Nexus Parte I I I: El Kraj.

La usuaria del tesoro más peligroso.

José noto que Hela se estremeció y su semblante cambio pero era imposible que le tuviera miedo ¿Cierto? Una niña mágica es mucho más fuerte que un portador de tesoro, sin mencionar que si lo que dijo Irene era cierto, ella tenía un prototipo como Diego lo que la hacía más débil.

Aunque la mujer solo de vista ya daba mala espina.

— ¿De verdad este te causa tantos problemas? ¡No te preocupes! Yo me haré cargo entonces— La mujer aparto con suavidad a Hela para ponerse frente a José— ¿Sabes que es de mala educación golpear a una chica?

—Eso nunca me ha importado…

— ¡Eso veo!— La mujer sonrió como si ya hubiese esperado esa respuesta mientras mostraba su tesoro sagrado descolgado desde su espalda.

—La lira de Bragi— Beatrisa se había mostrado muy seria mientras hablaba de este prototipo, lo que debió ser una antesala de lo que podría significar de verdad su poder— Es un prototipo como el cañón de Diego pero no es tan igual. La realidad es que es… muy diferente, ni contaría como prototipo ya que trataba de simular por si solo a un Lucero pero que a diferencia de un Lucero, podía darle al portador la capacidad de manipular todos los elementos.

La lira era tal cual se esperaría, una lira de madera cuyo núcleo de energía brillaba en la parte central del instrumento. Las cuerdas brillaban, seguramente hechas de lividino, aquel material que en realidad estaba vivo y que permitía al usuario aprovechar la energía etérea para transformarla en un elemento.

—Creo que podrían enfrentarla, al fin y al cabo ese tesoro es junto con el de Diego, los únicos que no pueden acceder a la tercera etapa debido a las propias limitaciones— Les tranquilo Beatrisa— Aun así, deben tener cuidado porque la portadora es muy habilidosa con ese tesoro, al menos, por lo que decían los registros. Irene dijo que no la subestimáramos.

José se impulsó con sus botas y trato de patearla pero la mujer ya había tocado una nota en el instrumento por lo que una esfera de agua salida de la nada le golpeo el costado, explotando con gran presión y apartándolo.

Constanz estaba rozando las cuerdas, generando leves sonidos que habían que el agua que componía la esfera se moviera a su alrededor, entonces realizo un raspado rápido que hizo que la esfera se fragmentara y generara más burbujas que fueron hasta el chico quien las esquivo, o al menos trato porque una le pego en el pecho, sacándole el aire e impulsándolo hacia atrás.

El instrumento siguió siendo rasgado, a lo que sin tiempo de recuperar el aliento, José tuvo que apartarse del suelo cuando este por poco se cierra a su alrededor, entonces una onda de viento le pego en la espalda mientras varios picos filosos de tierra frente a él le golpeaban con tal fuerza que si no se hubiese movido, seguro alguno lo habría atravesado.

José se impulsó en el aire para apartarse antes de que el agua le alcanzara aunque esta vez en forma de picos de hielo que atravesaron las paredes del edificio como si fueran de papel.

—No parece la gran cosa— Dijo Constanz mientras se relamía los labios.

Hela se quedó en su lugar.

—Ya no tienes de que preocuparte— La mujer miro a Hela por encima del hombro, lo que la hizo erguirse— ¡Mataremos a ese cabrón muy pronto junto a todos su compañeros!

Hela de nuevo sintió aquel escalofrió, un escalofrió que la recorría siempre que veía a esa mujer.

—La verdad es que no me interesa— Aquel día, Hela seguía a Bruno de mala gana, mientras caminaban por los pasillos de alguna de sus otras bases— Tú me prometiste que mataríamos gente ¿Qué hacemos aquí?

—Lo haremos, lo haremos— La verdad es que a Bruno tampoco le importaba pero Constanz había estado insistiendo en conocer a su novia, algo que claro, no era, solo era una chica más, aunque si era hermosa, lo admitía— En cuanto terminemos aquí te asignare a un nuevo grupo de combate.

Llegaron hasta la oficina donde estaba Constanz, la mujer detrás de The End la cual se encontraba mirando algo pero que al instante guardo, solo para levantarse y dejar en claro lo alta y grande que era.

— ¡Eres una muchacha adorable!— Dijo con su suave voz, una suave voz que hizo retroceder a Hela por alguna razón— Es bueno ver que haya gente tan joven que comprende el valor de lo que hacemos aquí ¿Cierto?

—S-si— Hela no tuvo más opción que responder.

— ¡Genial!— Constanz se acercó a ella mientras ponía su mano sobre su hombro, algo que provoco que la chica pasara saliva— Espero poder contar contigo en un futuro cuando tengamos que dar el golpe final…

—S-si…

No por nada se había vuelto la líder. Esa mujer estaba loca y por eso, era muy peligrosa.

José había logrado evitar los picos en su mayoría pero ahora limpiaba una herida en su mejilla provocada por el roce de uno. 

—No esperaba que estuviera a nuestro nivel, su control es increíble— José se puso de pie, pensando en cómo podría derrotarla pero nada se le ocurría. El hecho de que Hela este por ahí lo hacía peor.

El suelo tembló, entonces José se elevó un poco con fuego desde sus botas para evitar que un motón de picos salidos del suelo lo atravesaran, entonces las paredes fueron derribadas por un fuerte viento, lo que hizo que José se cubriera. Esta fue una mala elección en principio, pues hielo estaba mezclado entre las ráfagas, por lo que una por poco lo atraviesa, de no ser por el gran calor que ahora emanaba y al fuego que lo rodeaba que termino derritiéndolos.




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