—Parece que la diversión ya comenzó— Dijo Diego echando hacia atrás su capucha para poder ver el combate de lejos. Las explosiones y los gritos se escuchaban hasta donde estaban entonces una explosión más grande termino llamando su atención— Parece que ahí se están divirtiendo mucho.
— ¿Qué haremos entonces?— Irene quería ir ya a ayudar.
—Esa es una gran pregunta, bueno, como sea, tu vendrás conmigo a buscar la lira de Bragi mientras Bianca y Marie van a ayudar en el lugar de esa gran explosión ¿Les parece bien mi alineación ganadora?
— ¿Estarán bien solos?— Bianca levanto una ceja en su dirección.
—Así que si te preocupo ¿Eh?— Diego se rio un poco.
—Me preocupa Irene, no tú— La chica negó con la cabeza y luego miro a Marie— ¿Y tú vas a estar bien? La última vez no te pudiste mover frente al original.
—“Quien sabe”— La chica se encogió de hombros con una mueca irritada— “Es molesto y podría volverme a pasar pero tomando en cuenta que solo quedan dos tipos, podría ser que esa explosión en realidad sea de Huang y no de Lia así que… ¿Qué más da? De todos modos tengo que hacerlo”
—Por si acaso es mejor que vaya sola— Confirmo Bianca— Tu ve con ellos y cuida de Irene, por favor.
—“No te desharás de mi tan fácilmente”— Marie le tranquilizo y golpeo su pecho—“Esta vez sí voy a matarla”
—Bueno, entonces sigamos la alineación ganadora— Diego se mostró muy positivo.
Bianca se transformó en un segundo y comenzó a correr a gran velocidad hacia el campo de batalla junto a Marie mientras Diego se acomodaba los lentes que terminaron inclinados cuando levanto polvo al completar su transformación. Seguro que tenía que girar pero solo ellas conocían su secuencia de transformación, lo que era un desperdicio.
—En marcha— Dijo Diego recolándose su capucha.
Mientras tanto, Constanz tocaba acordes mientras José esquivaba los ataques con agilidad, al menos los más que podía pues algunos lograban impactar y pese a que su armadura le cubría el daño severo, aun perdía el aire de los impactos.
José trato de acercarse a la mujer de nuevo con gran velocidad, listo para patearla pero la mujer evito su golpe con la lira, lo que dejaba en claro que sus habilidades físicas eran increíbles, entonces deslizo sus dedos por las cuerdas, lo que generó una explosión de llamas que pese a que no le hicieron daño, terminaron apartándolo de forma ruidosa no sin antes ser golpeado en el estómago por la misma lira, lo que lo hizo estrellarse contra una pared.
—Tu resistencia es casi revitalizante— Aseguro Constanz con una gran sonrisa.
José se puso de pie lo más rápido que pudo y se apartó de la mujer solo para ser embestido por grandes rocas que la mujer movió con otro acorde, y acto seguido estas se prendieron en llamas con otro sonido, golpeándolo y empujándolo contra la pared y el suelo.
Entonces una lluvia de hielo trato de empalarlo mientras algunos temblores lo hacían tambalearse. Por poco se levantó y se apartó, no sin antes recibir algunos impactos de sus ataques.
No tenía problema con el hielo, gracias a su estado en llamas, este se derretía muy rápido pero como agua llegaban a apagar sus llamas y a pegarle. Los picos de tierra y los temblores también eran un problema.
Sin mencionar el viento que lo mantenía alejado.
—No te preocupes, eliminarte tus dudas querida Hela, lo matare, entonces podrás concentrarte en tu misión ¿Qué te parece?— Constanz miro a Hela quien no pudo evitar pasar saliva. Ella se mantuvo apartada.
José había logrado subir bajar un par de pisos tras el último ataque con tal de recuperar el aliento.
Esa mujer era un monstruo con ese tesoro ¿De verdad era un prototipo? Claro, lo era pero entonces…
—Vaya, parece que solo tengo un par de notas más antes de que tenga que cambiarlas— La mujer contemplo su tesoro. Las cuerdas estaban quemadas y otras parecían estar rompiéndose— Bueno, parece que puedo aprovechar para cambiarlas ahora.
La mujer deslizo cuerdas nuevas desde sus mangas pero entonces José apareció desde abajo, destrozando el suelo y sorprendiendo a Hela pero no a la mujer quien toco un acorde más que lo empujó hacia abajo, y acto seguido fue golpeado por el instrumento en su costado y al instante, la mujer toco otra cuerda, causando una explosión de agua con hielo que atravesó su armadura, haciéndolo sangrar.
José solo pudo girar por el suelo para detenerse y sujetarse el costado con una mueca de dolor.
Las cuerdas se quemaron entonces pero la mujer se acercó a José que estaba en el suelo. Sonreía como si nada— Mira, chico, no tengo nada contra ti o contra tus amigos…
—Claro, seguro que la destrucción de la Madriguera y las constantes peleas son porque quieres que seamos amigos pero no sabes cómo expresarlo— José le miro de mala gana mientras poco a poco se preparaba para atacarla.
—La verdad es que quiero que entiendan que su lucha es inútil. Ustedes no saben lo que yo sé, ustedes no saben lo que perdí y lo que puede significar enfrentar al Kraj de verdad. Son jóvenes, chicos que si esto no hubiese pasado, tendrían futuro así que aprovechen su tiempo de vida antes de que tengan que morir, antes de que todo acabe. No vale la pena luchar contra algo que de todas formas los matara— La mujer hablaba con pena y su expresión también era triste lo que sorprendió un poco a José.