El vestido blanco que llevaba ahora tenía algunos copos de nieve de color negro grabados entre los de color blanco, sus calcetas ahora eran negras y sus botas de nieve también se volvieron negras con copos blancos marcados en cada lado de las mismas. Aquel chaleco ahora era negro con copos blancos bordados, pero la parte de peluche seguía siendo blanca. La bufanda ahora era negra y en los bordes finales, parecía estarse quemando, soltando pequeñas chispas rojas. Su boina seguía ahí pero el detalle del copo de nieve ahora era negro, también con la apariencia de estarse quemando. Sus cabellos ahora iban sueltos, soltando copos de nieve.
— ¡Me encantan estas cosas!— Diego se mostró feliz pese a no poder ver la secuencia de transformación.
—“¿Qué clase de energía es esa?”— Arbus inclino su rostro de forma inhumana, tratando de leer la firma de energía.
Marie se dobló de dolor, sujetando su cabeza, justo en la parte de la máscara— “¿Q-qué mierda haces?”
—“Destrúyela ya”— Dijo una voz en la cabeza de Marie y en la de Arbus también.
—“¡Destrúyela tú, no soy tu criada!”— Respondió Marie.
—O bien le estas gritando algo feo a la pequeña o quizá estas tratando de retomar el control sobre ella— Diego señalo a Marie, quien le regalo una mueca de desagrado y luego se puso a un lado de Bianca, listo para apoyarla— Es un giro bastante predecible pero no creo que te funcione y no porque crea en ella, sino porque esa niña es muy testaruda ¡No me obedece ni a mí!
—“Eso yo ya lo sé”— Respondió Arbus.
—“¡Oigan! ¡Sigo acá!”— Se quejó Marie.
— ¿Estás bien?— Diego miro a Bianca.
—La verdad es que odio esta forma— Dijo Bianca, apretando su martillo, el cual ahora tenía adornos de copos de nieve negros y la masa brillaba de un tono azulado bastante frio— Así que terminémosla rápido.
—Lo sé, terminémosla o termínala, lo que quede mejor— Diego asintió. Ya había escuchado la historia de Bianca con las niñas mágicas de la vieja era, sobre Dualidad y sobre Demiurgo.
Un impacto destruyo el terreno cuando Bianca se movió hasta Arbus para aplastarla.
El martillo de Bianca fue detenido por una sola mano de Arbus, provocando una liberación enorme de energía que hizo temblar todo el terreno.
—Parece que mi ayuda no es requerida… De nuevo— Aun así, Diego estaba convencido de que así es como habían estado siendo derrotados los Krajs. Seguro sus amigas también habían alcanzado un estado similar al de Bianca.
Pero casi pensó que no sería suficiente pues el Kraj final era…
— ¡No es todo!— Bianca sonrió mientras su mazo se rodeaba de unas potentes llamas azules. Las llamas eran tan potentes que las llamas se extendieron alrededor de ambos combatientes y el brazo de Arbus comenzó a quemarse incluso cuando el martillo estaba siendo destrozado por sus garras.
Una gran explosión libero una gran onda de choque.
Bianca se deslizo fuera de la explosión y entonces lanzo lejos su mazo destrozado para acto seguido crear otro mazo.
Arbus se mantuvo de pie en la explosión con parte de su torso, su brazo destrozado e incluso su máscara parecía un tanto chamuscada. Ya había comenzado a regenerarse.
—Que poder tan increíble…— Diego hablo con fascinación.
—“Aunque puedas dañarme…”— Comenzó Arbus mientras sus uñas se hacían más grandes— “Solo un rasguño y todo se terminó”
— ¡Tienes razón, se terminó!— Bianca apareció detrás del Kraj y el monstruo por poco desvió su martillo con sus uñas, enterrándolas al costado de la masa y aprovechando su cercanía trato de arañarla pero la niña mágica lo esquivo por poco, apartándose de sus uñas y acto seguido apartándose del monstruo.
Bianca sonrió, entonces el mazo que aún estaba en las uñas del Kraj reventó.
Arbus salió de la nube de humo, sin su brazo que de hecho que parecía estar escarchado pero ya estaba en regeneración pero Bianca apareció a su lado, sin dejar de presionar y lista para golpearla con un nuevo mazo que brillaba mucho.
Los mazos generaban llamas tan frías que quemaban pero también parecían congelar. Bianca sabía que característica darle a la explosión desde su mente.
Arbus se deformo un poco, evitando el golpe, entonces trato de tocarla en sus manos, aquellas que tenían el mazo pero esta lo hizo explotar al instante, logrando así evitar el roce.
Arbus regreso a su forma original, recuperando su mano.
—No voy a negar que esto es… un poco divertido ¡Matar a tantos de los tuyos con tal facilidad me hizo añorar un enemigo formidable y ahora que lo tengo, no puedo dejar de sonreír!— Bianca formo dos mazos ahora.
Las niñas del Caos tenían la tendencia a ser tranquilas, calmadas y por eso, cuando explotaban llegaban a ser más peligrosas, siendo el caso contrario de las niñas del Orden, quienes eran explosivas de forma natural pero llegadas a un punto, podrían encontrar la calma que habían perdido.
Bianca corrió de nuevo contra ella pero esta vez usando ambos mazos a su lados a lo que Arbus se deformo, evitando que le pegaran desde lados contrarios y entonces sus manos trataron de alcanzar a la chica quien se apartó un poco y abrió los brazos para cerrarlos a los costados del monstruo, evitando que la tocara por poco y generando una explosión.