Nexus Parte I I I: El Kraj.

Una promesa.

— ¿Sueños para el futuro?— Pregunto Hela, un poco confundida ante la pregunta de Celeste. Todas las chicas estaban comiendo solas después de una práctica intensa solo de chicas. Sus compañeros en ese momento estaban de misión.

— ¡Claro, todos tenemos que tener planes para cuando todo esto termine!— Dijo Celeste con cierto entusiasmo en el tono— Además, hoy los chicos no están así que pueden decir cosas embarazosas.

Celeste era una chica de cabellos quebrados morenos, de tez olivácea, de ojos café oscuros, de nariz respingada, labios delgados, pómulos resaltables, de estatura baja y delgada.

—Solo tú podrías decir algo embarazoso— Señalo Roció.

—También podría decirlo Lavanda— Señalo Navier.

— ¡Claro que no!— Dijo la aludida.

Roció Roswell era una chica de tez clara, ojos color miel, además de un largo cabello negro que le llega hasta la cintura, atado con una flor en una única coleta. Con un rostro agradable de nariz respingada y labios delgados.

Ese día llevaba un short corto de color verde y una camisa blanca de algodón. De hecho todos llevaban un uniforme similar salvo por el color de su short como el de Hela que era rojo o el de Celeste que era morado.      

—Entonces, empieza tu…— Hablo Navier. Su short era blanco.

—Veamos… ¡Me gustaría abrir una panadería!— Dijo Celeste hablando con orgullo.

—Pensé que dirías que te casarías con Edward y que viajarías por el mundo— Hela se mostró sorprendida.

El resto se mostró de acuerdo.

— ¡Oigan! En realidad puede ser pero ¡B-bueno, no es el punto ahora! Siguen ustedes… ¿Navier?— Celeste trato de cambiar el eje de la conversación hacia alguien que no fuera ella.

—Creo que me gustaría… viajar— Dijo la chica mientras se estiraba en su lugar— Aunque será difícil con todo el mundo en reconstrucción tras la guerra. Aún así, seria lindo solo viajar sin pensar en nada.

Hela no pudo evitar pensar que su positividad era extrañamente inútil, aun así, se encontró imaginándose viajando o abriendo un negocio con…

—Creo que me gustaría disfrutar del retiro, quizá viajar pero hacerme de una casa, de cosas propias y bueno, supongo que disfrutar el resto de mi vida— Dijo Roció mientras se cruzaba sus manos sobre su cabeza.

—Yo… Creo que me gustaría formar una familia— Dijo Lavanda, cerrando sus ojos con añoranza. Su short era café.

— ¿Con Kampfer?— Pregunto Celeste, interesada. 

—Sería lo ideal— La chica asintió, entonces se avergonzó al notar la mirada de Celeste— ¿Qué?

—Nada, es que es lindo— Dijo la chica de regreso.

— ¿Y tú, Amapola?— Preguntó mirando a la chica pelirroja con el short amarillo.

— ¿Eh? Supongo que me gustaría… ¿Vivir tranquila? Nunca lo pensé…— Respondió la chica quedándose pensativa.

—Te daremos tiempo, entonces queda Hela— Celeste miro a la chica.

En ese momento respondió lo primero que se vino a su cabeza, esperando poder saltarse esas conversaciones tan inútiles pero muy en el fondo, era lo que de verdad quería aunque no lo acepto en ese momento.

Pero eso ya no importaba, porque todos ellos, todos esos chicos que eran importantes para ella ahora eran sus enemigos. Todos aquellos sueños ya no importaban.

Hela formo una espada, soltó un largo suspiro y se preparó para atacar mientras José hacía lo propio, activando la tercera etapa de su tesoro sagrado sin pensárselo mucho. Un portador normal no podría nunca con una niña mágica por eso debía ir con todo desde el principio.

Sus botas se prendieron en llamas intensas de color rojo mientras lo que parecían marcas rojas se formaban en sus piernas, incluso en la armadura, desde la botas parecía correr lava. El calor era tan intenso que los cristales del lugar se rompieron.

—He visto ese poder con Bruno un par de veces ¿La tercera fase, le llamaba? Creo que sí pero es un poco diferente, incluso parece más controlado que el de él… Bien, entonces podría ser divertido.

—Yo también espero divertirme mucho, como en los viejos tiempos— José se limitó a prepararse para atacar.

José se desplazó con rapidez, sorprendiéndola, pudiendo solo por poco levantar su espada para evitar la patada de forma directa. Fue tan potente que la empujo contra la pared, destrozándola. 

— ¡Parece que será más divertido que en los viejos tiempos!— La expresión de Hela cambio a una emocionada pero al instante frunció los labios, recordando contra quien estaba peleando— ¡Tsk! Aunque tendré que terminarlo rápido.

— ¿Qué pasa? ¿Ya no te parece tan divertido? Parece que tendré que seguir esforzándome hasta que nos divirtamos juntos— Dijo José, atacando de nuevo, comenzando con una patada en el pecho a lo que esta se cubrió con su espada, entonces creo una segunda espadas y trato de atravesar su defensa hasta rostro pero el movimiento pareció vacilar en el último momento, algo que José ya sabía que pasaría, aun así, lo esquivo, para posteriormente tratar de girar en el aire para dar una segunda patada pero ella lo aparto con su fuerza.




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