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Subieron a un elevador metálico rodeado de plantas y enredaderas que se movían y que las bajo varios metros bajo tierra. De hecho estaba tardando bastante por lo que de verdad la base estaba muy en lo profundo.

—Plantas elevador— Les dijo Anid al notar la expresión de Radis, quien miraba por la ventana como las raíces se movían de arriba abajo con rapidez.

— ¡Es genial!— Los ojos de Radis brillaban.

Kayo no pudo evitar esbozar una leve sonrisa. De alguna forma era agradable ver a su amiga tan feliz aunque eso no era diferente de su estado de ánimo, la cosa es que se preocupó al verla tan seria tras el ataque.

Y una sonrisa así o se pierde o queda en el recuerdo y eso Kayo lo sabía muy bien.

—Según mis datos, el objeto está a unos trece o catorce pisos bajo de nosotros— Dijo Hela tras observar el mapa en su pulsera— Sospecho que hay al menos otros dos elevadores pero solo uno nos lleva a nuestro objetivo.

— ¿Nos dividimos?— Preguntó Kayo.

—Yo iré con Radis— Anid levanto la voz.

—Bien, pero tengan cuidado y Radis, concentrada, no queremos que nos atrapen— Dijo Hela mientras le pasaba los datos de los elevadores.

—Lo sé…

—Nosotras al de la derecha, ustedes al que está en el centro de la sala.

El elevador vibro y la puerta se abrió.

Dejo ver a un montón de gente moviéndose de un lado a otro, cargando documentos o incluso plantas, mientras otros tantos hablaban con las plantas o bien las programaban, si es que eso era posible. Algunas plantas estiraban sus raíces y tallos al otro lado de donde se encontraban, transportando material.

Olía a alfombra.

—Su adaptación es increíble— Aseguro Hela, sin apartar la mirada de las plantas.

—Quizá debamos llevarnos alguna con nosotros— Aseguro Kayo.

Ambos grupos avanzaron hacia el elevador que les tocaba.

Radis y Anid avanzaban por el pasillo, tratando de no llamar la atención. Había guardias moviéndose de un lado a otro, por lo que era fácil pasar desapercibidas.

—Aquí hay gente de los otros planetas ¿Verdad?— Preguntó Radis hacia Anid.

—En teoría pero no veo a nadie de Otakhi— Anid reconocía fácilmente sus deferencias, desde tonos de piel hasta sus orejas pero estaba claro que faltaban del cuatro planeta, el que habían mencionado también sus amigos— Aunque eso seguro se debe a su naturaleza.

— ¿Naturaleza?

—Los de Otakhi son gente que no reciben muchos rayos del sol, por lo que es un planeta frio, nieva constantemente y llueve mucho por alguna razón, así que recibir la luz de lleno les hace daño. En este planeta o en cualquiera de los otros dos sufren terribles heridas o enfermedades a raíz de esa debilidad al sol— Aseguro Anid— Por eso los llaman Vampiros.

— ¿Vampiros? Ya veo…

—Aunque desconozco si solo beben sangre o…

—Sería genial pero creo que no lo hacen…

Las dos llegaron al elevador, notando que tenía dos guardias vigilándolo.

—Los noqueare— Dijo Anid avanzando pero Radis la detuvo.

—No, no, llamaremos mucho la atención ¡Tengo una idea!— Radis le sonrió a Anid— Sígueme la corriente.

Ambas avanzaron a paso resuelto por el pasillo que daba al elevador— Buenas tardes, vinimos a relevarlos.

—Ya era hora— Dijo el soldado de la derecha, dejando caer sus hombros— ¿Saben cuánto tiempo llevamos aquí? Casi ocho horas de pie ¿Saben lo desgastante que es los de arriba? Seguro no.

—Déjalo, todos estamos igual ¿No?— Preguntó el otro.

—Por supuesto, ni con todas las quejas que demos, nos ayudaran, ya saben— Radis se rasco la nuca avergonzada.

Los dos soldados se fueron de ahí discutiendo sobre las vacaciones y el servicio médico.

—Ahora yo abriré la puerta así que cúbreme— Dijo Radis acercándose al panel, entonces activo su pulsera, acto seguido varias combinaciones aparecieron, algunas desaparecieron hasta solo dejar una— Genial.

Anid se limitó a ver hacia el frente.

El elevador se abrió y ambas abordaron.

—Este no lleva a la escama— Dijo Anid.

— ¿A no?— Preguntó Radis— Rayos… Ah, cierto, dijiste que ya habías estado aquí ¿No? ¿No recuerdas donde está la escama?

—Cuando yo estaba aquí, no había escama, por otro lado cambiaron muchas cosas, mejoraron la tecnología y la volvieron hibrida, entonces… Es diferente pero este elevador… Lleva a las zonas de práctica.

Radis no sabía si preguntar pues se veía muy serio.

—Cuando yo nací, mis padres me vendieron a los soldados de T’k’bileuli para pagar sus deudas, desde entonces he sido tratada como soldado, no conozco otra vida, y los sentimientos son inaceptables. Regresar aquí solo me hace temblar— Anid miro su mano y pese a que su expresión parecía seria, su mano temblaba y sus labios se apretaban de vez en vez.

—Lo entiendo— Radis tomo su mano— Prometo que no volverás a ser una soldado.