—Sí, sí, increíble— Dijo el tipo aplaudiendo sarcásticamente mientras una sonrisa arrogante se dibujaba en su rostro— Incluso si lograron pasar nuestras defensas y cargar el pedazo de dios, no pueden llevárselo y si debo derribar la nave con mis manos, lo haré, no te quepa duda…
Era un hombre alto, de cabellos blancos alborotados, tez clara y unos hermosos ojos azules con pestañas largas. Sus labios eran delgados y su nariz era respingada. Apuesto, con el rostro delgado también. Sus parpados parecían ir en cámara lenta.
Llevaba un traje pegado como el de Anid, pero sobre este un saco negro largo que terminaba en un bordado de picos violetas. Los hombros, los brazos y los costados parecían estar reforzados con blindaje en el propio saco.
—Me gustaría verte intentarlo— Radis imito la sonrisa arrogante del tipo.
El tipo se movió a gran velocidad pero Radis le detuvo, tratando de pegarle con su arco lo que hizo que el tipo retrocediera, dando un salto hacia atrás con cierta sorpresa, entonces noto el mismo tono violeta que él tenía a su alrededor.
— ¿También tienes un potenciador?— El hombre la contemplo con visible interés aunque no pudo evitar pensar que era imposible que alguien como ella lo haya obtenido de los altos mandos.
— ¿Eh? No…— Radis no entendía la pregunta.
Claro, debió robarlo, los potenciadores elementales son nuevos y solo los llevaban los soldados de mayor confianza entre los ejércitos.
—Lo siento niña, pero debo matarte para recuperar el potenciador— Aseguro el chico, mientras soltaba su kunai, entonces Radis noto que estaba amarrado a una cadena que soltaba chipas.
Radis entonces entendió. Habían creado sus propios núcleos.
El hombre hizo girar su cadena en su mano con velocidad, soltando chispas y formando un círculo violeta en la punta de su arma, y ato seguido, se movió en un parpadeo.
Radis evito el cuchillo volador por poco, pero debido a la cadena, regreso a gran velocidad, soltando chispas que pudieron dañarla de no ser porque pudo desviarla con el arco. Lastimosamente el hombre no había terminado, porque pisando la cadena la misma hoja cayo a gran velocidad, cortándola y empujándola hacia atrás.
—Eres buena pero no lo suficiente— Aseguro el hombre atrayendo su hoja con habilidad.
Incluso si podía aprovechar el poder del potenciador, la energía aún era inestable, por eso necesitaba el equipo que traía aunque no se quitaría el mérito de usarla como para evitar un par de sus ataques propios. La túnica y las botas no eran solo para verse genial.
—Ya se terminó— Aseguro el hombre girándose hacia la mujer escondida— Doctora Mandrágora, debemos...
—Eso fue increíble— Radis se puso de pie como si nada— Si no hubiese tenido activa mi armadura, entonces pudiste haberme cortado el brazo, o bueno, al menos me habrías alcanzado con la hoja.
— ¿Armadura? Pero no tienes equipo de manejo…
— ¿Eh?— Radis se mostró pensativa, entonces le apunto, guiñándole un ojo— Pero tengo habilidad.
Eso solo irrito al tipo quien apretó los labios— ¡Maten a la doctora y también a las traidoras!
Los seis guardias que venían con él levantaron sus armas para apuntar a Anid y al escondite de Mandrágora.
— ¿Qué? ¿Te presione tanto como para que apuntes a mis amigos?— Radis se escuchaba confiada.
—No te creas tanto. De todas formas tengo que matarlas, por otro lado, tu solo eres algo habilidosa pero yo… Soy el talento personificado— Aseguro el tipo mientras hacía girar su cuchillo soltando destellos que iluminaban su alrededor.
Radis levanto su arco para disparar a los guardias pero el hombre se interpuso, destrozando las flechas con su kunai, entonces se acercó para comenzar a atacarla con velocidad desde diferentes flancos.
Radis solo pudo evitarlo o bien, desviarlo con su arco.
Pero las demás podrían…
Entonces un destello de luz derribo a los guardias, cortando sus armas y provocando pequeñas explosiones en estas.
— ¡Concéntrate en él…!— Le regaño Kayo, quien estaba girando por el suelo mientras estaba de rodillas, cargando su varita como una espada de luz— Yo me encargo de estos.
Radis esbozo una leve sonrisa.
El tipo contemplo a la nueva ¿Y eso que era? ¿Otro potenciador? Pero era blanco ¿Qué…?
Kayo logro agarrarlo desprevenido, amarrando la cadena entre su arco, aunque debido a eso termino recibiendo una herida en la mejilla que la estremeció. De no ser por su armadura, el daño sería más profundo.
Con esto, halo de la cadena para desbalancear al tipo que de no ser porque logro darse cuenta, se hubiese llevado un golpe en la cara con el arco, fue entonces que se percató que no lo había soltado.
—Eres fuerte para ser tan pequeña— Aseguro el hombre amarrando su cadena en su mano para proporcionar mejor fuerza de agarre.
—Ni tanto— Aseguro la chica, haciendo una mueca.
—Acaba rápido, sacare a estas dos mientras tanto y vuelvo por ti— Kayo paso a su lado cargando a la inconsciente Anid y a Mandrágora sobre su hombro como si nada.