Para Lavanda, el lugar era horriblemente claustrofóbico, más que los otros planetas y eso que había estado bajo tierra de Ploresi, sin mencionar que ahí hacía un calor infernal ¿Será cosa de la escama? ¿O es porque tenían tan mal sus receptores de calor por el frio del planeta que no lo sentían, poniendo su termostato muy alto?
Lavanda detecto la escama y pudo confirmar algo…
¿Qué estaban haciendo con ella? Sin mencionar que su energía era demasiada para ser solo un fragmento ¿Les habrán robado los otros pedazos a esos tipos de la COFOS? Pero ¿Cómo? Las naves de la COFOS son duras, al fin y al cabo se usan para viajes entre Oasis y…
Sea lo que sea, qué lugar tan interesante, eso seguro.
—Pero hace demasiado calor— Se quejó mientras avanzaba, limpiando su frente y entonces toco su comunicador de la oreja— ¿Ya terminaste de analizar lo que te mande, Amapola?
—Desde hace días— Aseguro su amiga tras un rato de silencio.
— ¿Y por qué no me avistaste?— Lavanda levanto la voz.
—Lo siento, estuve ocupada jugando y como no me mandaste nada más, no supe si aún requerías los datos o si, bueno, estabas muerta y eso— Aseguro la chica con tono despreocupado.
Lavanda se froto el rostro aunque solo unos segundos porque hacía mucho calor— Espero que ya vengan en camino porque ya casi aseguro la escama y… Espera ¿Me mataste sin saberlo?
—Espera, no es lo que crees— Su amiga tecleo algo o eso se logró escuchar— Míralo por ti misma…
Lavanda no entendía que justificarla matarla pero en cuanto leyó los documentos en su pulsera, hizo una mueca— Mierda…
—Vamos para allá, así que se paciente.
—Hay que ir tras los fragmentos de sus manos— Les dijo Hela a sus alumnas quienes asintieron y luego se dirigió al resto de los que se quedaron ahí— Ustedes, el objetivo es quitarle las garras, con eso disminuimos su nivel de peligrosidad.
—Tal como esperaba de ustedes, alienígenas— Khaz miro severamente a Hela.
Kayo fue la primera en avanzar con rapidez, alcanzándolo pero el tipo evito el corte que iba hacia su brazo retrocediendo, entonces con un movimiento rápido enterró sus garras en su estómago para acto seguido lanzarla lejos con tal fuerza que agrieto la pared.
Al instante evito otro corte de Gerba y un par de flechas de Radis, moviéndose con fluidez y tomando una de las flechas en el aire como si nada entre sus manos y lanzándola hacia la chica de la gran espada quien tuvo que usar esta como escudo aunque la fuerza fue tal que retrocedió bastante.
Hela sabía que debía de llevar muchísimo tiempo usando esas garras. Ya eran parte de él.
Por eso no podía contenerse.
Hela avanzo a gran velocidad hacia el hombre quien paro su espada con sus garras, entonces trato de lanzarle un corte para partirla por la mitad de forma horizontal pero un corte a su costado lo sorprendió. La chica logro moverse a gran velocidad, entre el viento, para cortarlo. Ni siquiera noto cuando se movió.
La mujer no se detuvo y giro sobre sí misma para tratar de enterrar su espada en su brazo pero el tipo giro sobre sí mismo, lanzando una corriente de viento que la empujo, luchando contra la barrera de viento de la mujer.
Khaz no parecía afectado, ya que de hecho, más allá de su ropa destrozada, no había herida visible en su costado, ni una gota de sangre.
Kayo se puso de pie. Su cuerpo ardía incluso con la herida cerrada y de hecho, había tardado más de lo que pensó curándose.
Amelia avanzo rápido, lanzando un montón de cortes eléctricos con tal potencia que destrozaban la pared y el techo pero Khaz los esquivaba con facilidad, o al menos eso parecía pero como antes, recibía heridas en la ropa.
Las garras del hombre fueron hasta la cabeza de Amelia a gran velocidad y pese a que el corte pudo destrozarla, Kayo la salvo en el último momento.
— ¡Déjame, no quiero que me salves!— Le recrimino Amelia, soltándose de su agarre.
—No tenemos tiempo para eso— Le regaño Kayo, negando con la cabeza— Tu y yo tenemos la ventaja de que nos curamos pero no podemos arriesgarnos ¿Lo entiendes? Aún tenemos límites y ese tipo es muy fuerte para nosotras dos.
Amelia hizo una mueca de desagrado pero sabía que tenía razón.
—No somos amigas…— Amelia se puso de pie.
—Pero espero podamos serlo, al fin y al cabo somos niñas mágicas y…
—No somos iguales así que céntrate en tu trabajo— Le dijo Amelia haciendo una mueca y preparándose para atacar, dejando a Kayo ahí, de pie, mirando a la chica moverse hacia el enemigo.
Khaz se deshizo de su túnica para dejar ver un traje negro pegado, la razón por la que no lo habían alcanzado pese a recibir varios golpes y pese a lo delgado que se veía a simple vista, la realidad era quien menos delgados se veía de todos los hombres habitantes de ese planeta, además, estaba seguro que esos extraños puntos grises sobre el traje eran funcionales pero ¿Para qué?
Hela no tenía tiempo para pensarlo.
—Supongo que esto no sería divertido si no fueran extraterrestres— Dijo Khaz presionando uno de esos puntos grises sobre el traje, el cual se ilumino, acto seguido, todos los puntos lo hicieron.