Nexus Parte I I I: El Kraj.

No hay tiempo para arrepentimientos.

Las notas musicales flotaban con velocidad, moviéndose de forma errática, incluso chocando entre ellas para generar más explosiones mientras la canción de Constanz sonaba de fondo, otorgándole a la escena una extraña sensación como si de simple ficción se tratará. Una escena coreografiada de una obra de teatro de terror.

Diego disparaba de forma constante contra las notas, explotándolas antes de que se acercaran lo suficiente e incluso entre esas trataba de alcanzar las notas que recientemente emergían de su arma, con el fin de levantar una cortina de humo frente a su rival.

Su tesoro libero vapor pero tras un movimiento brusco de los soportes, el arma estaba lista para seguir disparando.

Irene había logrado optimizarla utilizando algunas cosas de su antigua base pero aun necesitaba el tesoro sagrado de esa mujer, por lo que no podía solo dejarla ir, al menos, no con su tesoro.

Diego giro en el aire para evitar una nota y comenzó a correr hacia Constanz, evitando la mayoría y disparándole a otras tantas de las notas que flotaban cerca de él. Incluso tuvo que disparar con sus pistolas duales de vez en vez para que las notas no se acercaran desde atrás.

Una explosión ocurrió muy cerca de él, impulsándolo hacia atrás, justo a un lugar donde Constanz pudo atraparlo con una mano.

— ¡Eres muy fuerte!— Diego se sorprendió y más cuando esta lo sujeto del cuello con mucha fuerza, levantándolo del suelo. Hablaba con dificultad mientras trataba de soltarse— ¡A mí no me gustan estas cosas!

—Morirás por meterte donde no te llaman— Susurro la mujer de forma peligrosa— No lo entiendes, niño ¡Nadie lo entiende!

—Entonces e-explícalo— Diego apretó el brazo de la mujer con fuerza mientras trataba de no perder el conocimiento. Le rompería el cuello— ¿Por qué fundar The End? ¿Por qué hacer todo esto? ¿Por tu familia muerta?

— ¿Qué dijiste?— La mujer apretó con más fuerza. Su expresión se ensombreció— No lo hago por ellos. No soy una niña estúpida que lo hace por capricho, por venganza o por dolor, solo… Entiendo lo que pasa, lo que pasara ¡No vale la pena luchar más contra un enemigo que es insuperable!

— ¿Cómo s-sabes que lo es?— Diego le miro con atención, aun tratando de zafarse.

—Lo vi, vi al Kraj original cara a cara y es más poderoso que cualquiera de nosotros, que cualquiera de ustedes— La mujer incluso pareció estremecerse ante sus palabras— Lo único que hice al crear The End fue darle paz mental a la gente, no falsas esperanzas que nunca se cumplirán.

—Que hayas perdido la esperanza no quiere decir que puedas arrastrar a otros a tu lado…

­         —Nunca los obligue, ellos escucharon, entendieron y ahora hacen lo que tienen que hacer— Dijo la mujer esbozando una gran sonrisa— Morir como humanos frente al Dios supremo, frente al Kraj, frente al fin…

—R-reitero, solo les lavaste el cerebro, como en una s-secta...   

—No necesitaba hacer eso, solo necesitaba hablar con la verdad ¡Hasta Hela lo entendía y por eso peleaba con nosotros! ¡Pero gracias a ese tipo y a gente como tú, le surgieron ideas estúpidas, sueños idiotas!

Entonces Diego poco a poco logro apartar la mano de la mujer que parecía sorprendida. Nadie debería poder apartarla con esa facilidad, tomando en cuenta sus mejoras y tomando en cuenta el tamaño del chico— ¿Qué demonios eres?

Diego levanto la vista a la mujer quien tenía una expresión que había pasado del asombro al terror, al fin y al cabo, un chico con poca masa muscular la estaba moviendo a ella con naturalidad—Yo tampoco puedo hacer nada para detener al Kraj pero sé que otras personas si así que es mi deber o bien no estorbarles en su camino y guardarme mis argumentos negativos o ayudarlos.

Diego ya sujetaba la mano de la mujer con una de las suyas como si nada.

— ¡Tonterías! ¡Nadie puede ganarle al Kraj! ¡Es imposible!— Grito la mujer mientras con su otra mano le lanzaba un golpe al chico que fue empujado hacia atrás pero este ya tenía en su mano su tesoro, la lira en sus manos por lo que acepto ser empujado

La mujer trato de atraparlo pero este se apartó y le metió el pie para tirarla como si nada.

—De momento quédate aquí mientras ellos hacen posible lo imposible ¿Qué te parece?— Diego camino fuera de ahí mientras levantaba la lira en su mano.

—Van a morir todos…— La mujer estaba llorando en el suelo pues de nuevo, no pudo hacer nada para evitar más fuertes dolorosas e innecesarias. Las palabras del chico solo la llenaron de desesperación— Van a morir todos como mis amigos, como mi familia…

—Tranquila, no será así— Diego le sonrió por encima del hombro.

Huang, el Kraj inmortal fue lanzado hacia una estructura metálica que se derribó sobre este.

—El daño que le hago se cura con mucha rapidez— Lavanda hizo una mueca.

Alejandro y Gabino estaban a su lado con sus armas arriba. Ellos habían estado cubriéndola pero su daño no se comparaba al de ella por lo que pese a la frustración de Alejandro, no le quedaba de otra que ser apoyo.

Por otro lado, gracias a sus nuevos poderes, estaban menos agotados y podían seguir peleando sin flanquear durante un poco más de tiempo.




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