Hela y Anid lograron dejarlo inconsciente aunque Radis sospecho que el tipo se sintió bien en sus últimos momentos de lucidez, pues ambas chicas tuvieron que rodearlo, pegándosele mucho en ese espacio tan reducido. Incluso le pareció innecesario a la joven pero ya había pasado, ni como quejarse.
Cerraron la trampilla para que nadie entrara.
Las chicas siguieron avanzando, dando un par de vueltas que a Radis le parecieron bien raras pero tomando en cuenta que ella no podía ver el mapa, era mejor creerle a Hela quien no dudaba en cada paso que daba.
Radis quería preguntar pero Hela se detuvo frente a una de las trampillas de mantenimiento y hablo en voz baja— Silencio…
—Mierda, sabía que vendrían por nosotros— Dijo un hombre sobre ellas, tecleando algo con mucha rapidez o al menos así si le sonaba a las tres. Lo más probable es que sean un par de chicos o más.
— ¿De qué hablas?— Preguntó otra voz.
— ¿No lo entiendes? Primero en Ploresi, roban… Ya sabes y ahora esto, no me sorprendería que Tovs y Otakhi sigan… ¡Alguien está recolectando los fragmentos para traer a dios de vuelta!— Uno de los teclados se detuvo.
—Ahí vas de nuevo, es verdad que esto no es coincidencia pero ¿Dios? Ese fragmento es un pedazo muy interesante pero te aseguro que no parece dios, además, no olvides que hace mucho tiempo esos fragmentos eran uno solo y no eran dios— Le explico su amigo, detenido también su tecleo.
—Si pero ¿Qué tal si ahora que vio que lo destruimos, regrese para vengarse de verdad, tomando su verdadera forma?
—Tienes una gran imaginación…— Su tecleo comenzó de nuevo.
—Quizá sea un ángel, uno de sus heraldos…
— ¿Eh?— De nuevo silencio.
—Sí, el heraldo de la destrucción…
Hela retrocedió, apretándose contra Anid y luego contra Radis aunque con esta última no fue tanto, lo que provoco una mueca en esta última.
—Tú al frente, creo que podrás darles desde los huecos. Ya sabes, solo déjalos dormidos— Le susurro Hela a lo que Radis avanzo, pasando por lo que mismo de hace rato ahora con Anid.
Mientras esto pasaba los tipos seguían hablando de alienígenas y ángeles vengadores, tecleando de vez en cuando.
Radis se concentró y apunto a uno de los tipos con su dedo, entonces disparo una descarga que al instante lo tumbo. Era el tipo que estaba escuchando al paranoico, lastimosamente.
—Oye, oye ¿Qué tienes? Ya pasamos por eso y…— Se levantó, lo que Radis aprovecho para tumbarlo también.
Las tres chicas salieron solo para ver la habitación. Una habitación de registros en papel y en bases de datos, parece, pero estaba especialmente vacía lo que tenía sentido ya que Hela sospechaba que no tenía que ver con lo que había detrás de la pared derecha, o sea, la escama.
Ni con toda la Akari se podía esconder su firma energética. Era terriblemente especial.
— ¿Y vamos a derribarla?— Preguntó Radis al darse cuenta de eso y golpeando el aire.
—A estas alturas, me gustaría— Hela hizo una mueca.
— ¿Y por qué no?— Preguntó Anid mientras acomodaba a los dos tipos dormidos bajo el suelo, justo por el hueco por el que salieron y lo cerraba para esconderlos— Ya estamos aquí…
Hela se quedó pensativa, recordando aquel pilar pero no pudo decir nada pues la puerta se abrió.
— ¿Todo bien por acá?— Preguntó la mujer que acaba de entrar, esbozando una leve sonrisa— Con las alarmas activas, me mandaron a supervisar esta zona así que cualquier cosa, avísenme queridas.
La mujer era alta, quizá más alta que Hela, de cabellos violetas largos con las puntas enchinadas, de tez clara, labios delgados, nariz respingada y unos ojos rasgados de un tono violeta brillante. Vestía un kimono rojo brillante con flores blancas y amarrillas grabadas en las puntas y llevaba un abanico dorado con patrones florales.
No parecía una guardia pero mejor no arriesgar.
—Sí, muchas gracias— Aseguro Hela, regresándole la sonrisa tranquila.
Anid y Radis se habían sentado con naturalidad en frente de las computadoras prendidas de los tipos mientras Hela hablaba, todo para parecer normales. La mujer asintió y se fue de ahí.
Las tres dejaron caer sus hombros.
—No sé si sea buena idea destruir la pared— Hela hizo una mueca— Pero esta misión está costando más de lo que pensé.
—Creo que en la misión anterior… Todo se alineo— Dijo Radis.
Si, en Ploresi todo parecía haberse alineado para que saliera bien pero aquí…
—Aprovechemos para pensar un poco— Radis noto la frustración de su maestra.
—A estas alturas ya no es necesario pensarlo tanto— Hela se sentó frente a otro de los escritorios vacíos para recargarse en él, frotando su rostro. Había costado tanto que ya era hora de arriesgar— La gran roca que parece que va al exterior es parte de la base y sospecho que por los mecanismos, es un elevador, quizá lo usaron para sumergir la escama en primer lugar.
Anid y Radis intercambiaron miradas.