La noche casi había caído, lo que sorprendió a Gerard y a Blas quienes se percataron del tanto tiempo que pasaron en los juegos. Aun así, para ambos fue divertido por lo que no lo consideraron una pérdida de tiempo.
Gerard admitió que Blas era un reto divertido al jugar los juegos, al menos mejor que la maquina mientras que a Blas aun le parecía que debía hablar más.
— ¡Nadie puede vencerme!— Esa voz llamo su atención antes de salir, y más de Gerard que lo reconoció.
Era el tipo que se quedó afuera durante la alarma pasada, por lo que sin pensarlo se acercó.
— ¿Eh? Ah, espera…— Blas detuvo a Gerard por el hombro, negando varias veces con la cabeza— No es buena idea, el tipo es… Agradable y nos ha ayudado mucho pero no ha querido hablar con nadie desde que llego.
—Hablara conmigo, creo— Gerard se encogió de hombros y se encamino hacia él.
Justo había terminado otra partida.
— ¡Esforzarse es en vano!— Grito el chico al aire, lanzando golpes al aire con emoción.
—Patrullero Galáctico— Dijo Gerard, sin mostrar emoción alguna.
El joven levanto la vista y le contemplo con atención.
Era un joven de cabellos morenos atados en una trenza larga, de tez olivácea, bastante musculado, de ojos verdes y labios gruesos, además de una nariz respingada. Era alto y tenía un parche en el ojo derecho con un símbolo de calavera.
Vestía un pantalón negro y un chaleco negro con los brazos descubiertos aunque estos vendados casi siempre. Porta dos armas en sus costados, dos pistolas en sus fundas y cuatro más en su pecho. También tenía un sombrero con mechas de explosivos apagados.
— ¿La COFOS?— Preguntó de regreso a lo que Gerard asintió.
Que hablara directamente sorprendió a algunos que se limitaron a observar la escena.
—Pues vaya hora de llegada, este lugar ya se ha visto bastante influenciado por la piel de la serpiente— Le dijo el tipo negando con la cabeza— Pero a mí no me importa eso, mientras no se metan en mi trabajo.
Algunos murmullos comenzaron preguntando cosas.
— ¿Podemos hablarlo en otro lado?— Preguntó Gerard.
—Claro, claro— El tipo se encogió de hombros y se levantó.
Una vez afuera, solo Blas se quedó cerca pero sin acercarse mucho púes el tipo se quedó en silencio en cuanto lo vio.
— ¿Y?— El tipo pregunto de regreso.
— ¿Qué trabajo estás haciendo?
—Claro, acaban de llegar y no tienen idea de lo que pasa en este mundo, lo normal, ya que solo les interesa sacar la piel— Comento el tipo encogiéndose de hombros— Este mundo, no este… Todo está en peligro por un monstruo enorme y poderoso que solo yo puedo derrotar.
Cuido sus palabras pese a que nadie los estaba escuchando.
— ¿Monstruo?
— ¿Quieres verlo? Cuando suene la próxima alarma y lo hará, porque seguro que no se queda quieto con esa piel que llevan en su nave, podrás quedarte afuera conmigo para conocer a los enemigos de este planeta. A los verdaderos.
—Por lo que oí es demasiado peligroso y tu sobrevives por poco así que…— Comenzó Gerard.
— ¿Qué dices?— El tipo rodeo a Gerard por los hombros— Por cierto, puedes llamarme Ed, por Edward Teach.
Tras darle una palmada volvió adentro de la zona de juegos.
—Es medio raro…— Blas se acercó finalmente.
—No te lo tomes personal, ellos hacen un pacto de silencio cuando se trata de estos lugares, me refiero a estos planetas que no están tan familiarizados como nosotros con tecnología avanzada— Gerard sabía cómo funcionaban.
Llegaban, hacían su trabajo y si ese Oasis no era parte de la COFOS, entonces no se involucraban de más, evitando hablar de cualquier cosa peligrosa para ese Oasis, evitando su avance tecnológico prematuro o cosas peores. Todo lo contrario a la COFOS la mayoría de las veces.
A la COFOS le gustaba el trato humano, pese a los riesgos.
— ¿Y te dijo algo?
—Solo que debo ver a que se enfrentan…
—No quieres hacerlo— Aseguro Blas haciendo una mueca, entendiendo lo que quería hacer— No se sabe cuándo llegaron pero de un momento a otro, aparecieron y comenzaron a destruir todo lo que estuviera frente a ellos, y no solo este asentamiento, son casi todos los afectados. Si no existieran los bunkers hace tiempo que este planeta estaría muerto.
— ¿Qué son?— Gerard de verdad estaba intrigado.
—Los llamamos Retoños— Blas hizo una mueca. Solo vio uno una vez y definitivamente no eran agradables. De hecho el nombre era porque parecían salir del suelo como retoños de plantas— Y no vienen solos, vienen con una reina, o rey, un ser mucho peor que ni tiene nombre aún.
Gerard hizo una mueca. Parecía serio.
De todos modos, el que estuviera aquí un Patrullero ya dejaba en claro la gravedad del asunto. Había de dos, o un miembro de Prasma estaba involucrado o un Exterior.
Cuando se reunieron en aquella plaza que era la zona de reuniones del jefe, o al menos eso le conto Blas, ya estaban las chicas esperándolos.