—“Me encanta tu ropa, chica, me hubiese encantado encontrar un conjunto como él tuyo pero solo encontré un vestido rojo, como si no se supieran otro color”— Se quejó el Kraj mirando su vestido.
Navier entendió que no era un Kraj normal incluso entre los especiales. Hablaba mucho.
Sin pensarlo mucho la niña mágica se movió a gran velocidad con el fin de cortar su cabeza pero el Kraj detuvo su cuchilla con su mano como si nada, lo que los dejo frente a frente.
—“¡Eres muy rápida, genial!”— Hablo el Kraj mientras mantenía apretada la cuchilla de la chica.
Navier entonces destrozo su mano con un rápido movimiento, separándola por la mitad y acto seguido giro para tratar de enterrar su otro cuchillo en su rostro pero el monstruo la detuvo con su antebrazo, el cual fue atravesado como si nada, entonces la chica salto y trato de patearlo en la cara pero este solo la desvió con su otra mano, la cual ya se había regenerado.
Navier tuvo que alejarse.
El monstruo se recuperaba muy rápido de sus ataques.
—“¿Eso es todo?”— El Kraj inclino un poco su rostro hacia el frente, como queriendo provocar a la chica.
Navier entendió porque eran considerados tan peligrosos pero ese Kraj no tenía idea de quien era ella en realidad.
La chica se movió a gran velocidad, esta vez utilizando la magia de rayo de Celeste pues ahora que era una niña mágica, ya podía copiar su poder, por lo que con esta trato de cortar su cabeza en un parpadeo.
El Kraj la esquivo y cuando trato de sujetar a Navier, un montón de hilos se enredaron en su mano desde un huso muy parecido al de Roció y que sujetaba con su otra mano, lo que impidió su movimiento, entonces manteniendo la magia de Celeste enterró su hoja en el pecho del monstruo que ni se inmuto.
—“¡Ese fue un gran movimiento!”— Acepto el Kraj mirándola de frente, entonces su cuerpo pareció estremecerse— “No me digas ¿Veneno?”
El Kraj trato de sujetarla con su otra mano pero esta extrajo de forma violenta su cuchilla hacia arriba, cortando del pecho hasta el hombro, entonces género una descarga de relámpagos que crearon un gran cráter, sin mencionar que provoco un gran temblor por toda el área.
Navier salió de entre la nube de humo.
—“¡Que divertido!”— Grito el Kraj quien se mantuvo en su lugar. Su ropa ni siquiera parecía manchada o quemada— “Pensé que cada una de ustedes solo tenían una magia pero veo que hay gente como tú”
Navier apretó con fuerza su cuchillo. Este enemigo era…
— ¿Es realmente necesario?— Preguntó Navier mientras contemplaba a sus amigas niñas mágicas, todas listas para el combate— Yo estaré bien con cualquiera de ustedes como la más fuerte ¿Saben?
—No lo entiendes, es necesario para disipar dudas, sin mencionar que es necesario para saber quién es el comodín— Dijo Hela con cierta emoción en el rostro— ¡No te puedes echar para atrás!
—Aunque me lo digas tú… Bueno, entonces ¿Qué pasa con Amapola?
—Aún necesitan un réferi y la verdad es que a diferencia de ustedes, mi poder es de soporte en su mayoría, solo podría pegarte con el escudo hasta dejarte inconsciente— La chica hizo el movimiento con sus manos.
—Deberías participar de todas formas— Fue Roció quien hablo.
Roció Roswell era una chica de tez clara, ojos color miel, además de un largo cabello negro que le llega hasta la cintura que ese día llevaba recogido en una coleta alta con un pasador de flor. De nariz respingada, labios delgados y en general, un rostro adorable.
—Bien, entonces hagámoslo— Navier se transformó mientras sus compañeras hacían lo mismo.
Tras aquel despliegue de técnicas, Amapola no pudo evitar mostrarse sorprendida, confundida y un poco expectante del poder de Navier, la última de las chicas mágicas en estar de pie.
—No esperaba esto…— Lavanda fue la primera en hablar, tratando de sentarse en donde estaba.
— ¡Eres increíble!— Roció aun contemplaba incrédula su huso destrozado.
Hela solo le levanto el pulgar.
—Gracias— Dijo Navier, rascando su nuca.
—Eso significa que tú eres nuestra comodín— Amapola fue a su lado.
— ¿Qué es eso de ser el comodín, de todas formas?— Preguntó esta, levando un poco su ceja.
—Significa que si nosotras perdemos, aun quedaras tú para derrotar a los malos— Dijo Hela, logrando sentarse.
— ¿No es un poco injusto conmigo?— Preguntó Navier, un tanto incómoda.
—Lo es pero por eso no podemos usar el comodín, también es nuestra regla— Aseguro Amapola con seriedad mientras la contemplaba— En su momento Roció era el comodín pero ahora lo eres tú y si nunca perdemos, no tendremos que usarte para nada… Más que para lo necesario.
—Eres la más fuerte de nosotros— Hablo Hela— Por eso puedes confiar en nosotras y nosotras confiaremos en ti ¿De cuerdo? Terminemos con esta asquerosa guerra de una vez por todas.
Navier recordó lo que le menciono Lou, eso de que debía terminar esa historia triste con un final feliz.