Con la distracción provocada por la alarma, Radis disparo al panel de Jackson quien no pudo ni notarla, acto seguido se quitó el panel rápidamente pues este comenzó a echar chispas hasta causar una pequeña explosión en el suelo.
— ¡Desde la nave podemos…!— Comenzó Jackson.
—Hay que irnos— Señalo Fructosa retrocediendo al ver las figuras deformes que se acercaban a donde estaban a gran velocidad mientras sonidos incesantes y extraños inundaban sus oídos— Luego nos preocupamos por eso ¿Si?
—No llegaran a tiempo a sus naves, mejor entren a los bunkers— Dijo Khaz mientras avanzaba hasta una puerta y la abría— ¡Pero ya!
Todos le hicieron caso, incluso Aloe y Jackson aunque de mala gana.
Se dieron cuenta de que muchas de esas masas tenían alas así que incluso si trataban de subir a las naves, estos podrían terminar siendo derribados. Y de alguna forma el miedo a esas cosas era lo bastante grande como para temer que lo peor podría pasar.
— ¿Y Gerard?— Hela noto que no entro junto con todos, por lo que estiro la mano hacia la puerta seguida de sus alumnas— ¡Mierda!
—No recomiendo que salga— Khaz le detuvo, colocándose frente a la puerta— El señor Edward lucha constantemente contra ellos y sobrevive, así que sospecho que su compañero también lo hará. Pero no podemos arriesgarnos a que alguno de esos entré… Ya están aquí…
Un ser se escuchaba tras la puerta, estremeciendo a todos, incluso a Hela. Es como si lo tuviera frente a ella, pese a la gruesa puerta que estaba entre ellos.
—Bajemos a un lugar más seguro— Khaz los llevo a las zonas profundas de los bunkers.
Por toda la ciudad estaban repartidas las entradas a los bunkers, detrás de cada puerta de tonalidades cafés con letreros de peligro que había. Eran bunkers pequeños pero en cantidad y servían para una noche entera ya que esos seres nunca se quedaban mucho tiempo, y la luz del sol era su aparente debilidad o al menos, eso los ahuyentaba.
Kayo no podía evitar admirar lo bien organizados que estaban y ella misma ya había dormido una vez ahí por lo que sabía de lo que hablaba.
Tenían comida fresca congelada y enlatada que era repuesta con regularidad, casi diario para ser precisos y había varios catres donde la gente podía dormir e incluso zonas abiertas donde la gente se reunía para hablar como si fuera de lo más normal, comedores de espacios variados y hasta pequeñas cocinas.
—Supongo que de verdad resisten bien— Aloe no pudo evitar mirar cómo la gente se lo tomaba con normalidad.
—Sí, solo resistimos. Estos bunkers fueron construidos en los tiempos de mi padre, y yo solo los interconecte, por si algo pasaba en alguno, por lo que la gente puede huir de este a otro asentamiento— Aseguro Khaz, apretando los labios.
—Suena… Horrible— Fructuosa hizo una mueca, aunque se veía más cómoda que afuera pues hacia calorcito.
—Lo es pero como sea, vayamos atrás, para poder terminar de hablar y no incomodar a la gente— Khaz dijo aquello con seriedad mientras miraba a su amigo Aloe.
—Supongo que de momento no hay de otra que seguir hablando ¿O no? Mi querido amigo— Aloe no estaba feliz pero esbozo una sonrisa fingida.
— ¡Y una mierda!— Jackson parecía listo para pelear ahí mismo junto con Amelia pero antes de poder transformarse esta fue sujetada del cuello por Kayo quien coloco su varita sobre su piel, lo que provoco una mueca en el hombre— ¡Tu, idiota! ¡¿Por qué accedes tan rápido?!
Apunto a Aloe.
— ¡Porque este lugar esta calientito!— Fructosa parecía feliz y de hecho, Dextrosa también, pues sonreía aunque cuando noto que Radis la miro, su expresión regreso a ser la hostil de antes.
Mientras tanto Gerard miro al enemigo frente a él.
De lejos, parecían árboles, si, pero de cerca la cosa cambiaba.
Eran definitivamente cabras negras pero estas tenían tres patas que se movían a su alrededor al caminar, mientras su rostro se deformaba, a veces abriendo su boca de forma antinatural, y otras veces pronunciado nombres que Gerard no pudo entender ¿Podían hablar? Era imposible. Sus ojos eran de una cabra, o sea, con el iris alargado y en horizontal pero estos a veces se veían humanos y otras veces parecían deformarse hasta tomar otra forma, lejos de cualquier animal que él reconociera.
—Has vuelto— Gerard reconoció la voz, lo que lo estremeció.
— ¿Qué? ¿Usted?— Gerard de estremeció al mirarlo de frente— ¿Evolutio?
—Cuidado— La voz de Edward lo saco de su ensoñación, y no solo eso, también el disparo que termino destrozando a la cabra negra frente a él, en una nube de polvo negro— A esas cosas les gusta mucho usar tus miedos para paralizarte y comerte ¡Mejor concéntrate!
Edward ahora llevaba su sombrero de pirata con las mechas encendidas formando una cúpula de humo a su alrededor, lo que seguro lo ayudaba a no mirar directamente a las cabras.
El chico cayó frente a Gerard con agilidad.
Las cabras trataron de devorarlo pero este le disparo a dos y con un movimiento rápido no solo giro sobre sí mismo sino que guardo esas dos armas para acto seguido sacar otras dos de sus armas para dispararle a dos más que iban hacia sus costados, entonces se agacho, evitando otro ataque y deslizándose por el suelo, guardo esas armas para sacar las últimas dos y dispararle a dos que estaban sobre Gerard quien al menos se había puesto en guardia para entonces.