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Blas y Lirio nacieron en Ploresi, en una familia común, corriente y amorosa, en un pueblo lejos de las grandes ciudades del planeta, rodeados de la naturaleza viva del mundo. Los pequeños pueblos eran bastante comunes en ese planeta, sobre todo tras la guerra, pues muchas ciudades habían terminado irreconocibles e inhabitables.

Ese pueblo era especialmente grande, con varias casas de dos pisos hechas de concreto, algunas de madera, con plantas rodeándolas y moviéndose constantemente, ayudando en las tareas del hogar o haciendo funcionar pequeñas máquinas para recolectar agua u otras cosas. Las calles no estaban pavimentadas pero un montón de maleza lo cubría, por lo que no era necesario poner concreto. Algunas plantas se alzaban altas para cubrirlos del sol.

La gente regaba las plantas, otros parecían hablar con ellas y otras tantas simplemente disfrutaban estar acostadas sobre estás como viejos amigos.

— ¡No te preocupes Mindy, vas a crecer mucho!— Le dijo una Lirio de seis años con una sonrisa dibujaba en el rostro a Mindy, quien para ese tiempo era una pequeña flor en una maceta que se movía ligeramente ante los rayos del sol.

Traía puesto un vestido blanco largo y un sombrero de paja con un moño rojo.

—No deberías zarandearla mucho, mi amor— Le dijo su padre, mirándola entrar a su pequeño local que vendía productos comestibles como verduras y frutas, principalmente.

Era un hombre de tez clara, bastante alto y musculado, debido a su trabajo en el campo. De cabellos verdes ondulados pero que mantenía cortos. Sus ojos brillaban de un color dorado, como los de su hija con los labios delgados y una nariz respingada.

Vestía un pantalón de mezclilla azul, una camisa blanca, y sobre estas ropas, un mandil café.

Su local era pequeño, con solo dos pequeños aparadores con frutas y verduras acomodadas, brillantes y visiblemente hermosas, listas para el consumo, pintado de verde por fuera y por dentro, con algunas raíces que se movían, dueñas de la madre de Mindy, una planta carnívora de nombre Sakura que estaba más acentuada arriba.

—Está bien, le gusta el sol y pasear conmigo— Aseguro Lirio, colocándose detrás de la barra, y dejando a Mindy sobre esta.

—Bien, bien pero ¿Y tu mamá y tu hermano?— Níspero sabía que habían salido todos juntos a buscar la comida para esa tarde.

—Ahí vienen— La niña señalo la puerta y si, justo entraron Blas y Sand.

Sand era una mujer de estatura baja, de cabellos castaños largos, lacios, con unos brillantes ojos verdes y un rostro con labios delgados y una nariz respingada. Tenía algunas pecas sobre su nariz, similares a las que tenía Lirio.

Vestía ropa similar a la de su hija pero su vestido era de un color amarillo opaco que combinaba muy bien con ella.

Su hijo vestía un pantalón de mezclilla negro y una playera blanca con el estampado de una planta carnívora conduciendo un camión monstruo.

—Bienvenidos ¿Consiguieron algo rico?— Preguntó Níspero corriendo a ayudar a la mujer con su bolsa.

—Claro que si ¿Te tomas un descanso y subimos?— Preguntó Sand esbozando una cálida sonrisa.

— ¡Obvio que sí!— Níspero le regreso la sonrisa.

Lirio sabía que se amaban.

—Pobre Mindy— Señalo Blas acercándose a Mindy sobre la barra para acariciarla, esta pareció recibir las caricias como un pequeño perrito— Mira, parece agotada, no deberías darle tanto sol ¿Sabes? Se va a secar.

—No se va a secar— Lirio le saco la lengua.

—Niña…— Su hermano parecía listo para pelear.

—Basta, los dos, suban y laven sus manos, hay que comer antes de que se enfrié todo— Su mamá les llamo la atención.

—Bien— Repitieron los dos, tomando las bolsas y subiendo corriendo.

— ¡Y no olviden darle las vitaminas a Sakura!— Les dijo su mamá desde la base de la escalera.

— ¿Me ayudas a cerrar a fuera?— Preguntó el hombre rodeando a su mujer de la cintura y atrayéndola para darle un pequeño beso en los labios ante la sorpresa inicial de la mujer quien termino cediendo, levantando ligeramente su pie derecho hacia atrás.

—Claro que sí, mi amor— Le respondió con el rubor en sus mejillas, acariciando su mejilla.

Todo pudo haber salido bien para estar familia.

Pero la guerra seguía pasando y esta vez fue su pequeño pueblo el que sufrió las consecuencias de una batalla entre Ploresi y Tovs, al menos eso parecía. La gente y los niños estaban corriendo por las calles en llamas y con explosiones ocurriendo a sus costados, haciendo imposible preguntar o detenerse a mirar los uniformes de los atacantes.

— ¡La nave de evacuación está por allá!— Le grito Níspero mientras jalaba a Lirio y a su esposa con sus manos. Blas iba agarrado de la otra mano de su madre quien trataba de seguir el ritmo.

— ¡Guíanos!— Le grito Sand.

Lirio mantenía abrazada a Mindy como si su vida dependiera de ello.

Durante el ataque, Sakura termino siendo quemada por una explosión tratando de protegerlos, lo que por poco hace que Lirio se pusiera a llorar pero su hermano y su padre no la dejaron pues tenían que salir de las ruinas de su local.