Nexus Parte I l: El Laberinto De Las Pesadillas.

La energía etérea.

El transporte que usaron para desplazarse a la zona de entrenamiento era tan moderno como esperaban, una especie de esfera enorme de cristal que solo reflejaba hacia afuera y que tenía asientos acolchonados, pantallas y demás cosas para hacer ameno los viajes. Lo increíble es que se movía por un riel que no solo pasaba arriba de la ciudad y la misma esfera parecía estar suspendida unos centímetros del riel. 

—Increíble ¿Tren magnético?— Preguntó Celeste, mirando cómo incluso podía meter la mano entre el espacio del riel y la esfera y no pasaba nada.

—No, no es tecnología normal. Parece que ese bastardo si ha hecho avances con los Luceros— Beatrisa notó que en realidad era magia de viento, proporcionada seguro por algún tipo de Lucero.

— ¿Así que es “Magia”?— Dijo José con cierta despreocupación mientras miraba de reojo a Beatrisa.

—Solo subamos ¿Si?— Dijo está, mirándolos de reojo.

Todo el camino fue silencioso.

Aunque las vistas no podían negarse.

La esfera pasaba por sobre la ciudad a la suficiente velocidad como para que todos pudieran ver cómo la gente se desenvolvía como si afuera no hubiera una guerra. Los niños jugaban, la gente parecía divertirse y reían con tranquilidad mientras paseaban por las calles. Algunos trabajan repartiendo materiales y otros tantos compraban sus víveres con grandes sonrisas.

— ¡Que tranquilo!— Exclamo Celeste, mientras miraba como comenzaban a mostrarse frente a ellos grandes campos donde la gente cosechaba verduras o donde algunos vehículos transportaban esos vegetales a la ciudad.

—Casi parece otro mundo— Señalo José— ¿Por qué no todos vienen aquí? Recuerdo que los Krajs no pueden nadar.

—Con el último descubrimiento no podemos descartar que sepan nadar pero en cuanto a porque no todos se mudan aquí es que la ampliación de terreno es lenta y pese a que tenemos el tamaño de un continente, sobresaturarnos sería peligroso— Explico Beatrisa— Además, de momento lo Krajs tampoco vuelan, así que la Ciudad del Cielo es tan segura como esta.  

—Lo mismo decíamos de la Madruguera y mira como termino… Una nueva ciudad fantasma— Señalo Ulises.

—Es verdad pero en ese caso no fueron los Krajs quienes atacaron ¿Verdad? Al menos no primero— Beatrisa hablo sin señalar culpables pero José no pudo evitar fruncir un poco los labios.

El silencio reino de nuevo en aquella pequeña esfera de cristal.

Pasaron por una segunda ciudad donde la gente vivía sin preocupaciones aunque esta estaba un poco más vigilada y quizá era porque se estaban acercando a un segundo domo, aunque más pequeño y hecho de cristal que se mantenía oscuro.

— ¿Qué es ese lugar?— Celeste no podía evitar preguntar.

—Es ahí donde Andrej y los suyos descubrieron la nave— Explico Beatrisa que se había hecho con esos documentos gracias a Andrej que se los proporciono enseguida, orgulloso de su descubrimiento.

—Yo creí que eso era en el otro laboratorio— Comento Gabino.

—No, ese laboratorio es la base central desde donde se coordina la ciudad y se reúnen los datos. Aquí es donde realizan las pruebas no solo militares, si no también relacionados a las naves y a los restos de esos seres…— Explico Beatrisa, leyendo los documentos.

— ¿Veremos la nave donde llegaste?— Preguntó Navier en un susurro, interesada.

—Me gustaría visitarla— A Celeste le brillaron los ojos con emoción.

—Esa no es mí… Ah, no importa, lo explicare cuando lleguemos a la zona de entrenamiento y pueda hablar con mayor libertad— Beatrisa podía ver las cámaras en el vehículo.

Los chicos llegaron a la zona de entrenamiento cuando el vehículo dio un par de vueltas dentro de la cúpula, aunque esta vez los cristales se oscurecieron para no mostrar los trabajos que se estaban realizando o bien, los restos de la ciudad que se supone que estarían ahí.

Beatrisa no pudo evitar pensar que Andrej era mucho más listo de lo que pensaba.

La zona de entrenamiento era como la de la Madriguera, enorme, cubierta por un campo de que impedía que la luz entrara o saliera.  Había una zona donde había duchas y casilleros y el resto era una enorme zona sin nada más que algunos restos de entrenamientos pasados que servían para darle la apariencia de una ciudad destruida, de las que abundaban en la superficie.

Los chicos se pusieron sus armaduras especiales y cargaron sus tesoros mientras que las niñas mágicas se transformaban.

—Bueno, vamos a…— Beatrisa se detuvo en seco al ver las expresiones de los chicos— ¡Ah, mierda ¿Cómo paso esto?! Estoy seguro de que es culpa de mi hermana y de Dualidad…

— Te escuchamos, señorita alienígena— Dijo Alejandro que en realidad estaba estirando para comenzar a entrenar.

—Ah, bien, bien— Beatrisa comenzó a sobar su cien con visible frustración— Pero deben entender que soy la más joven de los que llegamos así que desconozco muchas cosas… Supongo que debería empezar diciendo que nosotros somos…

Todos la miraron con una mueca extrañada pues lo que acaba de salir de su boca era inentendible.



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En el texto hay: pesadillas, multiverso, chicasmagicas

Editado: 29.01.2023

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