en la cabeza, tumbándola.

— ¡Kayo! ¡¿Qué diablos…?!— Radis se giró en el último momento para evitar que le volaran la cabeza también.

Gracias al poder del rayo, podía moverse más rápido, lo que la ayudo a ver el tiro aunque por poco.

Más soldados se le acercaron pero esta logro dispararles con un giro en el suelo, dándoles en el pecho con la electricidad y evitando por poco otro disparo que paso entre sus cabellos y luego otro que le rozo la mejilla.

Radis entonces logro identificar al enemigo quien bajo su arma ante su sorpresa, todo para salir de desde los arboles más alejados del bosque. Entonces entendió como murieron los guardias y porque no la vieron.

—Nunca nadie había logrado evitar uno de mis disparos y menos dos— Dijo la mujer mientras recargaba su rifle de francotirador en su hombro— No vale la pena seguir escondiéndome con alguien que tiene tan buen ojo.

Era una mujer de cabellos violetas, con una mueca de loca, de labios delgados, nariz fina, tez olivácea, además de una cicatriz en el ojo. Estos brillaban de un intenso color violeta. Llevaba un uniforme muy similar al de Anid solo que este parecía mucho más ajustado y cómodo.

—Normalmente me encantarían los elegíos de una mujer hermosa pero ahora…— Radis levanto su arco— Ríndete.

—No lo creo— Admitió la mujer entonces un disparo le impacto en el hombro a Radis, este salido desde el codo de la mujer, aquel que tenía flexionado al sostener su arma— Lo siento pero…

Se dio cuenta de que Radis soltó algunas chispas de su hombro.

— ¿Usaste una munición eléctrica para protegerte? Arriesgado pero admito tu astucia y que hayas durado tanto con un arma tan rustica pero tampoco puedo esperar mucho de este planeta, así que…— La mujer esbozo una leve sonrisa, encogiéndose de hombros.



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En el texto hay: aliens, multiverso, batallasepicas

Editado: 16.02.2025

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