— ¿Saben? Su plan no me pareció una locura de inicio— Aseguro Khaz mientras avanzaban por esos estrechos túneles que no se parecían en nada a los que acaban de cruzar— Estaba hasta dispuesto a aceptarlo más allá de solo quedarme con el fragmento de dios que por repartición, es mío.
Dejando de lado las habitaciones donde la gente descansaba que eran grandes y anchas aunque de colores apagados y con visibles marcas de óxido y las zonas donde la gente comía y convivía, ese camino era mucho más chaparro y mucho más estrecho, pues debían avanzar de uno en uno.
— ¿Ah sí? Me pareció que lo odiaste desde el inicio— Aloe avanzaba detrás de él.
—Pues no es el caso— Khaz le sonrió sobre su hombro— Un reinicio es, en teoría, el mejor plan de acción para estos mundos tan marcados por la guerra pero incluso si eso es cierto, no podía permitir que usaran mi planeta como conejillo de indias, como, muy recientemente me confirmaste qué harías.
—Que listo, es obvio que sería el primero en nuestra lista, nuestro primer intento, solo por si algo fallaba ¡Tu planeta frio y poco habitado es de verdad prescindible! ¿No lo ves?— Aseguro Jackson detrás de Aloe, esbozando una sonrisa un tanto sádica, al fin y al cabo, para los tres, ese planeta era descartable, aunque no lo admitieran en voz alta los otros dos.
—Lo sé— Khaz también le sonrió a él.
Hela y Radis no podían escucharlos tan claro pero tampoco podían hacer mucho. Kayo mantenía la vista en Amelia quien avanzaba detrás de ellas por lo que no estaba prestando mucha atención a las conversaciones.
—Lastimosamente, su plan saldría mal— Khaz finalmente abrió una puerta y les permitió el acceso.
Era lo que parecía una sala de reuniones con la misma apariencia del resto de complejo, sin pintura, solo con aquellos trozos toscos metálicos recubriendo las paredes, con una mesa que parecía de madera descuidada y algunas sillas metálicas encimadas una sobre otra, de forma desordenada y horrible.
Dextrosa corrió para acomodar un par de sillas para ella y para Fructosa.
— ¿Tu que sabes sobre lo que hemos avanzado?— Preguntó Jackson visiblemente molesto.
—Lo sé porque mi planeta ha estado en guerra con una amenaza por muchos años y…
— ¿Esas cosas de arriba?— Aloe le miro con incredulidad, señalando detrás de él— Cuando el reinicio se dé, será la última de sus preocupaciones ¿No lo entiendes? Serán finalmente libres de esa amenaza y…
—Llámalas por su nombre: Retoños Oscuros— Interrumpió Khaz mirándolo mientras se recargaba en la mesa, sentándose con una silla que arrastro con cuidado desde el montón— Y te equivocas, si el reinicio se da, como mencionas, esa cosa, la que trajo a los retoños, seguirá ahí y lo más probable es que se enoje y vaya a sus planetas ahora.
— ¿Qué locuras dices?— Fructosa le miro haciendo una mueca— ¿Esas cosas tienen un líder? ¿Una reina?
—Seguramente es el caso pero siendo honesto, no me interesa si es su líder o si son un subproducto de ese monstruo— Khaz negó con la cabeza varias veces, recordando su apariencia. Se estremeció.
—Es imposible, con el reinicio, sabemos que cualquier ser vivo morirá— Señalo Aloe.
El reloj de Hela sonó, llamando únicamente su atención pues lo tenía en silencio. Sus ojos se abrieron de par en par, entonces susurro— La escama está aquí…
—Hay que robarla ahora— Señalo Radis, inclinándose hacia ella.
—No, no lo entiendes… La escama está aquí… Completa— Hela mantuvo el tono bajo y miro hacia Khaz que mantenía un rostro impasible, con los ojos cerrados, dejando que el silencio se forme a su alrededor.
Habían abierto la nave, esa es la alarma que le llego cuando activo sus defensas.
—La cosa, señores, es que ese ser no es un ser vivo, lo parece pero a diferencia de las cabras negras, ese ser desafía cualquier razón biológica y lógica— Khaz abrió los ojos y un brillo rojizo se mostró en estos— La única forma de matarlo para siempre es teniendo un arma que desafié la lógica. Un poder increíble que borre algo más que la propia vida.
—Si de verdad es tan peligroso, podemos…— Comenzó Aloe pero entonces su cabeza cayó sobre la mesa, sorprendiendo a todos y manchando a los más cercanos, o sea a Kiwi y a Gerba.
— ¡Mierda!— Kiwi levanto sus armas para disparar y de no ser por Radis que disparo su flecha hacia enfrente con velocidad, ella también habría perdido su cabeza pues Khaz estaba por atacarla también, viéndose interrumpido por la flecha, teniendo que cubrirse.
— ¡¿Qué mierda?!— Jackson se sorprendió porque ni noto los movimientos de ninguno de ellos— ¡¿Qué diablos haces?!
—Me deshago de las molestias, tal como mi viejo amigo menciono que haría con mi planeta— Khaz mostro sus manos, sorprendiendo a Hela, Radis y Kayo.
En sus manos llevaba un guante negro metálico que servía de soporte para su verdadera arma, tres garras, cada una desde el dedo índice hasta el anular, decreciendo en tamaño hacia el anular pero lo sorprendente era el material con el que estaban hechas pues eran fragmentos de la escama, filosos, largos y brillantes.
— ¡¿Khaz?! ¡¿Qué haces?!— Grito Blas, abrazando a su hermana con fuerza, para que no viera la cabeza de Aloe en la mesa.