Nexus Parte I l: El Laberinto De Las Pesadillas.

El laberinto ilusorio.

—“Ahora mismo están en un laberinto”— Dijo el Kraj en silla de ruedas, apareciendo muy cerca de ellas. Ninguno de los presentes se percató de su cercanía— “No podrán salir de él hasta el final de sus días y morirán entre los dolores de ser simples mortales”

Celeste trato de cortarlo con su gran velocidad pero choco contra una pared que era bastante resistente— ¡Mierda!

— ¡Debemos poder cortarlo!— Lavanda trató de cortar la pared pero su espada reboto, soltando algunas chispas— ¡Nunca había visto una pared que pudiera resistir el poder de mis espadas!

—De verdad es un laberinto— Edward llamo su atención, lo que hizo que ambas chicas se giraran para ver como el camino frente a ellas se dividía en tres hasta la profunda oscuridad— Ese tipo está demasiado sobre nuestro nivel.

—Igual que los otros y de todas formas ganamos— Dijo Lavanda mirando el laberinto con atención— ¡Tendremos que fabricar nuestra propia salida!

—Ya estoy harta de quedar atrapada en los juegos de otros— Celeste asintió mientras sujetaba con firmeza su espada la cual soltaba chispas incluso desde la grieta lo que en ese momento, solo preocupo a Edward.

Mientras tanto, en el laboratorio Andrej observaba los rastreadores de los equipos que fueron enviados antes a buscar a los Krajs, convencido de que no deberían tener ningún problema para localizar esas firmas de energía específicas.

De hecho, solo lo estaba haciendo capricho porque ¿Por qué cómo va a fallar en localizar Krajs cuando para eso fue creado y peor, cuando fue creado por él?

—Los hice demasiado exactos como para que fallen, maquinas del…— Andrej al instante se dio cuenta del problema, uno que de hecho no esperaba que saliera a la luz— ¡No bromees conmigo!

Andrej entendió que las chicas estaban en problemas pues no se trataba de máquinas defectuosas, se trataba de máquinas destrozadas. La energía Kraj que habían detectado era tal que termino quemando sus circuitos sin siquiera mandar la señal de advertencia.

No pudo evitar preocuparse pero el problema es que si mandaba gente por ellos, era más que seguro que morirían y ahora mismo la prioridad era la ciudad.

Reconoció que si de cerca quemaba los aparatos gracias a su energía, de lejos solo había logrado localizar la firma de energía y su lugar aproximado. Todo cuadraba salvo por una cosa ¿Cómo es que nadie los había visto?

Ese Kraj, sea como sea debe tener algún tipo de habilidad para esconderse, lo que lo hacía todavía más interesante para él.

Entonces Andrej miro las imágenes de los otros equipos y las pocas que había visto de las chicas pero de nuevo no vio nada raro, lo que le preocupo un poco, pensando entonces en algo en ese momento.

—Ya veo, ya veo, ya veo ¡Ya veo!— Andrej hizo unas cuantas notas en su celular mientras una gran sonrisa se dibujaba en su rostro— ¡Vendré enseguida! ¡Tengo que demostrar porque soy un maldito genio!

—Cambiemos— La Lavanda de dentro hablo con seguridad— Si sigues desgastándonos, no duraremos.

— ¡Mierda!— Se maldijo la Lavanda original, pues tenía razón.

—Cambiemos entonces…

—Bien…

—No tenemos tiempo para tomárnoslo con calma— Insistió la Lavanda original quien regreso a la sala blanca.

—Supongo que no pero si nos inutilizamos, entonces…

—“Entonces los pobres humanos cayeron en un agujero profundo que los llevo hasta la base de un gran árbol, listos para el acto final de sus muertes”—Dijo la voz del Kraj en sus cabezas, entonces un agujero enorme frente a ellos se los trago.

Hubiesen caído de forma ruidosa de no ser por su entrenamiento.

— ¡Ya no quiero más visiones locas!— Dijo Celeste la cual estaba vestida con ropa adorable de color rosa, un vestido rosa con un babero blanco con moños negros. De hecho estaba pintada de la cara como conejo y sobre su cabeza descansaba una diadema con orejas de conejo— ¿Por qué de conejo? Espera un segundo…

Lavanda vestía un saco café y unos pantalones de vestir ajustados del mismo tono, además de llevar un gran sombrero en su cabeza de color café con grandes adornos florales. Se reconoció enseguida y no pudo evitar medio sonreír— ¡Soy el Sombrerero!

— ¿Y yo Alicia? Creo ¿Por qué no soy una versión masculina como Celeste?— Edward llevaba un vestido de color azul con flores en los bordes, además de una diadema que detenía su para nada largo cabello— Parece que el Kraj no solo le gustan los cuentos clásicos, sino también las bromas.

—Yo hubiese pedido ser el sombrerero— Dijo Celeste.

— ¡Céntrense!— Dijo Lavanda, mirando a todos lados— El acto final de nuestra muertes” se acerca.

—“Pero este no era el cuento que conocían pues esta vez a la fiesta llego el dragón, hambriento y listo para comérselos de un bocado. No dejaría que Alicia recobrara su poder”— Dijo el cuentacuentos.

Una dragón de color blanco apareció, estaba cubierto de escamas brillantes en todo su cuerpo, de grandes uñas que los destrozaría seguro, además de unas grandes alas de piel azul. Su rostro era una máscara blanca con un solo ojo que se abrió por aquella indeseable sonrisa, listo para devorar a sus presas.



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En el texto hay: pesadillas, multiverso, chicasmagicas

Editado: 29.01.2023

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