La reina venenosa.

Huang tuvo que arrancar parte de su piel y su brazo manchado de sangre pues la curación estaba siendo mucho más lenta que el daño que provocaba que el veneno lo que no le gusto para nada.

— ¡Hela!— José no pudo evitar preocuparse por la chica pues había logrado ver cómo le atravesaban el estómago y esta escupía sangre, incluso cuando él mismo estaba herido.

Huang contemplo la nube de veneno que no se dispersaba entonces un brusco movimiento lo hizo retroceder pues estaba seguro de que algo salió de ella para alcanzarlo.

Pero no lo hizo.

—“Demasiado lenta”— Dijo y solo pudo ver como el humo venenoso regresaba a la nube principal. Todos se quedaron inquietos pues es como si la nube se hubiese estirado para atraparlo.

La nube se había hecho más grande, también.

— ¿Es alguna clase de nuevo ataque?— Preguntó Lavanda, activando su mascarilla de veneno, una que se habían cargado todos con el fin de evitar morir si se topaban con la chica.

—No sé, hace tiempo que no la veo— José se encogió de hombros.

Entonces la nube tomo forma frente a sus ojos, un ser cuadrúpedo del tamaño de una camioneta, con grandes patas que terminaban en uñas, una cola larga y un largo cuello que terminaba en la cabeza de un reptil con grandes dientes. Sus ojos eran de un color verdoso aunque también estaban hechos de vapor, como todo su cuerpo.

Y debajo del dragón, Hela brillaba con intensidad.

Aun llevaba un vestido blanco aunque ahora sus mangas y el borde de la falda que llegaba sobre la rodilla eran de color negro. Desde las mangas colgaban listones de color verde con negro en la parte posterior. Su corsé seguía cubriendo hasta el pecho con el símbolo de una manzana en el cuello. Sus botas eran negras con bordes blancos mientras que sus cabellos morenos estaban sueltos con un broche de una manzana en su cabello, además sus puntas brillaban de un color verde. Aun llevaba unos guantes blancos pero que brillaban en un tono verdoso.

— ¡Su atuendo magistral!­— Celebro Lavanda.

— ¡Siempre quise un dragón venenoso!— Celebro José, a lo que todos lo miraron extrañados— ¿Qué? Es verdad…

—“Un cambio de forma no será suficiente para derrotarme”—Huang salto para lanzar un golpe hacia la chica.

El dragón se interpuso, tratando de morderlo pero el monstruo lo evito en el aire, aunque por poco por lo que su ropa al instante se quemó y no solo su ropa, su piel se comenzó a corroer lo que lo sorprendió, y más cuando Hela salto y enterró su espada en su costado, haciéndolo explotar en una nube de veneno.

El monstruo termino con parte de su brazo y su costado destrozado por él mismo pues su curación seguía siendo más lenta que el veneno de la chica.

— ¿Qué paso, master? ¿No qué no sería suficiente?— Hela esbozo una sonrisa muy peligrosa mientras hacía que la sangre de su manga bañara su espada.

—Que miedo…— Susurró Gabino.

José no quería decir en voz alta que estaba emocionado.

Huang se recuperó con rapidez y miro a Hela.

Se movió a gran velocidad para atravesarla pero Hela lo igualo y corto su brazo, acto seguido trato de cortar su cuello pero el monstruo lo evito con su otra mano, aunque esto termino corroyendo tanto su nuevo muñón como su brazo, entonces el dragón se los trago a ambos.

Huang salió de la tierra, destrozándola con parte de su cuerpo echando humo, entonces el dragón estiro su cuello para volver a engullirlo y pese a que este se movió para evitarlo por poco, Hela salió de su cuello para enterrar su espada en su pecho.

Huang logro destrozar la espada con sus manos pero el veneno no dejaba de avanzar por lo que se cubrió con aquellos tentáculos para comenzar evitar la mayoría del daño. Esto también era para escapar.

Hela sonrió.

El dragón moldeo sus patas y se volvieron varias las cuales comenzaron a rasgar la esfera que poco a poco se deshacía en vapor y en restos de piel de Kraj para terminar siendo devorado y destrozado por Hela.

Tal como esperaba, no estaba ahí.

Desde la tierra el Kraj emergió, como si nada.

—“¿Lo ves? No puedes hacer nada”

—La verdad es que debiste quedarte bajo tierra más tiempo— Hela le señalo un muñón, un muñón que de hecho también sorprendió al Kraj que lo contemplo un momento— Aun no has terminado de curarte.

Hela mantuvo aquella sonrisa.

—“Insolente”— El Kraj apretó su muñeca y esta ayudo a recuperar su brazo— “¿Por qué no mejor te quedas callada y te mueres?”

Huang se arrojó contra la chica para tratar de atravesarla pero esta lo esquivo y trato de cortar su brazo, como hizo antes pero este lo evito en el último momento para seguir atacando, a lo que la chica hizo lo propio, evitando sus ataques y tratando de cortarlo con una sola espada.

El intercambio era feroz pero Hela parecía impasible.

El Kraj entonces con un rápido movimiento, sujeto su brazo y se dispuso a drenar su magia pero antes de que pudiera sentir su magia llenarlo, su mano se derritió, entonces Hela aprovecho esto para generar otra espada y comenzó a atacarlo, generándole pequeñas heridas, luego estas heridas se volvieron más graves por si solas.